La Casa Blanca retiró el jueves el controvertido nombramiento de David Chipman para dirigir la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), publicando un comunicado en el que explica la decisión.
El presidente Joe Biden acusó a los republicanos del Congreso de «utilizar la delincuencia con armas de fuego como tema de conversación en lugar de tomar medidas serias para abordarla». Estos mismos republicanos, según la Casa Blanca, «se han movido a la par para bloquear la confirmación de David Chipman», porque «se ponen del lado de los fabricantes de armas por encima de la inmensa mayoría del pueblo estadounidense».
En el comunicado, Biden agradeció a Chipman su servicio en la ATF, diciendo que «habría sido un director ejemplar de la ATF y habría redoblado sus esfuerzos para acabar con los traficantes ilegales de armas de fuego y ayudar a mantener nuestras comunidades a salvo de la violencia con armas».
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas en Washington que la Casa Blanca está en conversaciones con Chipman para encontrarle otro papel en la administración.
En sus 50 años de historia, la ATF ha tenido dificultades recurrentes para conseguir la confirmación del Senado para los directores designados, con solo un candidato —B. Todd Jones, nombrado por el presidente Barack Obama— confirmado por el Senado.
La retirada de Chipman es el segundo fracaso del presidente para conseguir la confirmación de sus candidatos. El otro fue el de Neera Tanden, la candidata de Biden para la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, después de que unos tuits incendiarios de la candidata causaran el rechazo del senador moderado Joe Manchin (D-W.Va.), uno de los votos decisivos en la cámara alta para las prioridades políticas demócratas.
Chipman, un acérrimo defensor del control de las armas, se ha enfrentado a importantes críticas por parte de los miembros moderados del caucus demócrata del Senado, los grupos defensores de los derechos de las armas y los líderes republicanos desde su nombramiento.
Al igual que Tanden, la controversia que rodea a Chipman fracturó la unidad demócrata necesaria para una confirmación. Manchin, junto con los senadores moderados Angus King (I-Maine) y Jon Tester (D-Mont.) mostraron un fuerte escepticismo hacia el candidato.
La Asociación Nacional por los Derechos a Poseer Armas (AGR, por sus siglas en inglés), una organización marcadamente a favor de la segunda enmienda, emitió un comunicado sobre la retirada.
«Esta mañana, la Casa Blanca y los demócratas que se oponen a las armas han admitido su derrota y han retirado su nominación de David Chipman para dirigir la ATF», dijo la AGR en su comunicado. Se refería a la división entre los demócratas del Senado, diciendo que el «acérrimo defensor del control de las armas no pudo obtener suficiente apoyo en el Senado de los Estados Unidos para superar el proceso de nominación».
La AGR citó a su presidente, Dudley Brown, diciendo que la nominación de Chipman era «una bofetada en la cara de los propietarios de armas de todo el país. Ahora, gracias a las bases proarmas, hemos devuelto a Chipman al lugar que le corresponde: a su casa, sin trabajo».
Aunque Brown celebró la derrota, predijo que «el presidente [Joe] Biden apuntalará a otro peón antiarmas en un futuro próximo». Añadió que la AGR y sus miembros «están preparados para oponerse a sus acciones inconstitucionales».
En julio, el senador John Thune (R-S.D.) lanzó varias acusaciones contra Chipman y el partido que lo nombró en el pleno del Senado. Criticó a los demócratas por permitir que los índices de criminalidad aumentaran drásticamente al «apoyar implícitamente el ‘desfinanciamiento de la policía’ al permanecer en silencio».
Thune dijo que los demócratas, ahora preocupados por sus perspectivas en 2022, están dirigiendo su atención a «crear nuevas leyes que solo servirán para agobiar aún más los derechos de la Segunda Enmienda constitucionalmente garantizados de los individuos respetuosos de la ley». Por el contrario, sugirió que este aumento de la delincuencia debe ser abordado con una aplicación más estricta de las leyes actuales y el castigo de los delincuentes. Thune calificó el aumento de la delincuencia como «una excusa conveniente para que [los demócratas impulsen] algunas de sus prioridades de control de armas».
Por último, Thune se refirió al nombramiento de Chipman por parte de Biden. «En ningún lugar están más claras las prioridades del presidente Biden que en su elección del nominado para dirigir la ATF». Chipman, señaló el senador, «llegaría a la ATF directamente desde una organización en la que ha pasado los últimos cinco años como defensor del control de armas».
Antes de su nombramiento, Chipman trabajó como asesor político principal en el Giffords Law Center. La organización, fundada por la representante del estado de Arizona Gabby Giffords, anuncia en su página web: «Tenemos la misión de salvar vidas de la violencia con armas». La propia Giffords fundó el grupo tras resultar herida en un tiroteo en 2011 en Tuscon.
Thune continuó diciendo que Chipman «es conocido por sus opiniones a veces extremas sobre el control de armas y la restricción de la Segunda Enmienda».
En particular, dijo Thune, Chipman trabajaría para prohibir «probablemente el rifle más popular de Estados Unidos», el Armalite Rifle-15 (AR-15). También, dijo Thune, «apoya la llamada ‘prohibición de las armas de asalto’, que normalmente se refiere a la prohibición de ciertas armas por sus accesorios y su apariencia de letalidad».
Thune señaló entonces una audiencia anterior del candidato, en la que Chipman «no pudo dar una representación clara de cómo definiría esa política».
A principios de este año, el senador John Kennedy (R-La.) del Comité Judicial del Senado preguntó a Chipman: «¿Cree usted en la propiedad privada de las armas de asalto?». Chipman se apresuró a responder afirmativamente, pero se negó a decir cuáles poseía él mismo.
Kennedy planteó entonces una pregunta complementaria, preguntando al candidato: «¿Cree usted en la prohibición de las armas de asalto?». De nuevo, Chipman respondió que sí.
Kennedy entonces preguntó como seguimiento cómo definiría Chipman las «armas de asalto». Chipman dijo que «las armas de asalto sería algo que definirían los miembros del Congreso».
«Bueno, ¿cómo lo define usted?», preguntó Kennedy. Después de un breve vaivén, Chipman dijo: «No hay manera de que pueda definir un arma de asalto».
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