Una de las mayores organizaciones juveniles de Estados Unidos se declaró en bancarrota el 18 de febrero, según un documento judicial presentado en la corte de bancarrotas de Delaware.
Boy Scouts of America, que menciona que enseña a los jóvenes a ser autosuficientes, a ser patriotas y a estar en forma, entre otras cosas, se enfrenta a crecientes costos legales después de defenderse de cientos de demandas que alegan abuso sexual hacia los jóvenes.
La organización sin fines de lucro, que celebró su 110 aniversario el 8 de febrero, solicitó la protección del Capítulo 11 en una corte en la que se presentó el martes temprano, enumerando responsabilidades de entre 100 y 500 millones de dólares, pero 50,000 dólares o menos en activos.
Dijo que hizo la presentación para «compensar equitativamente a las víctimas que fueron perjudicadas durante su tiempo en el Movimiento Scout y continuar llevando a cabo su misión en los años venideros».
Como resultado de la presentación, se suspenden todos los litigios civiles contra la organización. Un portavoz de BSA (Boy Scouts of America) dijo que los consejos locales no se están declarando en quiebra porque son organizaciones legalmente separadas y distintas.
Roger Mosby, presidente y director General de Boy Scouts of America dijo en un comunicado: «BSA se preocupa profundamente por todas las víctimas de abuso y se disculpa sinceramente con cualquiera que haya sido perjudicado durante su tiempo en el Movimiento Scout. Estamos indignados de que haya habido momentos en que individuos se aprovecharon de nuestros programas para dañar a niños inocentes».
«Aunque sabemos que nada puede deshacer el trágico abuso que sufrieron las víctimas, creemos que el proceso del Capítulo 11 —con la estructura propuesta del Fideicomiso— proporcionará una compensación equitativa a todas las víctimas, manteniendo al mismo tiempo la importante misión de la BSA».
Según su sitio web, la BSA «promueve, a través de la organización y la cooperación con otros organismos, la capacidad de los chicos para hacer cosas por sí mismos y por los demás, para capacitarlos en el escultismo y para enseñarles patriotismo, valentía, autosuficiencia y virtudes afines, utilizando los métodos que ahora son de uso común para los Boy Scouts».
«Uno de los objetivos de Boy Scouts of America es proporcionar, a través de organizaciones autorizadas, un programa para niños, hombres jóvenes y mujeres jóvenes diseñado para alentarlos a ser fieles en sus deberes religiosos, construir cualidades deseables de carácter, entrenarles e involucrarles las responsabilidades de la ciudadanía participante, y desarrollar en ellos la aptitud personal».
Sin embargo, la organización se ha enfrentado a una ola de demandas por abuso sexual, con un testimonio judicial el año pasado que muestra que 7819 jefes scout u otros voluntarios han sido acusados de abusar sexualmente de 12,254 niños desde 1944 hasta 2016.
En el momento en que las cifras se hicieron públicas, BSA dijo que «cree en las víctimas», les proporcionó «apoyo» y ha «pagado por asesoramiento ilimitado de un proveedor de su elección».
La organización confirmó que ha mantenido una base de datos de selección de voluntarios desde el decenio de 1920 y «en ningún momento hemos permitido nunca a propósito que un perpetrador trabaje con jóvenes, y ordenamos que todos los dirigentes, voluntarios y miembros del personal de todo el país informen inmediatamente de cualquier acusación de abuso a las fuerzas del orden».
Entre las numerosas demandas a las que se ha enfrentado [la organización] se encuentra un caso histórico del año 2020 en el que un jurado de Portland concedió 18.5 millones de dólares a un exscout, Kerry Lewis, de 38 años, quien alegó que fue abusado repetidamente por Timur Dykes, un jefe auxiliar de scouts del sudeste de Portland, cuando tenía solo 11 o 12 años.
La BSA se ha enfrentado a un declive constante en los últimos años, ya que el número de jóvenes que participan en el escultismo ha descendido por debajo de los 2 millones, frente a los más de 4 millones en los años de apogeo de la década de 1970, lo que impulsó a la organización a permitir que las niñas se conviertan en miembros.
Sin embargo, las membresías tuvieron un gran impacto el 1 de enero cuando The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints —durante décadas un importante patrocinador de unidades de Boy Scouts— cortó los lazos y retiró a más de 400,000 scouts en favor de programas propios.
En 2018, BSA demandó a seis de sus aseguradoras por negarse a cubrir sus responsabilidades por abuso sexual. Las aseguradoras dijeron que su obligación era nula porque los Scouts se negaron a tomar medidas preventivas efectivas como advertir a los padres que los niños podrían ser abusados.
The Associated Press contribuyó a este informe.
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