Un reciente brote de COVID-19, informado por primera vez en una ciudad del este de China, se extendió a Beijing y al menos a otras siete provincias. La estricta respuesta del régimen chino tiene a cientos de miles de personas encerradas.
Un grupo de infecciones de principios de este mes en la ciudad de Nanjing, vinculadas a los trabajadores del aeropuerto, llegó el 30 de julio hasta la capital del país junto a otras 21 ciudades. La variante Delta se identificó en el reciente brote de COVID-19, causado por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Las autoridades sanitarias de Beijing dijeron que una pareja regresó a la capital infectada con el virus el 28 de julio. Entonces sugirieron que contrajeron el virus mientras viajaban a la ciudad de Zhangjiajie, otro epicentro relacionado con el brote de Nanjing.
El PCCh dio órdenes de quedarse en casa a las 41,000 personas en nueve áreas residenciales vecinas al distrito de Changping de Beijing, donde vive la pareja.
“[Tenemos] agotado el 75 por ciento del alcohol medicinal y los desinfectantes domésticos. Los estantes de las tiendas de comestibles están vacíos”, dijo a The Epoch Times el médico de una farmacia comunitaria en el distrito de Changping.
El medio de comunicación estatal local, Beijing Daily, dijo que las autoridades de salud despertaron a los residentes durante la medianoche para someterlos a pruebas de ácido nucleico.
El informe citó a residentes locales que relataron que los funcionarios de la comunidad tocaron sus puertas alrededor de las 2 a.m. del 29 de julio para practicarles las pruebas.
El dueño de una tienda en el Segundo Distrito de Longyueyuan confirmó a The Epoch Times que las personas fueron examinadas durante la noche.
Personas de varias otras provincias, que recientemente dieron positivo al virus del PCCh, informaron un historial de viajes similar al asistir a una representación teatral en la ciudad de Zhangjiajie, el 22 de julio.
Se considera que los 2000 miembros de la audiencia que asistieron a la actuación la noche del 22 de julio tienen un alto riesgo de infección, según las autoridades locales.
Entre ellos, se encontraban tres personas de una familia que dieron positivo pero no presentaban ningún síntoma. Ellos viajaron pasando por el aeropuerto de Nanjing Lukou, donde se diagnosticó el primer caso.
Cierres y ansiedad
En la ciudad de Nanjing, el régimen chino encerró a cientos de miles de personas.
«Estamos encerrados en casa y no podemos ir a ninguna parte. Las personas en mi área residencial recibieron dos dosis de vacunas entre mayo y junio. Mi familia y amigos están todos vacunados, lo cual era un requisito del personal de la comunidad local”, dijo a The Epoch Times un residente del área de apellido Wang, el 29 de julio.
«Pero ahora parece que las vacunas no funcionan y las vacunas administradas no significan nada», dijo Wang.
Al vivir en una comunidad residencial donde se ha informado de personas infectadas, Wang y otros residentes han sido obligados a quedarse en casa y ponerse en cuarentena. Existen varios puestos de control en la comunidad y las personas de un edificio vecino fueron enviadas a una cuarentena fuera del sitio, añadió.
“Me pregunto si estoy infectado. Yo me estoy preparando para lo peor”, dijo Wang a continuación.
Otro ciudadano de apellido Chen dijo que había casos infectados en casi todas las áreas residenciales del distrito de Lukou, pero no tiene claro el número en su comunidad.
“Tengo un bebé recién nacido y me queda algo de leche en polvo. Pero no sé qué podré hacer si a medida que pasa el tiempo no queda nada», dijo a The Epoch Times el 29 de julio. «Ahora no se le permite abrir a ninguna tienda en Lukou».
Todos los vuelos desde el aeropuerto de Nanjing están suspendidos hasta el 11 de agosto, según los medios locales. Más de 9 millones de ciudadanos pasaron por dos rondas de test masivos del virus.
Con información de Hong Ning, Fang Xiao y Zhang Yujie
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