“Burrolandia” es el primer santuario de burros en Latinoamérica, con más de 50 burros bajo su protección, el recinto les provee a estos animales, que comúnmente son utilizados como carretoneros o animales de carga y que podrían extinguirse, una mejor calidad de vida.
El burro es un animal que comúnmente era utilizado como animal de carga, desde hace más de 500 años los burros se utilizaban en las actividades diarias en las funciones de desarrollo del pueblo mexicano. Sin embargo, en la actualidad ha ido desapareciendo. En los años 90´s se reportaron 1.5 millones de burros y al día de hoy no llegan a 300 mil, explicó en una entrevista a Animal Político, Raúl Flores, administrador general de la organización de Burrolandia, ubicada en el pueblo de Otumba, en el Estado de México.
El burro es un animal de origen africano, que llegó a México en 1521 con la llegada de los españoles. Hay 3 tipos y más de 100 razas de burros. El pueblo de Otumba era conocido por ser un lugar de intercambio y comercio de burros, donde los comerciantes pasaban a descansar junto con sus animales, e intercambiarlos para continuar el camino.
Debido a la preocupación por el mal uso que se le da a estos animales, así como la desaparición de la especie, un grupo de personas de Otumba crearon la asociación de Burrolandia.
El proyecto comenzó con tan solo 2 burritos y ahora cuenta con 50 burros en protección.
Los burros en Burrolandia llegan en diferentes condiciones, tras haber sufrido abandono, maltrato, explotación al ser usados como carretoneros, las afecciones y cuidados que requieren son diversas, explican en su página de FB.
Florindo, por ejemplo, es un burro al que le cortaron una oreja; y Filemon es un burrito que llegó muy maltratado y desnutrido.
“Han llegado burritos en muy malas condiciones y lo que buscamos aquí es irlos rehabilitando poco a poco”, dijo Flores en la misma entrevista.
También explicó que ha sido muy complicada su manutención en esta temporada de pandemia, pues al estar cerrados el impacto fue importante. Afortunadamente, en el mes de febrero comenzaron a reabrir sus puertas con las medidas necesarias, informaron en una publicación en su página de FB.
Actualmente, Burrolandia tiene un programa de apadrinamiento de burros, que los ayuda a poder recuperar recursos económicos para continuar con su labor.
Además, tienen un programa de reproducción, donde han nacido 13 burritos. Los cuáles piensan poder dar en adopción en un futuro a personas responsables que quieran cuidar y proteger a estos animales.
El administrador general de la asociación agregó que “entendemos que hay personas que las requieren para actividades diarias, pero eso no justifica que les tengan que dar un mal trato, que los tengan mal comidos, que los tengan que golpear, que los tengan que explotar”.
“No solamente es cuidar al burro si no a la naturaleza en general”, agregó.
Un gran proyecto de cuidado y protección a estos animales, que muchas veces han sido olvidados en los contextos donde antiguamente fueron donde más ayudaron a actividades de la vida diaria.
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