Melanie Leffler, madre de dos hijos en Sídney (Australia), se vacunó contra el COVID-19 cuatro veces. Pero el 19 de noviembre del 2022, tras sufrir dolor de garganta y secreción nasal, Leffler dio positivo en la prueba de COVID. Se despidió de su familia: su marido, Mick Hogan, y sus dos hijas, Clemmie (cuatro años) y Lottie (nueve meses).
Nunca volverían a hablar con ella.
Murió mientras dormía
Aunque no parecía especialmente enferma, esta trabajadora sanitaria de 39 años murió esa noche mientras dormía. Aunque estaba cuádruplemente vacunada, un artículo del 3 de diciembre sobre su muerte la describió como una «tragedia de Covid».
La australiana Monica Eskandar, de 18 años, se moría de ganas de hacer los exámenes de fin de curso. En lugar de ello, Eskandar fue trasladada de urgencia al hospital con fuertes dolores en el pecho. Los dolores, según informa MSN.com, empezaron pocas horas después de que recibiera la vacuna COVID-19.
Los médicos diagnosticaron a Eskandar pericarditis relacionada con el COVID. La pericarditis es una enfermedad que implica la inflamación de los tejidos que recubren el corazón.
Los síntomas de Eskandar eran tan graves que no pudo presentarse a los exámenes. Irónicamente, la razón por la que se puso la vacuna COVID-19 en primer lugar fue porque era obligatoria para poder presentarse al examen.
Las vacunas COVID-19 causan miocarditis y pericarditis
Un creciente cuerpo de evidencia científica revisada por pares vincula los problemas cardíacos con las vacunas de ARNm.
Tanto es así que los CDC y otras autoridades gubernamentales de los Estados Unidos y de todo el mundo reconocen ahora que las vacunas COVID-19 están causando miocarditis, una inflamación del corazón que se considera más grave que la pericarditis porque causa la inflamación del músculo cardíaco.
En junio del 2022, Tom Shimabukuro, M.D., M.P.H., M.B.A. de la FDA, identificado como parte de la Unidad de Coordinación de la Vacuna COVID-19 de los CDC, informó de que: «Las pruebas actuales apoyan una asociación causal entre la vacunación con ARNm COVID-19 y la miocarditis y pericarditis».
Seis meses después, con fecha de 2 de diciembre del 2022, se notificaron un total de 35,718 casos de miocarditis/pericarditis al Sistema de Notificación de Efectos Adversos de Vacunas del gobierno.
Habla un cardiólogo australiano
Tras presenciar hasta 70 casos de afecciones cardiacas relacionadas con vacunas similares a la de Eskandar, el cardiólogo australiano Dr. Ross Walker dice ahora públicamente que cree que debería prohibirse el uso de vacunas de refuerzo de ARNm.
Según Walker, las vacunas de ARNm son «muy proinflamatorias», declaró a Daily Mail Australia. «Sostuvo que el Grupo Australiano de Asesoramiento Técnico sobre Inmunización nunca debió haber ordenado las vacunas de ARNm.
«Vi a muchas personas con reacciones a las vacunas, que tienen síntomas durante unos tres a seis meses después», dijo Walker. «Vi entre 60 y 70 pacientes en mi propia consulta en los últimos 12 meses que tuvieron reacciones similares».
Esas reacciones incluían dificultad para respirar, palpitaciones del corazón y dolor en el pecho, continuó.
Eskandar dijo que aunque sus síntomas comenzaron inmediatamente después de la vacuna, los médicos negaron en un principio la conexión, diciéndole que solo les ocurría a los adolescentes varones.
«No puede respirar», dijo. «No puede sentarse, no puede acostarse. Es horrible. Realmente siente como si tuviera un ataque al corazón».
Cambiar las recomendaciones
Después de llevar a cabo una revisión exhaustiva de las pruebas científicas, el Dr. Joseph Ladapo, Cirujano General de Florida, ordenó a su estado que dejara de recomendar las vacunas COVID-19 para los hombres menores de 39 años por motivos de seguridad.
Los doctores Walker y Ladapo no son los únicos profesionales médicos que expresan su preocupación por la seguridad, eficacia y necesidad de las vacunas COVID-19, especialmente para niños y adultos jóvenes.
Entre los médicos que pidieron que se detengan las campañas de vacunación por COVID-19 se encuentra el cirujano cardiovascular japonés Dr. Kenji Yamamoto. En una carta publicada en la revista Virology, Yamamoto argumentó que las vacunas de refuerzo contra el COVID-19 no son seguras.
En concreto, Yamamoto expresó su preocupación por un efecto adverso de la vacuna conocido como trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por la vacuna (TTIV). No solo eso, sino que desde la administración de la vacuna, Yamamoto observó un aumento del riesgo de infección entre sus pacientes del Okamura Memorial Hospital de Shizuoka, en Japón. En concreto, cita que muchos de sus pacientes contrayeron infecciones graves debido a la «inflamación tras una operación de corazón». Yamamoto cree que la inmunidad suprimida de sus pacientes es consecuencia de la vacunación por COVID-19.
¿Un cambio de tendencia?
Varios médicos de alto nivel experimentaron efectos secundarios graves después de vacunarse.
El investigador de vacunas Dr. Gregory Poland de Rochester, Minnesota, estuvo luchando contra un tinnitus que le impedía vivir.
El inmunólogo belga Michel Goldman, a quien The Atlantic describió como «uno de los defensores más conocidos de la investigación médica en Europa», estaba luchando contra un linfoma. Tuvo efectos secundarios devastadores tras su tercera vacuna de Pfizer: sudores nocturnos intensos, agotamiento y ganglios linfáticos inflamados.
Un escáner realizado después de la vacuna reveló que el hombre de 67 años tenía un aluvión de nuevas lesiones, «como si alguien hubiera lanzado fuegos artificiales dentro de su cuerpo».
Goldman sospechaba que el refuerzo de COVID lo había puesto más enfermo. Su hermano, también médico y jefe de medicina nuclear del hospital de la Universidad Libre de Bruselas, también lo sospechaba.
La rápida progresión del linfoma angioinmunoblástico de células T de Goldman tras el refuerzo de ARNm BNT162b2 se publicó como caso clínico revisado por expertos en la revista Frontiers in Medicine en noviembre del 2021. Desde su publicación, el estudio de caso fue visto 383,411 veces.
Mientras que Poland y Goldman parecen seguir siendo los campeones de las vacunas COVID-19, muchos médicos que una vez abogaron por la vacunación universal COVID-19 cambiaron de opinión desde entonces.
El cardiólogo británico Dr. Aseem Malhotra alentó inicialmente el uso generalizado de las vacunas COVID-19.
Pero entonces el padre de Malhotra falleció repentinamente de un paro cardíaco tras recibir la vacuna.
La muerte de su padre llevó a Malhotra a empezar a investigar el perfil de seguridad de las vacunas. Basándose en sus hallazgos, ya no cree que los beneficios teóricos de la vacunación por COVID-19 compensen los riesgos reales.
Los políticos también están cada vez más a favor de poner fin a los mandatos de vacunación.
El 7 de diciembre del 2022, el senador Ron Johnson dirigió una mesa redonda titulada Vacunas Covid-19. ¿Qué son? Qué son, cómo funcionan y posibles causas de lesiones.
Al día siguiente, la Cámara votó a favor de un proyecto de ley de Defensa de 858,000 millones de dólares que incluía la derogación del mandato de vacunación para los militares.
La infección por COVID-19 es más leve, las vacunas contra COVID-19 no son seguras ni eficaces
El cardiólogo Dr. Ross Walker llamó a detener solo las vacunas de ARNm para adultos jóvenes en favor de opciones sin ARNm. Pero un creciente cuerpo de literatura científica (algunos de los cuales se retractaron por razones políticas), así como los datos estatales y el testimonio de los médicos, demostró que ninguna de las vacunas COVID-19 existentes es tan segura o eficaz como se anuncia.
Al mismo tiempo, con Omicron y otras cepas sustituyendo a las otras variantes más virulentas de SARS-CoV-2, la infección por COVID-19 parece estar volviéndose más leve.
El Dr. Malhotra dijo en una entrevista reciente «… esta vacuna no es completamente segura, y tiene daños sin precedentes». Concluyó en un artículo revisado por expertos y publicado en la revista Journal of Insulin Resistance que «hace tiempo que es necesario hacer una pausa y reevaluar las políticas mundiales de vacunación contra el COVID-19.»
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times.
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