La Casa Blanca anticipa una escasez mundial de alimentos debido a la invasión a gran escala en Ucrania lanzada por el presidente ruso Vladimir Putin, dijo el lunes la secretaria de prensa Jen Psaki.
Psaki indicó que, aunque no es probable que Estados Unidos se vea afectado por una escasez de alimentos, la Casa Blanca sí espera que el aumento de los precios de la energía, los fertilizantes, el trigo y el maíz provocado por la invasión de Ucrania pueda repercutir en el precio del cultivo y la compra de suministros alimentarios críticos en todo el mundo.
«Las primeras estimaciones del Banco Mundial sugieren un impacto desproporcionado en los países de bajos y medianos ingresos, incluyendo África, Oriente Medio y el Sudeste Asiático», dijo Psaki a los periodistas durante una rueda de prensa.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió la semana pasada de una inminente crisis alimentaria mundial ya que los suministros de cultivos básicos cruciales están amenazados en el marco del conflicto actual, el que entra en su cuarta semana. Rusia y Ucrania son exportadores clave de cereales y suministran casi el 30 por ciento del trigo y casi el 20 por ciento del maíz del mercado mundial.
Entre los que más dependen de Rusia y Ucrania para su suministro de trigo se encuentran las naciones en desarrollo del norte de África y Asia.
«Estamos trabajando con nuestros socios del G7, los bancos multilaterales de desarrollo, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación para mitigar el impacto en las naciones más pobres», dijo Psaki.
«Estamos discutiendo cómo es eso y cómo mitigar la escasez en esas entidades de cultivo y compra para que no afecte a partes del mundo que se verían gravemente afectadas, aunque nosotros no lo estemos», agregó.
Ucrania es un «gran exportador» de fertilizantes, indicó a continuación.
Desde la invasión de Putin el 24 de febrero, los precios del trigo subieron un 21 por ciento, los de la cebada un 33 por ciento y los de algunos fertilizantes un 40 por ciento, informó The New York Times.
«En lo que respecta a estas necesidades en Estados Unidos y otras partes del mundo, es algo que seguimos evaluando de cerca también», señaló Psaki.
«Hay activas conversaciones ahora y ciertamente somos conscientes de que incluso si no estamos viendo un impacto en este momento, a veces vemos que los impactos de la cadena de suministro pueden tener un efecto retardado», agregó.
Psaki dijo que el gobierno de Biden está manteniendo conversaciones continuas con sus socios «para que podamos hacer todo lo posible para mitigar [la escasez de alimentos] por adelantado».
Los nuevos temores sobre el suministro mundial de alimentos se producen en medio de las limitaciones existentes en la cadena de suministro debido a la pandemia de COVID-19.
Máximo Torero, economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, declaró a The Guardian que los precios de los alimentos ya eran altos debido a los efectos de la pandemia.
«Mi mayor temor es que el conflicto continúe: entonces tendremos una situación de aumento significativo de los precios de los alimentos, en países pobres que ya estaban en una situación financiera extremadamente débil debido a COVID-19», dijo Torero. «El número de personas con hambre crónica crecerá significativamente, si ese es el caso».
«Los sistemas alimentarios lograron ser más resistentes en 2019, aunque tuvieron dificultades al principio», añadió Torero. «Las reservas eran muy altas al comienzo de COVID-19 había entonces capacidad para reaccionar ante el impacto. Pero el tener COVID-19 durante dos años debilitó la resiliencia de los sistemas alimentarios».
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