El número de nuevos casos de COVID-19 notificados en todo Estados Unidos durante la última semana se redujo en cerca de un 20 por ciento, según los datos facilitados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del país (CDC).
La media de siete días de los casos registrados hasta el 28 de septiembre fue de 107,600, mientras que para el 21 de septiembre la media de siete días era de 128,700, según los datos disponibles. A partir de agosto, el número de casos se había elevado por la propagación de la llamada variante Delta , según las autoridades sanitarias federales.
Las muertes por COVID-19 también disminuyeron, según los CDC, mostrando que la media de siete días hasta el 28 de septiembre fue de 1425.
Esto se produce mientras algunos funcionarios de salud sugieren que la actual oleada del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa el COVID-19, puede estar estancándose o llegando a su fin.
Scott Gottlieb, que forma parte de la junta directiva de Pfizer y que dirigió la FDA entre 2017 y 2019, dijo el lunes a CNN que la oleada de la variante Delta podría ser el último gran brote de infecciones en Estados Unidos. Algunos expertos expusieron públicamente que la llamada variante Mu pudiera afianzarse en el país, pero los datos de Outbreak.info de esta semana revelan que no se han registrado más casos de la cepa en los últimos siete días.
«Vamos a empezar a pasar de la fase pandémica de este virus, al menos aquí en Estados Unidos, a una fase más endémica en la que el coronavirus se convierte en una amenaza persistente». dijo Gottlieb a CNN. «Así que no se están viendo los niveles de infección de la misma manera que se han visto en el último año y medio».
«Para el Día de Acción de Gracias, uno verá que los casos disminuyeron a un nivel que se siente más manejable», añadió citando los datos recientes para su declaración.
Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó el martes de un descenso global del 10 por ciento de los casos.
Aunque el número de casos está disminuyendo, aún no está claro si los datos tendrán un impacto en las órdenes de vacunación contra COVID-19 de parte del gobierno de Joe Biden. A principios de este mes, el presidente anunció que obligaría a las empresas con 100 empleados o más a que sus trabajadores se vacunen o se sometan a pruebas periódicas de detección del virus, y que también obligaría a vacunarse a la mayoría de los trabajadores sanitarios, contratistas federales y empleados federales, lo que ha provocado un gran número de demandas.
Según Justin Lessler, de la Universidad de Carolina del Norte, quien ayuda a dirigir el Centro de Modelización de Escenarios COVID-19, el virus podría volver a mutar en otra cepa.
«Cualquiera de nosotros que haya seguido esto de cerca, teniendo en cuenta lo que ocurrió con Delta, hay que ser realmente cautelosos en cuanto a un exceso de optimismo», dijo Lessler a NPR la semana pasada. «Tenemos que ser cautelosos porque el virus nos ha demostrado una y otra vez que las nuevas variantes o la gente que afloja las precauciones que ellos estaban tomando pueden hacer que las cosas vuelvan a surgir».
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