El régimen comunista de China está gastando más que Estados Unidos en el ámbito de la inteligencia artificial (IA) militar, según un testimonio recibido por el Congreso.
Si bien el gasto general de Estados Unidos en IA supera al del Partido Comunista Chino (PCCh), no coincide con el enfoque del régimen en las aplicaciones de la tecnología en el campo de batalla, según Alexandr Wang, fundador y director ejecutivo de la empresa de desarrollo de software, Scale AI.
El Sr. Wang sugirió que el gasto militar chino como porcentaje de los gastos totales era 10 veces mayor que el de Estados Unidos durante una audiencia del 18 de julio del Subcomité de Cibernética, Tecnologías de la Información e Innovación de los Servicios Armados de la Cámara de Representantes.
“Si lo consideramos como un porcentaje de su inversión militar», dijo el Sr. Wang, «el [ejército chino] está invirtiendo entre el uno y el dos por ciento de su presupuesto total en inteligencia artificial, mientras que el DoD está invirtiendo entre el 0.1 y el 0.2 por ciento de su presupuesto en IA”.
En el año fiscal 2022, el presupuesto de defensa de EE.UU. fue de aproximadamente USD 752,000 millones, mucho más que los USD 230,000 millones del PCCh.
Sin embargo, si los porcentajes del Sr. Wang son correctos, sugeriría que el PCCh está gastando entre USD 2200 millones y USD 4400 millones en IA militar, en comparación con la inversión de las fuerzas armadas de EE.UU. de alrededor de USD 874 millones.
“El Partido Comunista Chino comprende profundamente el potencial de la IA para trastocar la guerra y está invirtiendo fuertemente para capitalizar la oportunidad”, dijo Wang.
La IA abrirá una “nueva era de guerra”
El Sr. Wang dijo que el mundo está entrando en una “nueva era de guerra” que sería “definida por la IA” de la misma manera que la Guerra Fría fue definida por la bomba atómica.
Con ese fin, dijo, la cuestión de si Estados Unidos o China desarrollan primero nuevas capacidades militares de IA podría moldear drásticamente la dirección del desarrollo global.
“El país que sea capaz de integrar más rápida y efectivamente la nueva tecnología en la guerra, gana”, dijo el Sr. Wang.
“Si no ganamos con la IA, corremos el riesgo de ceder influencia global, liderazgo tecnológico y democracia a adversarios estratégicos como China”.
Haniyeh Mahmoudian, especialista global en ética sobre IA para la empresa de tecnología Data Robot, también testificó que los nuevos avances en el desarrollo de la IA alterarían drásticamente la naturaleza del conflicto militar entre las grandes potencias.
Como tal, dijo, Estados Unidos necesitaría invertir en marcos regulatorios para guiar el desarrollo de la tecnología además de financiar su avance.
“La IA tiene un potencial inmenso y se está convirtiendo cada vez más en un componente de las estrategias y operaciones militares modernas con el potencial de impactar profundamente en la eficiencia operativa y la toma de decisiones”, dijo la Sra. Mahmoudian.
“La IA tiene un potencial transformador. Sin embargo, junto con estos beneficios, es vital establecer marcos éticos y procesos de gobernanza integrales que garanticen la eficacia, la confiabilidad y la supervisión humana”.
Estados Unidos mantiene ventajas financieras y de datos sobre China
Mientras que el PCCh está invirtiendo sumas récord en su IA militar, el gobierno federal está gastando muchísimo más en subcontratar el trabajo de IA al sector privado. Sus inversiones en los programas de IA del DoD son parte de un esquema de inversión más amplio por valor de más de USD 3000 millones.
Estados Unidos, por lo tanto, probablemente tenga una ventaja financiera sobre el PCCh, aunque el régimen no publica la cantidad de dinero que está canalizando a sus propias empresas para tales esfuerzos.
Wang, quien realizó un viaje de inversionistas a China hace unos cuatro años, dijo que las inversiones masivas del régimen en tecnologías de vigilancia, reconocimiento facial y enjambre de drones eran evidencia suficiente de que la carrera tecnológica sería reñida.
Estados Unidos también mantuvo otra ventaja, dijo Wang: La calidad de sus datos.
Dijo que el Pentágono genera terabytes de datos procesables todos los días, lo que le permitirá entrenar y aprovechar mejor su IA.
“Los datos son realmente la munición que impulsará nuestros futuros esfuerzos en el ejército”, dijo Wang.
Mientras tanto, los esfuerzos represivos de China contra su propia población aseguran que el régimen no tenga acceso a datos tan sólidos y precisos como los de Estados Unidos.
“Es probable que dañen gran parte de la tecnología porque es imposible [aprovecharla con la] censura”, dijo Wang.
China y Estados Unidos en carrera hacia sistemas autónomos letales
La audiencia del subcomité se produce cuando tanto Estados Unidos como China están invirtiendo fuertemente en una amplia gama de nuevas tecnologías militares, entre las que se destaca la IA.
La búsqueda del PCCh de armas impulsadas por IA y otras plataformas militares, aunque muchos estadounidenses no la entienden bien, ha estado ocurriendo durante años. Sus ambiciones para la IA van más allá de los robots asesinos también. El régimen también está invirtiendo para desarrollar capacidades de IA relacionadas con la toma de decisiones militares y el mando y control.
En el centro del esfuerzo está el objetivo del PCCh de «inteligencia», una transformación de la guerra a través de la integración masiva de IA, automatización y big data.
Sobre la base de esa visión se encuentran empresas chinas como 4Paradigm, que fue contratada por el ala militar del PCCh para desarrollar modelos de toma de decisiones de IA y software de equipos humano-máquina para su uso a nivel de compañías y batallones.
Dichos programas apuntan esencialmente hacia un fin: La reestructuración de las fuerzas armadas chinas en un cuadro cada vez más centralizado de oficiales que dirigen enjambres de sistemas autónomos habilitados por IA para llevar a cabo batallas reales.
Sin embargo, Estados Unidos también prevé un futuro en el que los robots peleen y ganen las guerras.
El presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, dijo a principios de año que cree que los ejércitos más poderosos del mundo serán predominantemente robóticos en la próxima década, y que tiene la intención de que Estados Unidos logre ese objetivo.
Con ese fin, el Pentágono está experimentando con nuevos vehículos aéreos, terrestres y submarinos no tripulados y busca explotar la omnipresencia de las tecnologías inteligentes no militares, desde relojes hasta rastreadores de actividad física.
Aunque el esfuerzo apenas está cobrando impulso, el general Milley ha afirmado desde 2016 que el ejército de EE.UU. desplegaría fuerzas terrestres robóticas sustanciales y capacidades de IA para 2030.
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