Beijing envió 56 aviones de combate a la zona de defensa aérea de Taiwán el 4 de octubre, su mayor demostración de fuerza hacia la isla autogobernada que reclama como propia, según los registros. La maniobra también supuso el cuarto día de acoso militar sostenido contra Taiwán, que ha visto volar a casi 150 aviones de guerra en la zona.
La última incursión incluyó 34 cazas J-16 y 12 bombarderos H-6, según el Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán. Otros cuatro J-16 chinos aparecieron en la parte suroccidental de la «Zona de Identificación de Defensa Aérea» de Taiwán, el área de amortiguación fuera del espacio aéreo de la isla.
Durante más de un año, las tensiones en el estrecho de Taiwán se han intensificado a medida que Beijing aumentaba su presión militar y diplomática sobre la isla. La fuerza aérea del régimen ha realizado más de 500 incursiones militares en los nueve meses de este año, frente a las 380 de 2020, según las autoridades taiwanesas.
El último grupo de maniobras comenzó el 1 de octubre, el 72º aniversario de la fundación del régimen. Desde entonces, 149 aviones de guerra chinos han sobrevolado el territorio.
Con esta actividad, Beijing está afirmando su destreza militar a la vez que señala su determinación de reclamar Taiwán, según varios expertos.
Chang Yen-ting, teniente general retirado de las fuerzas aéreas de Taiwán, cree que las acciones son en parte una respuesta a la creciente atención internacional sobre la isla democrática.
Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña y Japón han denunciado cada vez más la agresión militar de China en la región del Indo-Pacífico.
Taiwán también ha solicitado unirse al pacto comercial de 12 naciones conocido como el Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífica, o CPTPP, en el que China también pretende entrar.
Australia y Japón, por su parte, han expresado su reticencia ante la perspectiva de tener a Beijing en el bloque comercial por su uso de la coerción económica sobre los países con los que tiene disputas. Ambos países, junto con Canadá y Estados Unidos, han expresado su apoyo a la candidatura de Taiwán.
«La lucha de Taiwán por un mayor espacio internacional probablemente esté pisando las líneas rojas del PCCh [Partido Comunista Chino]», dijo Chang a The Epoch Times, refiriéndose a la postura de Beijing de que el apoyo internacional a Taiwán constituye una «línea roja» que no puede ser cruzada por otros países.
Wu Ming-chieh, un analista militar con sede en Taiwán, dijo que el régimen podría subir aún más la temperatura en los próximos días. Dado que el mandatario chino, Xi Jinping, busca asegurarse su tercer mandato como líder supremo del Partido el próximo año, es probable que presente un frente más duro para aliviar la presión interna, dijo.
Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos. «Cuanto más grandes sean sus acciones, más podrían volverse en su contra», dijo.
En una conferencia de prensa el lunes, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, instó a Beijing a «cesar su presión y coerción militar, diplomática y económica contra Taiwán».
La actividad militar «provocativa» de China «es desestabilizadora, corre el riesgo de cometer errores de cálculo y socava la paz y la estabilidad regionales», dijo. Psaki añadió después que los funcionarios de EE. UU. también están «en contacto en privado, transmitiendo mensajes claros a través de los canales diplomáticos».
Ante las críticas de EE. UU., el Ministerio de Asuntos Exteriores chino echó el lunes la culpa a Washington, advirtiendo que su venta de armas a Taiwán y la navegación de buques de guerra estadounidenses por el estrecho de Taiwán socavarían las relaciones bilaterales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán dijo que las acciones de Beijing han inflamado las tensiones en la región del Indo-Pacífico.
«Frente a los desafíos de China, el gobierno de nuestro país siempre se ha comprometido a mejorar nuestras capacidades de autodefensa y a salvaguardar resueltamente la democracia, la libertad, la paz y la prosperidad de Taiwán», dijo en una declaración el 3 de octubre.
Chang Chun contribuyó a la elaboración de este artículo.
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