China regresa al maoísmo

Mientras la economía se hace inestable, el PCCh cree que debe tomar todo el control para conservar el poder

Por James Gorrie
16 de junio de 2022 3:42 PM Actualizado: 16 de junio de 2022 9:13 PM

Comentario

La economía china se encuentra en una grave y prolongada espiral descendente.

¿Qué mejor momento para que China vuelva a sus raíces maoístas?

Después de todo, China era el parangón del crecimiento económico, la innovación tecnológica y la estabilidad bajo el antiguo líder Mao Zedong, ¿verdad?

Sin embargo, las «nuevas» políticas económicas y políticas del Partido Comunista Chino (PCCh) están alejando la economía del país de su mezcla de capitalismo estatal y privado para convertirla en el oscuro modelo maoísta del pasado.

Lo más sorprendente es que el PCCh lo está haciendo intencionadamente. Los dirigentes del PCCh están institucionalizando importantes cambios de política, que perjudicarán aún más a la economía china, ya en declive.

Resucitar la política de autosuficiencia nacional de Mao

La supuesta razón para volver a las políticas de la era Mao es hacer que China sea autosuficiente. El PCCh quiere desvincular su economía de Occidente para minimizar la dependencia de las asociaciones occidentales y aislar a China de futuras sanciones estadounidenses.

Es una noción atractiva, pero no funciona en la práctica. Los factores necesarios para la autosuficiencia —como mercados eficientes y tribunales transparentes— requieren libertad de información, propiedad privada, innovación tecnológica, una sólida demanda de los consumidores y confianza en el futuro. Ninguno de ellos está suficientemente presente en China.

Por otra parte, la economía se está desmoronando con el actual sistema creado por el PCCh. Así que, efectivamente, ¿por qué no volver al maoísmo?

En realidad, obtener preventivamente el control de la mayor parte posible de la economía puede ser la única manera de que el Partido sobreviva a la próxima embestida de los problemas económicos.

Algunos acontecimientos dejan claro el gran fracaso del PCCh en China.

Continúa la implosión manufacturera

En primer lugar, es necesario aplicar una dosis de realidad en lo que respecta a las tasas de crecimiento «declaradas». La proyección de crecimiento de China para 2022 es del 5.5%. La evaluación oficial de crecimiento del PCCh para el primer trimestre de este año fue un poco más baja del 4.8%. Algunos economistas privados afirman que el crecimiento de China para 2022 se situará en torno al 2 ó 3 por ciento.

Un policía se para junto a una barrera para evitar que los automóviles accedan a ChangAn Jie, la carretera principal de Beijing que conduce a la Plaza de Tiananmen, en Beijing, China, el 1 de julio de 2021. (Andrea Verdelli/Getty Images)

Si incluso esas estimaciones más bajas fueran exactas, eso representaría la mayor caída en el crecimiento económico que China haya visto desde el año siguiente al asesinato masivo de estudiantes en la Plaza Tiananmen en manos del PCCh, en 1989.

Pero incluso las estimaciones más bajas no son razonables.

En el índice Caixin, que indica la actividad manufacturera, China se encuentra actualmente en el nivel 48, pero en abril era de 46. Cualquier nivel inferior a 50 en el índice significa un crecimiento negativo o una contracción de la actividad manufacturera. Como líder manufacturero y exportador del mundo, ese nivel negativo supone más dificultades para la economía china.

Sector de la promoción inmobiliaria se hunde

Hay más malas noticias en el sector de la promoción inmobiliaria de China. La industria, que representa alrededor del 29% del PIB, sigue derrumbándose. Con menos compradores, hay fuertes descuentos en juego. En abril de 2022, los precios de las viviendas cayeron en dos tercios de las 70 ciudades más grandes de China.

El colapso del sector, impulsado por la deuda, está provocando una insolvencia galopante incluso entre las mayores empresas promotoras y los bancos. De hecho, los billones de deudas incobrables saturan tanto el sector económico privado como el público.

Un hombre trabaja en una obra de construcción de un rascacielos residencial en Shanghái, China, el 29 de noviembre de 2016. – La deuda de los hogares chinos ha aumentado a un ritmo «alarmante» a medida que el valor de las propiedades se ha disparado, según los analistas, lo que eleva el riesgo de que una recesión inmobiliaria provoque una conmoción en la segunda economía del mundo. (Johannes Eisele/AFP vía Getty Images)

Dado que el PCCh creó las distorsiones en el sector de la promoción inmobiliaria mediante el soborno, la corrupción y los préstamos circulares, la idea de que el Partido está equipado para resolver estos problemas es absurda.

Una vez más, desde la perspectiva del Partido, no se trata de eficiencia económica sino de mantener el control político.

Ataque a las grandes tecnologías

El impulso del PCCh para controlar el sector privado por supuesto también está detrás de su opresión contra las poderosas grandes empresas tecnológicas como Alibaba, Tencent y muchas otras. El PCCh culpa a las empresas tecnológicas del abuso excesivo de su poder de monopolio, pero el verdadero problema es el propio poder.

Las grandes empresas tecnológicas ejercen una enorme influencia financiera y social en China, como en muchos otros países. Su tecnología, incluidas las redes sociales, impulsa la cultura, no el Partido. Estos grandes influyentes de la sociedad no solo competían con el PCCh, sino que suponían una amenaza para su legitimidad.

Naturalmente, el PCCh responde a las amenazas destruyéndolas. Eso es lo que realmente está detrás de su ataque a los magnates de la tecnología. Los despidos masivos han seguido luego de asumir su control.

Mezcla de modelos económicos

Parte importante de la transición del PCCh al maoísmo —y sin duda relacionada con las adquisiciones de empresas tecnológicas— es su plan de mezclar ampliamente las empresas privadas con las empresas estatales. Esa es otra fórmula para el declive económico. No funcionó con Mao y no funcionará ahora.

Las empresas privadas suelen ser mucho más eficientes que las estatales porque normalmente tienen que obtener beneficios para sobrevivir. Por otra parte, las empresas públicas están dirigidas por personal político, no por empresarios. En la mayoría de los casos, las empresas públicas eran empresas privadas de éxito de las que el PCCh se apoderó para el beneficio personal de los miembros del Partido, que luego drenaron la riqueza de las empresas y las refinanciaron con préstamos del banco central y del Banco Popular de China (PBOC).

La «mezcla» de ambos, por así decirlo, no es más que un eufemismo para más adquisiciones de empresas privadas por parte del Partido.

Miedo del pueblo chino al futuro

No es de extrañar que el pesimismo sea lo que mejor define las perspectivas de futuro de la población en 2022. La política de «cero-COVID» del PCCh mata la actividad económica allí donde se aplica. Los cierres aparentemente interminables de ciudades enteras han provocado caídas dramáticas en la producción, los ingresos y el gasto de los consumidores, así como saltos considerables en las tasas de ahorro de los consumidores. Por supuesto, el desempleo también está aumentando.

Según el PBOC, el ahorro privado de enero a mayo de este año aumentó en 7.86 billones de yuanes (1.7 billones de dólares), lo que supone un aumento de más del 50% respecto al mismo período del año anterior. Al mismo tiempo, el consumo de los hogares cayó, lo que significa que la gente está comprando incluso menos en 2022 que durante los intensos cierres de 2020.

Esto supone 1.7 billones de dólares adicionales que no se gastaron en la economía en el primer trimestre, con un PIB de unos 14.7 billones de dólares o menos. Además, en 2020, los ahorros se invirtieron en la bolsa o en propiedades. En 2022, sin embargo, los consumidores están pagando deuda, prepagando hipotecas y otras acciones defensivas.

Por último, los prolongados cierres en toda China han provocado una disminución de los pedidos en el sector manufacturero y en otras industrias importantes, lo que ha provocado despidos generalizados.

Supervivencia del PCCh se impone a la viabilidad económica

El lenguaje que proviene de Beijing tiene el inconfundible sonido de la desesperación mientras el PCCh busca estabilizar el empleo y la economía. Vale la pena señalar que, en medio del caos económico y social, Mao buscó y encontró la estabilidad y se mantuvo en el poder hasta el final.

La resurrección del maoísmo es simplemente la adopción de métodos probados para expandir el poder y el control sobre el país mientras éste desciende a la inestabilidad económica y social.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.


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