Colombia: Gobierno envía batallones para combatir a «disidencias» de FARC

Por Andrés Fernández
22 de agosto de 2019 7:36 PM Actualizado: 22 de agosto de 2019 7:36 PM

Ante el escalamiento de la violencia por el control del narcotráfico en el departamento del Cauca (suroccidente del país), el ministro de Defensa, Guillermo Botero, desplegó más de 1000 militares para reforzar la seguridad en el territorio.

Actualmente, el Ejército colombiano combate en la zona a las “disidencias” de la estructura Jaime Martínez de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que, según información suministrada por el ministro, se encuentra atrincherada en las casas de los civiles, desde donde efectúa sus ataques.

Las autoridades del departamento del Cauca han identificado que en la zona delinquen “disidencias” de las FARC, EPL, ELN y otros grupos aún sin identificar. Asimismo, agencias de inteligencia aseguran que parte de la estrategia de los grupos armados es aumentar la crisis de gobernabilidad para apoderarse del departamento a mediano plazo.

Este combate se viene registrando desde el pasado 13 de agosto, según la Red de Derechos Humanos del Suroccidente Colombiano. Lo que ha dejado a la población en medio del fuego cruzado, obligando a los campesinos de la zona a buscar refugio, y en algunos casos a huir de sus hogares.


La determinación de enviar mayor pie de fuerza al departamento se dio a raíz de un consejo de seguridad que se llevó a cabo en la ciudad de Popayán. Allí, el jefe de la cartera de Defensa aseguró que al norte del departamento llegarían dos batallones para combatir a la delincuencia.

En este sentido, se espera que 450 soldados se sumen a la Tercera División del Ejército Nacional, además de un Batallón de Fuerzas Especiales, con aproximadamente 300 hombres. También llegarán al lugar entre 300 y 600 uniformados, los cuales integrarán un Batallón Contra el Narcotráfico.

¿Qué grupos armados están en el territorio?

De acuerdo con el ministerio de Defensa, las “disidencias” de las FARC pretenden tomar el control con 223 guerrilleros en el territorio. Le sigue el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que cuenta con 211 hombres alzados en armas. Cabe recordar que esta organización es ahora la guerrilla más poderosa en Colombia y tiene aproximadamente un pie de fuerza de más de 2000 hombres. Por último está el Ejército Popular de Liberación (EPL), o Pelusos, que cuenta con 74 hombres.


Estas organizaciones son subcontratadas y a la vez ejercen labores de seguridad a narcotraficantes mexicanos y brasileños. De ahí la violencia por acaparar el mayor número de hectáreas y suministro a las organizaciones internacionales.

Al respecto, “disidencias” de los Frentes 6 y 30 de las FARC son los mayores reguladores del suministro de cocaína a los emisarios de los carteles del narcotráfico que hacen presencia en Colombia. Estas “disidencias” están bajo el mando de alias Gentil Duarte, que opera desde Venezuela. El ahora jefe guerrillero fue un mando medio que se rehusó a desmovilizarse y actualmente controla el negocio criminal de la guerrilla.

Los peros de la Guardia Indígena

Pese a que la Guardia Indígena dice oponerse a la presencia de estas organizaciones criminales en torno a los cultivos de droga, minería ilegal y otras actividades de economía ilegal, también han mostrado resistencia a que la Fuerza Pública llegue a proteger el territorio. Si bien estas organizaciones indígenas no pueden enfrentarse a los delincuentes armados, la Fuerza Pública tampoco puede ingresar a todos los territorios por ser resguardos protegidos constitucionalmente. Es decir, la Guardia Indígena tiene la autonomía de decidir quién entra y quién no.

Según José Obdulio Espejo, analista militar, las autoridades indígenas siempre han exigido la autonomía en sus territorios y han rechazo a la Fuerza Pública.

«han rechazado históricamente la presencia de los actores armados en sus territorios sagrados (léase resguardos). En su discurso  incluyen en esta categoría a los integrantes de la Fuerza Pública, equiparándolos con delincuentes de todas las calañas y pelambres: las guerrillas, las disidencias de esas guerrillas, los carteles del narcotráfico y las bandas y combos criminales”, indicó.

Cabe recordar que el pasado mes de abril miembros de la minga indígena amenazaron con cuchillo a integrantes del Ejército, incluso algunos militares fueron retenidos.

“(…) a los únicos que expulsan de sus territorios es a los soldados y policías! (…) los mismos de los que hoy reclaman y exigen protección y que en la semana han combatido con vehemencia con las disidencias de las FARC que hacen presencia en el norte de este departamento de población mayoritariamente nativa”, aseguró Espejo.

Estas organizaciones armadas estarían enviando panfletos amenazantes a los líderes indígenas que buscan mantener el control de sus territorios y tendrían participación en la muerte de 36 de estos en lo que va corrido del año. De acuerdo con Carlos Negret, defensor del Pueblo, se han emitido cerca de ocho alarmas tempranas para el norte del Cauca y una reciente para el municipio de Suárez, que es donde se están registrando los recientes enfrentamientos. «Hay confinamiento, hay desplazamiento, hay angustia de la población indígena y de la población afro. Y además, hay muerte», indicó.

Este artículo fue publicado originalmente en PanAm Post.

Los puntos de vista expresados en este artículo son las opiniones del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de La Gran Época.

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