Cómo contrarrestar la coerción económica del PCCh

Por Wang He
12 de abril de 2021 9:14 PM Actualizado: 12 de abril de 2021 9:14 PM

Opinión

El boicot que el Partido Comunista Chino (PCCh) ha impulsado contra la marca H&M llamó la atención del mundo, pero fue solo uno de los muchos instrumentos de coerción económica del régimen chino. De hecho, el daño económico global causado por el rápido ascenso de China como segunda economía del mundo ha sido subestimado durante mucho tiempo, ya sea consciente o inconscientemente. Cómo hacer frente eficazmente a la coerción económica del PCCh se ha convertido ya en un gran reto para el mundo. Se trata de un gran tema, pero sólo trataré dos aspectos de la cuestión.

Comprender la naturaleza del PCCh

Primero, se necesita una mirada basada en valores universales para comprender precisa y profundamente las características del régimen del PCCh.

Es bien sabido que detrás de cualquier juicio que hacemos, aplicamos un sistema de valores. La economía china es de una naturaleza diferente a la de Estados Unidos y Occidente o, incluso, a la de otros países en desarrollo. La disparidad se refleja en los sistemas económicos y políticos anormales de China, sistemas que la comunidad internacional ha ignorado durante mucho tiempo. Cada vez más personas comenzaron a darse cuenta de la gravedad del problema cuando China afirmó, en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que es un «país en desarrollo«.

¿Por qué la economía china es diferente de las economías extranjeras? La diferencia proviene de la ideología del PCCh. En 2013, un documento interno del PCCh, que circuló por Internet, mencionaba los «siete temas a evitar»: valores universales, libertad de prensa, sociedad civil, derechos civiles, la aristocracia y la burguesía, la independencia judicial y los errores pasados del PCCh. De hecho, este mandato está directamente relacionado con la operación económica de China y su organización interna.

El alcance y la naturaleza del control del PCCh sobre la economía china está mucho más allá de lo que la sociedad occidental ha llegado a comprender.

(De izquierda a derecha) El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el líder chino Xi Jinping, el director general de la OMC, Roberto Azevedo, y el primer ministro de Australia, Scott Morrison, asisten a una reunión sobre la economía digital en la Cumbre del G20, en Osaka, el 28 de junio de 2019. (Jacques Witt/AFP a través de Getty Images)

Debido a su ideología única, la economía es sólo una de las herramientas que el PCCh usa para alcanzar sus fines. El PCCh ya ha convertido la economía en un arma. Como cualquiera puede ver, el PCCh a menudo se involucra en actividades que perjudican a otros aunque no lo beneficien. Por ejemplo, sus actuales sanciones económicas a Australia.

Tal enfoque sería impensable para un país normal, pero es la norma para el PCCh. Por lo tanto, el análisis político a menudo no comprenderá las principales políticas económicas exteriores del PCCh porque no toma en consideración la ideología del PCCh.

En resumen, la comunidad internacional debe adherirse a valores universales al contrarrestar la coerción económica del PCCh, porque los valores universales no solo constituyen la base moral para el funcionamiento normal de la economía, sino que también son la némesis ideológica del PCCh. El PCCh puede fácilmente usurpar cualquier nación que decida abandonar los valores universales, ya que tal abandono, inherentemente, conlleva a la degradación.

El mundo ha sido durante mucho tiempo una aldea global. Al tratar con el PCCh, solo los principios de «justicia y reciprocidad» y el enfoque de «desconfianza y verificación», propuesto por la administración Trump, pueden evitar efectivamente que las naciones sean explotadas.

Contrarrestar la amenaza del PCCh

En las recientes conversaciones de alto nivel entre China y Estados Unidos en Alaska, Yang Jiechi, el máximo diplomático del PCCh, desafió abiertamente el orden internacional liderado por Estados Unidos, que se estableció después de la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos y Occidente deberían utilizar todos los niveles del gobierno y la sociedad, como el sector privado y el mundo académico, para contrarrestar al PCCh.

Uno de los grandes retos es hacer frente a la explotación que el PCCh hace de la OMC y sus lagunas. La comunidad internacional debe hacer un gran avance en este sentido; de lo contrario, el PCCh dividirá y desintegrará a sus oponentes o ganará tiempo descaradamente.

“Este es el momento de ser duros con China y su comportamiento en el sistema de comercio global, pero también de modernizar la OMC. En muchos sentidos, esta organización está estancada en la década de 1990”, dijo Liz Truss, la secretaria de comercio internacional británica que presidió una reunión de los ministros de comercio del G7 el 31 de marzo. Truss también señaló: «Fundamentalmente, nuestras democracias afines necesitan ganar la batalla por el alma del comercio mundial».

La integración económica regional es otro foco de atención. Estados Unidos y Occidente deben impulsar el artículo 32.10 del Acuerdo Comercial Estados Unidos-México-Canadá (USMCA) firmado en 2018, el cual estipula que, si algún miembro del Acuerdo llega a un acuerdo de libre comercio con un país que no se base en los principios del libre mercado, los otros miembros pueden retirarse después de seis meses y establecer sus propios pactos comerciales bilaterales. Esta cláusula apunta sin duda a China, aislando al país comunista en el patrón comercial global.

El sistema económico nacional deformado, junto a la estructura y la política del PCCh deben considerarse una cuestión importante en las negociaciones bilaterales para contrarrestar decididamente su coerción económica. Las relaciones comerciales y económicas son interdependientes. El PCCh siempre se aprovecha de esta dependencia en su coacción económica para conseguir fines políticos, incluso cuando se apoya en su rival económicamente. Esta práctica no debe tolerarse nunca.

Además, el PCCh también hace un gran esfuerzo para infiltrar economías y promover el robo de tecnología. Deben existir las contramedidas correspondientes para estas actividades, como una revisión mejorada de la seguridad nacional sobre las principales actividades económicas relacionadas con China, la protección antirrobo y la protección a la propiedad intelectual. En este sentido, la guerra comercial entre Estados Unidos y China y las negociaciones iniciadas por la administración Trump han sentado un precedente exitoso.

El llamado ‘modelo de China’, un mercado controlado por el estado que viola los principios de una economía de libre mercado y basada en la ley, es un gran peligro para la economía mundial. Por ejemplo, el plan «Hecho en China 2025» del PCCh ha provocado una oposición generalizada. El 31 de marzo, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) publicó un Informe de Estimación Comercial Nacional 2021 de 570 páginas, el cual incluía más de 30 páginas sobre China.

«El enfoque sobre la economía y el comercio liderado por el estado de China lo convierte en el principal infractor del mundo en la creación de capacidad no económica, como lo demuestran las situaciones de exceso de capacidad severas y persistentes en varias industrias, incluidas la siderúrgica, el aluminio y la solar, entre otras». USTR dijo en un comunicado.

Una reunión reciente de ministros de comercio del G7 también emitió una declaración conjunta contra los “subsidios industriales dañinos”, una referencia al PCCh.

Empleados en una línea de producción de aire acondicionado para automóviles en una fábrica en Yantai, en la provincia de Shandong, en el este de China, el 15 de mayo de 2019. (STR/AFP a través de Getty Images)

Es importante mejorar los estándares internacionales de productos como base de un mercado global unificado. Es decir, además de los estándares de calidad, los estándares de productos también deben incorporar estándares ambientales y de derechos humanos para apoyar el desarrollo económico sostenible, la justicia social y la armonía. Es importante dejar en claro al PCCh que debe adherirse a los estándares internacionales de productos si quiere evitar el desacoplamiento. Por ejemplo, el último boicot de H&M, también conocido como la prohibición del algodón de Xinjiang, fue impulsado por la Better Cotton Initiative (BCI) y las campañas de otras marcas internacionales contra los abusos a gran escala a los derechos humanos en Xinjiang.

También es fundamental fortalecer el control de las exportaciones sobre ciencia y tecnología estratégicas, tecnologías de doble uso, armas y equipos militares y materiales estratégicos. En 1949, Estados Unidos encabezó el establecimiento del Comité Coordinador de Controles Multilaterales de Exportación (CoCom), una organización internacional informal que impone embargos y restricciones comerciales a los regímenes socialistas. El Comité no estaba abierto al mundo exterior y no estaba basado en tratados.

Tras el final de la Guerra Fría, la disolución de CoCom se anunció oficialmente el 31 de marzo de 1994. La lista de artículos prohibidos que formuló fue posteriormente adoptada por el Acuerdo de Wassenaar sobre controles de exportación de armas convencionales y bienes y tecnologías de doble uso firmado por 33 estados el 12 de mayo de 1996. Sin embargo, el Acuerdo de Wassenaar, establecido formalmente en julio de 1996, es una organización muy flexible. Los 42 estados miembros pueden decidir sobre sus propias medidas y formas de implementar el control de las exportaciones haciendo referencia a los principios y listas de control comunes, y aprobar sus propias licencias de exportación. Esta libertad fue explotada por el PCCh.

En 2018, el Diario de Ciencia y Tecnología del PCCh hizo un inventario de 35 tecnologías clave que China no ha desarrollado plenamente y una lista de más de 60 tecnologías clave que aún no están bajo su control, lo que indica que el PCCh se está quedando atrás en varios campos tecnológicos e industriales.

Por lo tanto, es hora de arreglar esas lagunas para evitar que el PCCh robe tecnología.

Cuando el PCCh infringe o intimida a empresas extranjeras en China, sus países de origen deben ayudarlas activamente. Por ejemplo, cuando el PCCh otorga enormes subsidios a algunas industrias y empresas, una empresa internacional en la misma industria quedaría superada por la competencia.

La industria de la energía solar es otro ejemplo. Las empresas chinas básicamente han aplastado a las empresas europeas y estadounidenses. No hay duda de que las empresas chinas han trabajado duro y han hecho un buen progreso, pero el apoyo del PCCh es absolutamente esencial para su éxito. Para dar otro ejemplo, la posición de Huawei en 5G y la industria internacional de equipos de telecomunicaciones hoy en día no está exenta del apoyo explícito e implícito del régimen del PCCh.

Además de la competencia desleal a través de subsidios, también son problemas graves que enfrentan las empresas que hacen negocios con China la transferencia forzada de tecnología y el robo cibernético. En estos casos, es difícil para una sola empresa competir con el PCCh. Debe tener el apoyo del país de origen. La necesidad de apoyo de los países de origen va mucho más allá de las tradicionales medidas antidumping y antisubvenciones para resolver conflictos comerciales. Requiere que los países de origen desarrollen una política unificada hacia el PCCh, de la misma manera que Estados Unidos luchó contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría.

Conclusión

El experto en China, Cheng Xiaonong, señala que, desde el comienzo de la globalización económica en la década de 1970, China se convirtió en la «fábrica del mundo» bajo la autocracia del PCCh, que tiene ambiciones a escala global. Como resultado, la globalización económica cayó en la trampa del PCCh, que utiliza la globalización económica como una herramienta para controlar a otros países política y económicamente.

Estados Unidos y la comunidad internacional deben prestar atención a este problema. Necesitan frenar estratégicamente la manipulación de la globalización económica por parte del PCCh. Entonces será difícil que la coerción económica del PCCh tenga algún efecto.

Wang He tiene una maestría en derecho e historia, con especialización en el movimiento comunista internacional. Fue profesor universitario y ejecutivo de una gran empresa privada en China. Fue encarcelado en China dos veces por sus creencias. Wang vive ahora en América del Norte y ha publicado comentarios sobre la actualidad y la política de China desde 2017.


Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí


Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.