Un jurado en Seattle el 4 de agosto condenó a tres narcotraficantes por cargos derivados de su participación en una red de narcotráfico que vendía píldoras con apariencia de oxicodona que contenían el mortal fentanilo importado de China.
Según el testimonio en el juicio, el líder de la red de drogas, Bradley Woolard, comenzó a comprar fentanilo y un derivado del fentanilo procedente de China en 2015 y 2016, después de aprender cómo hacerlo en la dark web. Woolard, de 42 años, compró una prensa de píldoras y una mezcla de materiales y aprendió por sí mismo a fabricar píldoras. El equipo de Woolard era capaz de producir 2.5 millones de píldoras.
La investigación comenzó en el verano de 2018 después de que la Administración para el Control de Drogas y el Grupo de Trabajo Regional de Drogas y Pandillas de Snohomish obtuvieran una orden para registrar la casa de Woolard. En el registro de la casa de Woolard se encontraron 12,000 pastillas de fentanilo, más de un millón de dólares en efectivo y oro, y una habitación secreta que contenía 29 armas.
En 2017, Wollard entregó la fábrica de píldoras a Anthony Pelayo, de 34 años, aunque mantuvo el papel de obtener el fentanilo de China. Woolard siguió vendiendo las píldoras mientras buscaba tratamiento para su propia adicción a las drogas en lujosos centros turísticos de Costa Rica y México que costaban hasta 50,000 dólares al mes.
El tercer hombre condenado el miércoles, Jerome Isham, de 40 años, era uno de los principales vendedores de la red de drogas. Las pruebas presentadas en el juicio demostraron que vendió cerca de 100,000 pastillas de fentanilo en un periodo de un año, entre los veranos de 2017 y 2018.
El jurado deliberó durante dos días antes de emitir el veredicto.
Woolard fue condenado por 28 cargos de «conspiración para distribuir sustancias controladas, conspiración para cometer lavado de dinero, lavado de dinero, posesión ilegal de armas y posesión de drogas con la intención de distribuirlas», según un comunicado de prensa de la Oficina del Fiscal del Distrito Oeste de Washington.
La conspiración y la posesión de fentanilo con la intención de distribuirlo se castiga con un mínimo de diez años y hasta cadena perpetua.
Las muertes por sobredosis en Estados Unidos aumentaron casi un 30% en 2020 con respecto al año anterior, según datos provisionales publicados el 14 de julio. El aumento fue impulsado por las sobredosis de fentanilo, que en su gran mayoría se importa ilegalmente de China.
Con información de Zachary Stieber.
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