Corea del Norte intensificó el domingo su reciente serie de pruebas armamentísticas, disparando lo que, según los analistas, es el misil más potente que el régimen ha probado en cinco años.
El séptimo misil de Pyongyang, lanzado en enero de 2022, viajó 1242 millas hacia arriba e impactó en el océano a unas 500 millas de distancia, dijeron funcionarios de los gobiernos de Japón y Corea del Sur. No se reportaron daños ni heridos.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur le dijo a la agencia de noticias Yonhap que detectó el misil, que fue disparado en un ángulo pronunciado desde la provincia de Jagang, alrededor de las 7:52 a.m. hora local. El organismo militar también confirmó la distancia y la altura a la que voló el proyectil, al tiempo que añadió que el misil alcanzó una velocidad máxima de Mach 16, es decir, 16 veces la velocidad del sonido.
«Nuestros militares están rastreando y monitoreando los movimientos relacionados con Corea del Norte y manteniendo una postura de preparación», dijo el Estado Mayor Conjunto a los periodistas.
Mientras tanto, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, declaró que Pyongyang podría haber incumplido la promesa de Corea del Norte de 2018 en la que anunciaba que dejaría de probar misiles de largo alcance y dispositivos nucleares.
Al argumentar que la prueba del domingo violó las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Moon afirmó que la medida es un «desafío a los esfuerzos de la sociedad internacional para desnuclearizar la península de Corea, estabilizar la paz y encontrar una solución diplomática» al problema nuclear entre Corea del Norte y el resto del mundo.
El régimen de Kim Jong-un “debe detener sus acciones que crean tensiones y presiones y responder a las ofertas de diálogo de la comunidad internacional, incluidos Corea del Sur y Estados Unidos”, continuó Moon.
El Comando del Indo-Pacífico de EE.UU. condenó el lanzamiento y dijo: “Hemos evaluado que este evento no representa una amenaza inmediata para el personal, el territorio de EE.UU. o el de nuestros aliados” y “seguiremos monitoreando la situación”.
La prueba del domingo fue la séptima ronda de lanzamientos de Corea del Norte este mes. La frecuencia inusual de las pruebas indica la intención de Pyongyang de presionar a la administración Biden por las negociaciones nucleares que han estado estancadas por largo tiempo, mientras las dificultades relacionadas con la pandemia ponen más presión a su economía quebrada por décadas de mala gestión y por las paralizantes sanciones lideradas por EE.UU. a causa de su programa de armas nucleares.
El ministro de Defensa japonés, Nobuo Kishi, también le dijo a la prensa que el misil era el de mayor alcance que Corea del Norte ha probado desde su ICBM Hwasong-15, en noviembre de 2017.
El año pasado, Kim anunció un nuevo plan de cinco años para desarrollar armas y emitió un ambicioso listado que incluía armas hipersónicas, satélites espía, misiles balísticos intercontinentales de combustible sólido y misiles nucleares instalados en submarinos.
Los medios estatales dijeron el viernes que Kim visitó una fábrica de municiones, no especificada, que tiene grandes capacidades de producción armamentística. Los medios también agregaron que los trabajadores de la planta prometieron lealtad a su líder diciendo que tenía la capacidad de enfrentar los “desafíos imperialistas estadounidenses y sus fuerzas vasallas”.
Con información de Associated Press.
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