Doctores contra la sustracción forzada de órganos (DAFOH) es probablemente la organización más importante del mundo que expone uno de los aspectos más brutales del régimen chino, es decir, la sustracción de órganos de presos de conciencia. La misma actualmente ha publicado un nuevo y devastador informe sobre las mentiras, las violaciones de los derechos humanos y los objetivos ideológicos hegemónicos del Partido Comunista Chino (PCCh). Italia está especialmente en juego aquí, como un estudio de caso de interés mundial. El informe de DAFOH está siendo publicado en varios idiomas.
Titulado Desenmascarando la pandemia de COVID-19, el informe incluye una serie de datos sobre la manipulación sistemática de la verdad y de los registros médicos por parte del PCCh. Se utiliza un cronograma del desarrollo del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus para resaltar de qué manera China es responsable de la propagación de la pandemia. La misma le restó importancia a la amenaza en sus tratos con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se negó a permitir inspecciones sobre el terreno por parte de expertos de la OMS, así como también del personal del Centro para el Control de Enfermedades de los EE. UU., y continuó difundiendo noticias falsas.
China también puso al mundo en mayor peligro al «crear una escasez mundial de máscaras faciales y luego elegir cómo y cuándo distribuir la ayuda», para impulsar «una brecha entre los países europeos, siguiendo la trayectoria de dividir y conquistar, o ‘divide y vencerás’, arruinando primero las asociaciones entre países y apareciendo luego como el salvador que entregó máscaras a las regiones abrumadas». El PCCh aprovechó la crisis del COVID-19-19 para extender el control de Pekín sobre países extranjeros, en una versión revisada del proyecto «Iniciativa Cinturón y Ruta de la Seda» (BRI), cuyo objetivo es remodelar lo que queda de la globalización imponiendo sus «características chinas».
Falsa caridad y control de alta tecnología
De sus nueve capítulos y 41 páginas, el capítulo 3 titulado, «La diplomacia de la máscara facial —una agenda oculta», es particularmente importante. Señala que «entre el 1 de marzo y el 4 de abril de 2020, China exportó más de 386o millones de máscaras faciales, 2,8 millones de kits de prueba de COVID-19 y más de 2,4 millones de termómetros infrarrojos». Gran parte de estos «han sido vendidos, en lugar de donados, y el eslogan ‘fabricado en China’ ha comenzado a tener connotaciones mortales».
Pero tan pronto como estos grandes envíos llegaron a numerosos países (incluida Italia), «comenzó el clamor de que los EPP deficientes, defectuosos e incluso sin licencia eran rechazados por países de toda Europa. De hecho, los tan publicitados esfuerzos de apoyo, en lugar de brindar asistencia pusieron en peligro a los profesionales médicos al crear una falsa sensación de seguridad». El informe de DAFOH describe esta maniobra como un intento «del Partido Comunista Chino de sacar provecho de una tragedia humana»: «poner las ganancias por sobre la vida de la gente en un momento de tragedia médica, [es] preocupante».
El Capítulo 4 titulado, «Preocupaciones sobre la Sociedad de la Cruz Roja China», es igualmente escalofriante. Define a la Sociedad de la Cruz Roja China (SCRC) como «[un] brazo del Partido Comunista Chino controlado por el Estado». Tal y como se explica en el informe, «en febrero de 2020, la SCRC se convirtió en blanco de críticas y fue sometida a un intenso escrutinio, tanto en el país como en el extranjero, por su incapacidad para distribuir ayuda a las instituciones más necesitadas, y fue acusada de almacenar y manejar mal los suministros médicos que se necesitaban con urgencia en los almacenes. En Wuhan, el epicentro del brote de COVID-19 en China, se filtraron videos de funcionarios de la SCRC en los que los mismos les proporcionaban EPP a funcionarios del Gobierno local en un momento en que los hospitales los necesitaban con suma urgencia, provocando protestas en las redes sociales chinas».
Pero aún hay más. El informe de DAFOH describe a la SCRC nada menos que como una herramienta en manos del PCCh, utilizada para fomentar el impulso del régimen hacia el control extranjero. De hecho, “surgieron reportes que afirmaban que, junto con la muy publicitada ayuda de la SCRC, Huawei estaba tratando de establecer redes 5G basadas en la nube directamente con los hospitales de Wuhan», lo cual «inmediatamente causó preocupación sobre la seguridad». En resumen, «los intentos llevados a cabo por la SCRC para sacar provecho de la vulnerabilidad creada por la pandemia inducida por el PCCh y así impulsar la agenda del PCCh […] indican que los motivos de la ayuda proporcionada por la SCRC no son simplemente humanitarios».
Planes hegemónicos
De hecho, la SCRC parece ser la última pieza de un gran plan hegemónico. En enero de 2017, el Secretario General del PCCh y Presidente de la República Popular China, el Sr. Xi Jinping, firmó un memorando de entendimiento con la OMS sobre la construcción de la llamada «Ruta de la Seda de la Salud», la cual «mejoraría la salud pública» en los países que se encuentran situados lo largo de la BRI de China. Actualmente, la BRI y el pensamiento de Xi Jinping, es decir, su búsqueda neo-postcomunista de remodelación del mundo, son parte esencial de la Constitución china. Y el Covid-19 ahora puede servir como un inesperado, pero acertado vehículo para ambos.
«Ya que la epidemia de COVID-19 se ha extendido fuera de China a lo largo de las rutas de la BRI», el informe de DAFOH sostiene que, «esos mismos corredores, puertos y centros logísticos ahora están siendo utilizados para proporcionar asistencia médica a los países asociados que la necesitan, ya que Pekín intenta posicionarse como líder mundial en materia de atención sanitaria —una jugada que el presidente chino Xi Jinping llama la ‘Ruta de la Seda de la Salud’».
Es por ello que, «la Ruta de la Seda de la Salud presenta un marco a través del cual Pekín puede optar por renovar su BRI». Por supuesto, la pandemia también ha supuesto un duro golpe para la economía china, y el proyecto BRI también ha sufrido, pero ahora parece que se vislumbra una nueva oportunidad. El informe titulado, Desenmascarando la pandemia de COVID-19 afirma que “la Ruta de la Seda de la Salud puede llegar a transformarse en un nuevo y conveniente estandarte para una política exterior emblemática que China simplemente no abandonará ni siquiera estando sometida a una significativa presión».
El primer ministro italiano Giuseppe Conte y Xi Jinping
Aquí es donde Italia entra en escena. La idea de la «Ruta de la Seda de la Salud» surgió abiertamente durante una conversación telefónica llevada a cabo el 16 de marzo, mientras Italia se encontraba en medio de su brote de coronavirus, entre el Sr. Xi Jinping y el Primer Ministro italiano, el Sr. Giuseppe Conte. Italia es uno de los firmantes europeos de los memorandos de la BRI con China. Ese fue el momento en el que el régimen chino «envió a su Sociedad de la Cruz Roja China estatal a Italia […], utilizando el pretexto de proporcionar ayuda humanitaria». De hecho, en ese momento Pekín ya «le había restado importancia a la amenaza mortal del COVID-19», creando así las condiciones «que permitieron que el virus ingresara y luego se extendiera por toda Italia, provocando una calamidad, a una escala que no se ha experimentado durante generaciones, directamente sobre el pueblo italiano».
Actualmente, tal y como se indica en el informe —y «de manera bien documentada», escribe DAFOH— la SCRC es un socio en «la búsqueda del Gobierno chino de establecerse como el socio 5G de Italia a través de la empresa estatal afiliada Huawei». La medida humanitaria tenía por objeto «atraer al pueblo italiano a una mayor colaboración económica y diplomática y la expansión de la red de vigilancia 5G del Gobierno chino».
Es por ello que, el 7 de mayo, la rama italiana de DAFOH le envió una carta al Gobierno y al parlamento italiano instándoles a tomar medidas inmediatas contra las interferencias chinas. Desde que se diera la voz de alarma, hace unas semanas, sobre el extraordinario y sistemático encubrimiento chino de la pandemia, provocando miles y miles de muertes y daños en todo el mundo, el entusiasta apoyo del Gobierno italiano a la retórica del Gobierno chino se ha vuelto más discreto que antes. Queda por ver si estos acontecimientos tendrán un efecto a largo plazo en las políticas italianas a favor de China.
Este artículo fue publicado originalmente en Bitter Winter, una publicación sobre libertad religiosa y derechos humanos en China.
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