Una nueva demanda por fraude electoral alega que se les dijo a trabajadores electorales de Michigan que adelantaran las fechas de las boletas y no verificaran las firmas.
Jessy Jacob, una empleada de la ciudad de Detroit, firmó una declaración jurada diciendo que se le ordenó antedatar las boletas de correo y no buscar deficiencias en las boletas.
También afirmó que le dijeron que no pidiera identificación cuando los votantes llegaran a votar en persona.
«Yo observé directamente, a diario, a los trabajadores y empleados electorales de la ciudad de Detroit entrenando y tratando de guiar a los votantes para que votaran por Joe Biden y el partido demócrata», dice en la declaración jurada, añadiendo que los vio «alentando a los votantes a hacer una votación directa por los demócratas».
Varios observadores también firmaron declaraciones juradas que atestiguan un supuesto fraude electoral.
Zachary Larsen, abogado y exfiscal general adjunto del estado de Michigan, dijo que vio a un funcionario electoral violando las directrices sobre cómo contar las boletas ajustando una cubierta de confidencialidad destinada a mantener la información de los individuos en privado y asomándose a los sobres. Un segundo funcionario también, a veces, quitaba la cubierta de confidencialidad para observar la boleta.
Larsen dijo que habló con otro observador, quien dijo que vió irregularidades similares. Ese observador planteó la cuestión a un supervisor, que le preguntó: «¿Por qué tiene importancia?» y «¿Qué diferencia hay?»
Larsen identificó otra cuestión. Dijo que vio que las boletas que se apartaban eran «boletas problemáticas» porque carecían de una cubierta de confidencialidad, aunque otras boletas que no tenían la cubierta eran pasadas y procesadas normalmente.
Un supervisor dijo que las boletas fueron puestas en la caja de «boletas problemáticas» por eficiencia, dijo Larsen.
El exfiscal también dijo que se le presionó ilegalmente para que solo observara el conteo de las boletas a distancia.
Larsen y un colega salieron a almorzar y supuestamente no les permitieron volver a entrar cuando trataron de volver a entrar en la sala. Los oficiales dijeron que la sala estaba llena.
Otro observador, Andrew Sitto, dijo que estuvo en el centro de la TCF desde las 9 p.m. la noche de las elecciones hasta la madrugada del día siguiente.
Sitto dijo que pensaba que todos se iban a casa a las 4:30 a.m. el 4 de noviembre pero uno de los hombres a cargo del conteo anunció que llegaría un cargamento de boletas de voto ausente que tendría que ser contado.
Sitto dijo que escuchó a otros observadores decir que vehículos con matrículas de otros estados se detuvieron fuera del centro minutos antes y descargaron cajas de boletas.
Pronto, decenas de miles de boletas fueron traídas y colocadas en ocho mesas. A diferencia de otras boletas que habían llegado, las cajas fueron traídas desde la parte posterior de la sala.
Cada boleta que Sitto presenció fue contada para el candidato presidencial demócrata. También escuchó a los contadores decir que las boletas que estaban contando eran para Biden.
Biden fue declarado ganador de Michigan, con un margen de unos 145,000 votos, según resultados no oficiales que no han sido certificados.
Un tercer observador, Robert Cushman, dijo que presenció el recuento de miles de boletas de personas desconocidas y no verificadas. Cuando planteó sus preocupaciones, los supervisores electorales le dijeron que la oficina del secretario del condado de Wayne las había «verificado».
Cushman dijo que cuestionó todo el proceso porque los nombres no estaban en el Archivo de Votantes Calificados o en documentos suplementarios. Además, todas las fechas de nacimiento fueron marcadas como 01-01-1900, alegó.
Los trabajadores continuaron contando las boletas.
La secretaria del condado de Wayne, Cathy Garrett, no devolvió una solicitud de comentarios. Una portavoz de Janice Winfrey, la secretaria de la ciudad de Detroit, tomó un mensaje el lunes cuando fue contactada por The Epoch Times. Winfrey no devolvió el mensaje al momento de la publicación.
Otros dos observadores firmaron declaraciones juradas que expresaban su preocupación por el fraude electoral. Otro observador electoral, que pidió permanecer en el anonimato, dijo a NTD Television que vio que las boletas se contaban a un ritmo lento. Dijo que un camión llegó al Centro TCF con más boletas, algunas de las cuales eran de personas que estaban marcadas como nacidas en 1900.
La demanda de 78 páginas fue presentada por el Centro de Justicia de Great Lakes en nombre de Cheryl Costantino y Edward McCall. Mientras se decide el caso, los demandantes solicitan una orden de restricción temporal del recuento de votos.
David Kallman, consejero principal del centro, dijo en una declaración: «Este tipo de fraude generalizado en el conteo y procesamiento de las boletas de los votantes no puede permitirse. Los ciudadanos de Michigan tienen derecho a saber que sus elecciones se llevan a cabo de manera justa y legal y que cada voto legal se cuenta correctamente. Este fraude desenfrenado no se puede corregir. Pedimos a la Corte que ordene la certificación de esta elección fraudulenta, anule la elección y ordene una nueva votación en el Condado de Wayne».
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