Los aerogeneradores no duran para siempre. Al cabo de 20 o 25 años, los operadores suelen desmantelarlos porque se han quedado anticuados. Esto es exactamente lo que está a punto de ocurrir con unas 7500 turbinas en España.
Debido a las óptimas condiciones climáticas peninsulares para este tipo de energía, el Gobierno apoyó desde el principio la expansión de las energías «renovables«. En 1997 entró en vigor la «Ley del Sector Eléctrico», que creó nuevas condiciones para la industria eléctrica. Desde entonces, la capacidad instalada ha aumentado rápidamente, según el portal español de noticias sobre energía eólica «REVE«.
En 2022, España contaba con unos 21.000 aerogeneradores, según informa el diario suizo NZZ. Sin embargo, la asociación española de energía eólica AEE ha pronosticado ahora que alrededor del 36 por ciento de todos los aerogeneradores existentes en España tendrán que ser desmantelados en los próximos cinco años debido a su antigüedad. Así lo informó el canal público de noticias polaco TVP.
Según el artículo, unos 7.500 aerogeneradores y un total de más de 21.000 palas de rotor están a punto de ser desmantelados. Después hay que retirarlos y procesarlos, lo que plantea un importante reto logístico. Según la asociación sectorial, uno de cada tres aerogeneradores en España entró en funcionamiento antes de 2005.
Problema de reciclaje para el 15 por ciento de las turbinas
La mayoría de los materiales, como el acero, el cobre, los componentes electrónicos y los generadores, pueden reciclarse fácilmente. El problema son las palas del rotor de las turbinas, reforzadas con fibra de vidrio, que representan alrededor del 15 por ciento de todo el sistema. Solo unos pocos vertederos las aceptan.
Los compuestos artificiales reforzados con fibra, como la fibra de vidrio, son difíciles de reciclar porque consisten en una combinación de materiales que no pueden separarse fácilmente. A diferencia de los materiales termoplásticos (como las botellas de PET), que pueden fundirse y reutilizarse, los compuestos suelen estar formados por termoestables que no pueden fundirse. Según la Universidad de Ciencias Aplicadas del Noroeste de Suiza, su reciclado requiere procesos especiales como la pirólisis o la solvólisis. Solo entonces pueden separarse y reciclarse los materiales, en teoría.
En la práctica, ninguno de estos métodos ha dado aún el resultado deseado. Por el contrario, han surgido problemas adicionales relacionados con los materiales y la energía que hacen casi imposible una utilización económica. Como resultado, todavía no existe ningún proceso para reciclar las palas de los rotores a gran escala industrial.
Según el portal «BaustoffWissen«, una pala de rotor de 40 metros de longitud se compone de 24 toneladas de plástico reforzado con fibra de vidrio, 1,3 toneladas de madera de balsa y 0,5 toneladas de metal.
España tiene previsto sustituir los viejos aerogeneradores por turbinas más modernas y eficientes, pero aún se desconocen los detalles exactos del alcance de la sustitución, según «Kettner Edelmetalle«. Sin embargo, el problema del reciclaje no se limita a España, sino que existe en todo el mundo.
Crecimiento y pérdidas multimillonarias al mismo tiempo
La construcción de nuevos aerogeneradores también tiene al menos un aspecto positivo: España espera que solo los nuevos aerogeneradores marinos creen más de 7000 nuevos puestos de trabajo en los próximos años, según el portal de noticias de la industria eólica «Windfair«.
La Comisión Europea planea duplicar el presupuesto para las llamadas tecnologías limpias hasta 1.400 millones de euros y acelerar el proceso de autorización de permisos. La UE prevé garantizar que el 45 por ciento de la energía proceda de fuentes «renovables» para 2030.
A pesar del crecimiento, la industria eólica europea, incluida la española, se enfrenta a pérdidas multimillonarias. Esto se debe también a la competencia de China, que tiene mejor acceso a los recursos y -gracias a las elevadas subvenciones y la mano de obra barata- ofrece precios más bajos.
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