El 23 de junio, el Departamento de la Policía Metropolitana de Louisville despidió a un agente de policía que participó en la muerte a tiros de Breonna Taylor, una mujer de 26 años que fue abatida en su casa en marzo.
En una carta del departamento de policía de la ciudad compartida en Twitter el martes, el jefe de policía interino, Robert Schroeder, dijo que el oficial de la policía metropolitana de Louisville, Brett Hankison, violó los procedimientos al mostrar «extrema indiferencia por el valor de la vida humana», cuando «sin querer y a ciegas» disparó 10 tiros en el apartamento de Taylor.
Schroeder también dijo que Hankison violó la regla contra el uso de fuerza mortal. La carta establece que su despido sería efectivo de inmediato.
— LMPD (@LMPD) June 23, 2020
Taylor, una trabajadora médica de Kentucky, fue asesinada en su casa el 13 de marzo, después de que los policías ejecutaran una orden de ‘no- knock’ -no tocar o llamar- por drogas, después de la medianoche. Estas órdenes permiten a los policías a entrar en una residencia por la fuerza sin tener que anunciar su propósito o identificarse como policías.
Hankison fue uno de los tres oficiales involucrados en el tiroteo.
Kenneth Walker, el novio de Taylor, disparó un arma de fuego que poseía legalmente, creyendo que la casa de Louisville que él y Taylor compartían estaba siendo asaltada.
En el enfrentamiento, un oficial de policía fue alcanzado por una bala. La policía devolvió el fuego, golpeando a Taylor ocho veces, lo que provocó su muerte. No se encontraron drogas en la casa.
El despido de Hankison se produjo después de que el alcalde anunciara el viernes que Schroeder había iniciado los procedimientos de despido de Hankison, mientras que otros dos oficiales permanecen en reasignación administrativa en tanto se investiga el tiroteo.
«Los diez tiros que usted disparó fueron a una puerta y ventana del patio que estaban cubiertas con material que le impedía completamente verificar a cualquier persona sobre una amenaza inmediata o, más importante aún, a cualquier persona inocente presente», dijo Schroeder en su carta, refiriéndose a la violación de Hankison sobre la regla contra el uso de fuerza mortal.
«Encuentro su conducta un golpe para la conciencia», continuó. «Estoy alarmado y sorprendido de que haya usado la fuerza mortal de esta manera».
«Su conducta exige su despido», escribió Schroeder a continuación. «Confío plenamente en mi decisión de despedirlo por el mejor interés del Departamento de Policía de Louisville y de nuestra comunidad».
Sam Aguiar, un abogado de la familia Taylor, dijo anteriormente que la decisión de despedir a Hankison era necesaria desde hace mucho tiempo. «Ya era hora», declaró, agregando que Hankison era un oficial que «plagó nuestras calles y empeoró esta ciudad durante más de una docena de años».
«Esperemos que esto sea el comienzo de un buen y fuerte proceso penal contra el oficial Hankison, porque definitivamente merece al menos ser acusado», añadió Aguiar.
Los manifestantes que piden justicia por el tiroteo de Taylor han llevado sus reclamos a las calles en medio de las protestas internacionales, tras la muerte el 25 de mayo de George Floyd, quien falleció después de que un policía de Minneapolis presionara su rodilla contra su cuello durante casi ocho minutos.
Tras la muerte de Taylor, el senador Rand Paul (R-Ky.) presentó un proyecto de ley para prohibir las órdenes de ‘no llamar’ . En un comunicado de prensa el 11 de junio, Paul dijo que el proyecto de ley se nombra en memoria y honor de Taylor.
«Después de hablar con la familia de Breonna Taylor, he llegado a la conclusión de que ya es hora de deshacerse de las órdenes de ‘no llamar’. Este proyecto de ley terminará efectivamente con las redadas de ‘no llamar’ en Estados Unidos», dijo el senador Paul.
El proyecto de ley, denominado Ley de Justicia para Breonna Taylor (pdf), prohíbe a cualquier agencia de policía estatal o local de todo el país ejecutar una orden «que no requiera que el agente de la ley que entrega la orden notifique su autoridad y propósito antes de entrar por la fuerza en un local».
Tom Ozimek y The Associated Press contribuyeron a este informe.
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