El senador Tom Cotton (R-Ark.) dijo que Estados Unidos podría tomar medidas unilaterales contra los cárteles de drogas mexicanos después de que nueve ciudadanos estadounidenses, incluyendo niños pequeños, fueran asesinados en el norte de México.
Cotton criticó la respuesta del presidente mexicano socialista Andrés Manuel López Obrador, diciendo que no quiere la guerra.
«Está claro que el gobierno mexicano no puede manejar esto», dijo Cotton, miembro de la Comisión de Servicio Armado del Senado, a Fox News. «El presidente López Obrador llegó al poder hace casi un año diciendo que su estrategia para lidiar con los cárteles iba a ser más abrazos, no balas».
«Eso puede funcionar en un cuento de hadas para niños, pero en el mundo real, cuando tres mujeres y seis niños estadounidenses fueron asesinados a tiros y quemados vivos, lo único que puede contrarrestar a las balas son más y más grandes balas», explicó. «Si el gobierno mexicano no puede proteger a los ciudadanos estadounidenses en México, entonces Estados Unidos tendrá que tomar el asunto en sus manos».
Después de los asesinatos, localizados cerca de la frontera entre México y Estados Unidos, el presidente Donald Trump ofreció declarar la «guerra» a los cárteles y «borrarlos de la faz de la tierra». Y añadió: «¡Solo esperamos una llamada de su nuevo gran presidente!».
En informes de prensa, López Obrador rechazó la oferta y dijo no estar de acuerdo con Estados Unidos, argumentando que lo peor es la guerra.
Pero Cotton dijo que la respuesta del líder mexicano fue comparable a la de los jefes de estado que calman a un dictador o que no se enfrentan a organizaciones terroristas.
Estos grupos e individuos, añadió, «lo toman como una señal de debilidad y se aprovechan de los inocentes».
Cotton se refirió a la operación dirigida por Estados Unidos para eliminar a líderes terroristas en todo el mundo, incluyendo la reciente muerte del líder de ISIS Abu Bakr al-Baghdadi en Siria y el asesinato de Osama bin Laden en Pakistán en 2011.
«Ciertamente podemos defender a los ciudadanos estadounidenses dentro de México si México no está dispuesto a hacerlo o no es capaz de hacerlo», dijo Cotton a la agencia de noticias.
La mayoría de las víctimas del tiroteo del cártel vivían a unas 70 millas (110 kilómetros) al sur de Douglas, Arizona, en el caserío La Mora, fundado hace décadas por una rama de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Muchos de los residentes de La Mora se llaman a sí mismos mormones, pero no están afiliados a la iglesia. Muchos están relacionados con la familia LeBaron, según The Associated Press.
Se creía que los asesinos eran de la frontera, cuyos hombres armados habían entrado al territorio del cártel de Sinaloa el día anterior y habían establecido un puesto armado en la cima de una colina cerca de La Mora y una emboscada más adelante en la carretera. El cártel de Juárez aparentemente quería impedir que los pistoleros de Sinaloa entraran a su territorio en el estado de Chihuahua.
En total, tres madres y seis niños fueron asesinados a tiros en el asalto. Un sospechoso no identificado en el asesinato fue capturado el miércoles, según se informó.
(Photo by HERIKA MARTINEZ/AFP via Getty Images)
«Estamos esperando algo más de inteligencia para emitir una declaración oficial», dijo el procurador general del estado de Chihuahua, César Peniche Espejel, citado por CNN.
The Associated Press contribuyó a la elaboración de este informe.
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