«El Juego del Calamar» guarda inquietante similitud con China: Testimonio de prisionera torturada

Por Pachi Valencia
31 de octubre de 2021 12:22 AM Actualizado: 31 de octubre de 2021 12:24 AM

La exitosa serie de Netflix «El Juego del Calamar» ha llamado la atención por su sangrienta trama, la cual plantea un tema escalofriante: la sustracción forzada de órganos; sin embargo, en China esto está lejos de ser ficción.

Desde 1999, el Partido Comunista Chino (PCCh) ha lucrado con las córneas, riñones, corazones e hígados de personas vivas. ¿La razón? Tener una creencia religiosa o espiritual.

Chris Zhao, originaria de Dalian–una ciudad al sur de china–fue encarcelada y torturada por el régimen chino por practicar Falun Dafa, una disciplina espiritual muy popular en China en la década de los 90.

«Cuando era muy pequeña me preguntaba, ¿de dónde somos?, ¿a dónde vamos después de morir? Traté de buscar la respuesta en la filosofía y la literatura; por eso estudié literatura en la universidad pero no pude encontrar ninguna respuesta», dijo Zhao en el programa «Entrevistas EpochTV» de The Epoch Times.

«Y cuando supe sobre Falun Dafa descubrí tantas cosas, tantos beneficios, y me dio respuestas a las interrogantes que tenía pero que nunca no pude encontrar», agregó.

La practicante de Falun Dafa Chris Zhao en Dalian, China. (Cortesía de Chris Zhao)

Falun Dafa, también conocida como Falun Gong, es una práctica de meditación que se centra en los principios de verdad, benevolencia, y tolerancia. Fue difundida en 1992, y en siete años, cerca de 100 millones de personas chinas practicaban Falun Dafa en parques y lugares públicos.

Sin embargo, el rápido crecimiento de Falun Dafa–una cifra que superaba el número de miembros del PCCh en ese momento–fue considerado por el entonces líder del PCCh Jiang Zemin como una amenaza al régimen autoritario y ateo en China.

Es así que a partir del 20 de julio de 1999 empezó una sistemática persecución contra los practicantes de Falun Dafa– en donde millones sufrieron arrestos, torturas, y acosos que continúan hasta el día de hoy.

Ante ello, Zhao sintió la necesidad de ir a apelar a Beijing para detener la persecución, pero la policía la arrestó en el aeropuerto de Dalian y fue llevada en un centro de detención.

«Lo único que los policías querían saber es si iba a seguir practicando Falun Dafa o no. Me amenazaron diciendo que si quería seguir practicando, iba a seguir arrestada; y que si quería salir, debía rendirte», relató. «Así que dije que no, dije que Falun Dafa es bueno y que no tengo por qué rendirme».

Treinta y cuatro días después, Zhao fue puesta bajo arresto domiciliario, pero luego de un tiempo fue arrestada nuevamente cuando se reunió con otra practicante de su localidad. Esta vez, lo que le esperaría en el centro de detención sería algo inimaginable.

«Esta vez fui torturada. Me alimentaron a la fuerza porque estuve en huelga de hambre unos cuatro días», recordó. «Fue muy, muy duro»

«Después de ser alimentada a la fuerza, me encadenaron al suelo. Me pusieron los grilletes  a mis manos y pies juntos. Y luego los encadenaron al suelo para que no pudiera moverme», agregó.

«Estaba en una postura muy difícil y muy dolorosa, por lo que no podía moverme», agregó. «Luego de eso, debido a que la tortura fue tan dura, tuvo dolores en el estómago. No pude comer por mucho tiempo porque me dolía el estómago».

En 2006, Zhao logró escapar a España pero aún tiene recuerdos muy vívidos de la tortura.

A pesar que pudo sobrevivir a esta maldad sin precedentes, ella reflexiona sobre los practicantes de Falun Dafa que no corrieron con su misma suerte, ya que en la actualidad miles de ellos siguen siendo acosados y arrestados en China solo por tener una creencia espiritual.

La practicante de Falun Dafa Chris Zhao en España. (Cortesía de Chris Zhao)

Pero este ataque contra los practicantes de Falun Dafa no ha sido suficiente para el Partido Comunista Chino. Luego de diversas investigaciones y testimonios, se descubrió una inhumana sustracción forzada de órganos promovida por el régimen.

Un tribunal popular independiente de Londres dijo que existían pruebas claras de que la sustracción forzada de órganos en China había ocurrido durante años “en una escala significativa”, y que estaban “seguros” de que los órganos provenían de practicantes de Falun Dafa encarcelados, señalando que eran “probablemente la fuente principal”.

Durante los arrestos de practicantes, el régimen examina la compatibilidad de sus órganos y a partir de allí, los practicantes se convierten en una reserva de órganos vivos.

«La sustracción de órganos, para mí, es algo muy cercano, estuve cerca de casi ser una víctima», dijo Zhao.  «Porque [cuando eres practicante de Falun Dafa] pierdes toda la protección de los derechos humanos. Te llevan a una prisión negra, te torturan y nadie lo sabe. Te matan y nadie lo sabe. Estás bloqueado desde el exterior», añadió.

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