El reino perdido de Yam, un misterio que solo las arenas del Sáhara pueden saber

Por The Epoch Times
15 de julio de 2015 2:09 PM Actualizado: 02 de agosto de 2019 8:48 PM

A lo largo de la historia son muchas las civilizaciones que se creen perdidas desde los tiempos inmemoriales en que el ser humano comenzó a organizar su vida en torno a la socialización y convivencia con otras personas.

Han surgido ejemplos como el de Atlantis, Lemuria o Hiperbórea, que parecen más bien sacadas de la imaginación de las personas. Sin embargo, hay otras que, pese a que el rastro es difuso, sí se puede demostrar que existieron realmente. Este es el caso del reino perdido de Yam.

No es sencillo localizar el reino de Yam, puesto que lo que se sabe al respecto es más bien a través de inscripciones jeroglíficas en tumbas del Valle del Nilo, pertenecientes al Antiguo Imperio Egipcio. Lo cierto es que resulta muy curiosa la forma en que se descubrió el reino perdido de Yam.

Fue a raíz de la localización de una tumba en Aswan y perteneciente a un noble llamado Harkhuf. En ella se lee que en el año 2270 aC. este hombre fue enviado por el rey Merenre en expedición para explorar este lugar tan misterioso que decía que era Yam era una tierra de «incienso, ébano, pieles de leopardo, colmillos de elefante y bumeranes», según Ancient-origins.

Toda la información antes nombrada se puede leer en las inscripciones de la tumba de Harkhuf. También quedó inmortalizada la vuelta de este noble tras siete meses de compleja expedición portando toda clase de regalos, como bumeranes, ébano, colmillos de elefante, incienso o pieles de leopardo.

Sin embargo, el reino de Yam desapareció de la historia de forma misteriosa sin dejar el más mínimo rastro de su existencia más que los relatos de Harkhuf. Es más, pensar en cómo lograron los egipcios alcanzar el lugar, atravesando abrasadores desiertos en tiempo en que apenas existía la rueda, es todavía hoy día una misión compleja de descifrar.

Inscripciones jeroglíficas del reino de Yam. (CC BY-SA 2.0)

Pero dónde estaba y cómo desapareció

Hace unos años, el explorador maltés Mark Borda, ayudado por su fiel guía Mahmoud Morai, descubrieron pinturas prehistóricas al sur de lo que hoy es el país africano de Sudán. En la zona se ubica la montaña de Uwienate, que hace unos 4000 años albergó riquezas a las que se hacen referencia en al tumba de Harkhuf, por lo que es bastante probable que el misterioso Reino de Yam se ubicase en este enclave.

Vamos ahora con otro misterio que parece irresoluble: ¿cómo desapareció el reino de Yam?

A pesar de las afirmaciones de Harkhuf de que los viajes por tierra excedían los siete meses, los egiptólogos han colocado desde hace mucho tiempo la tierra de los bumeranes a solo unos pocos cientos de kilómetros del Nilo.

La sabiduría convencional dice  que no había forma que los antiguos egipcios pudieran cruzar la inhóspita extensión del desierto del Sahara.

Reino de Yam
Posible localización del reino de Yam. (CC BY-SA 3.0)

También se planteó la cuestión de lo que habrían encontrado al otro lado del Sáhara. Pero parece que subestimamos a los antiguos comerciantes egipcios, porque los jeroglíficos descubiertos recientemente a más de 700 kilómetros (430 millas) al suroeste del Nilo confirman la existencia del comercio entre Yam y Egipto y apuntan a la ubicación de Yam en las tierras altas del norte de Chad, y la forma exacta en que los egipcios cruzaron cientos de kilómetros de desierto antes de la introducción de la rueda y con solo asnos para los animales de carga sigue siendo desconcertante.

Tal vez el descubrimiento de otros lugares más accesibles y cómodos hicieron caer en desgracia a este lugar perdido.

No se sabe mucho más, pero al menos su misterios está más cerca de resolverse.

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