El máximo líder de China, Xi Jinping, quiere inculcar lealtad en todos los ciudadanos chinos, comenzando por los estudiantes de la escuela primaria.
A medida que los estudiantes de todo el país regresen de las vacaciones de verano, en septiembre, encontrarán un curso más en su plan de estudios: «El pensamiento de Xi Jinping».
El nuevo impulso por el control ideológico se extenderá desde la escuela primaria hasta la universidad. El libro de texto obligatorio, titulado «Pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas en la nueva era», tendrá cinco ediciones, que se enseñarán semanalmente a los estudiantes de tercer, quinto, octavo y décimo grado.
El libro tiene como objetivo «modelar gradualmente el apoyo de los estudiantes al liderazgo del Partido y al sistema socialista», decía un aviso reciente del Ministerio de Educación.
La medida, junto con una creciente represión a los materiales occidentales en las aulas, apunta al deseo del régimen de fortalecer el control ideológico, comenzando por dar forma a la visión del mundo de la generación más joven, dijeron los expertos.
«Si controlas la educación, de hecho, controlas los pensamientos de toda la población», le dijo a The Epoch Times, Li Yuanhua, exprofesor asociado de la Facultad de Educación de la Universidad Capital Normal en Beijing.
Una «tarea política»
El pensamiento de Xi Jinping, conocido alternativamente como «Xismo», se incluyó en los estatutos del Partido Comunista Chino (PCCh) durante el importantísimo Congreso Nacional del Partido en 2017. Desde entonces, las autoridades chinas y las instituciones respaldadas por el estado han establecido 18 centros de investigación dedicados a estudiar la ideología.
A medida que se acerca el nuevo año escolar, las autoridades educativas locales han ampliado la capacitación para que sus maestros estén al día con el nuevo material, mientras que los medios estatales han producido propaganda, preparando el escenario para el lanzamiento de los libros de texto. En Hebei, una provincia del norte de China que rodea a Beijing, 20 expertos en un seminario virtual explicaron el 3 de agosto los principios clave detrás del libro a cerca de 44,000 maestros de toda la provincia. Los entrenaron sobre cómo dar sus clases, según el Hebei Daily, un diario administrado por el estado.
Huang Qiang, director de la editorial estatal People’s Education Press, que publica el libro, dijo que la publicación del libro de texto era «otra importante tarea política», y añadió que era un «paso concreto» para arraigar el pensamiento de Xi Jinping «en el cerebro de los estudiantes».
La descripción más detallada del curso durante el seminario provino de Ding Lili, una profesora de escuela primaria pública de Shanghai que había realizado una prueba del material con sus alumnos. Después de elogiar el «atractivo magnético» del libro, Ding dio una anécdota que reveló cómo el libro puede jugar el papel en avivar la hostilidad hacia Occidente al tiempo que refuerza el nacionalismo, según un artículo del 1 de agosto en el Diario de la Educación China, un periódico administrado por la editorial.
En una de sus clases, la profesora Ding sostuvo ante sus estudiantes un teléfono de la empresa china Huawei, cuyo negocio de teléfonos inteligentes no puede acceder a tecnología vital de Estados Unidos, incluidos los chips de procesadores de alta gama, a causa de las sanciones estadounidenses, y les dijo a los expertos en el seminario:
«Cuando los niños escucharon que una marca nacional tan destacada está en problemas porque sus chips están retenidos por otras personas, se sorprendieron, confundieron y enojaron», dijo Ding, y agregó que luego les hizo a los estudiantes una serie de preguntas para que se llevaran a casa la idea de que la producción de tecnología de avanzada debe estar en China.
Bloqueo a contenidos educativos de países extranjeros
En consonancia con la propuesta del Pensamiento Xi Jinping en los estudiantes, el régimen también está intensificando el escrutinio sobre el contenido extranjero que se enseña en las aulas.
Recientemente, los reguladores de la educación en China pusieron fin a 286 asociaciones entre universidades chinas y extranjeras, como la Universidad de Nueva York, el Instituto de Tecnología de Georgia y la City University de Londres.
En una orden de finales de julio, aparentemente para aligerar la carga de trabajo de los estudiantes, las autoridades chinas declararon ilegal que las agencias de tutoría fuera del campus ofrecieran capacitaciones del extranjero a sus beneficiarios o emplearan a tutores con sede en el extranjero.
A raíz de la orden, al menos ocho empresas de tutoría dejaron de vender clases particulares con base en el extranjero a los estudiantes en China, y algunas dijeron que se centrarían en cursos alternativos como el de habla y lectura en chino.
La normativa supuso un duro golpe para el sector de las clases particulares, de 120.000 millones de dólares. Desde el 5 de agosto, Duolinggo, la popular aplicación de aprendizaje de idiomas, ya no se puede descargar en las tiendas de aplicaciones de Android operadas por Huawei y por el gigante tecnológico chino Tencent. Wall Street English, un centro de formación de inglés de alto nivel, cierra sus puertas, según informan los medios de comunicación chinos.
Frank Tian Xie, quien enseña un programa de MBA online en la Universidad de Carolina del Sur, en Aiken, dijo que el régimen, bajo una sensación de «crisis inminente», probablemente se sintió amenazado por la libertad de estas empresas para enseñar contenido fuera de su control.
“Quieren bloquear todos los canales posibles que puedan difundir la libertad y la verdad”, le dijo a The Epoch Times.
Algunas ciudades chinas importantes llevaron a cabo por separado medidas más estrictas.
En Beijing, los funcionarios de educación reafirmaron la prohibición de materiales didácticos de fuera de China en las escuelas primarias y secundarias. En Shanghai, los funcionarios obligaron a las escuelas a que hicieran lo mismo a principios de agosto, también se cancelaron las pruebas de inglés para los grados de tercero a quinto.
Al reducir el aprendizaje del idioma inglés entre los estudiantes, el régimen tiene como objetivo, en última instancia, debilitar la capacidad del pueblo chino para participar en la comunidad internacional, según el académico disidente e independiente, Wu Zuolai.
En opinión de Wu, las autoridades chinas están tratando de «hacer que los niños estudien lo mínimo que necesitan y reducir su contacto con materiales en inglés durante su tiempo libre, para que puedan dedicar el resto de su tiempo a escuchar la ideología de Xi».
“Así es como funciona el adoctrinamiento”, le dijo a The Epoch Times.
La Sra. Li, una gerente de nivel medio en una firma financiera de Shanghai, que solicitó no usar su nombre completo, dijo que estaba preocupada por las nuevas y radicales políticas de su ciudad.
«No estoy sugiriendo que el inglés sea tan asombroso, pero es una herramienta, una ventana para ver el mundo», le dijo a The Epoch Times. «Solo al observar cómo diferentes países y diferentes personas ven el mismo problema, se pueden formar los propios puntos de vista».
No obstante, dudaba de que los padres chinos, que suelen invertir mucho en la educación de sus hijos para ayudarles a progresar en la vida, estuvieran dispuestos a aceptar y dejar que sus hijos «perdieran en la línea de salida».
«Los padres no son estúpidos», dijo.
Luo Ya contribuyó a este artículo.
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