WASHINGTON —Las pequeñas empresas estadounidenses se han enfrentado a un problema económico sin precedentes debido a la pandemia y a los posteriores cierres por parte del gobierno. Con la reapertura de la economía, muchos propietarios de negocios se ven ahora afectados por otra crisis, ya que tienen problemas para cubrir puestos de trabajo.
Muchos empresarios no pueden competir con los subsidios de desempleo que ofrece el gobierno federal. Mark Owens, propietario de USA Insulation y de una empresa de camiones en Indiana, es uno de ellos.
La imposibilidad de contratar gente «se ha vuelto una carga para nuestro negocio», dijo Owens durante una mesa redonda virtual organizada por el representante Jackie Walorski (R-Ind.) el 24 de marzo. «Porque nadie quiere venir a trabajar».
Su negocio publicó 150 anuncios de trabajo desde diciembre de 2020 hasta el 15 de febrero, pero solo tres personas se presentaron a una entrevista durante ese tiempo. Y su objetivo, dijo, era proporcionar una prueba de búsqueda de empleo necesaria para recibir beneficios en lugar de conseguir realmente el trabajo.
Los candidatos dicen que quieren el trabajo pero nunca se presentan, dijo Owens, «porque no pudimos competir con los [beneficios] de desempleo».
Según él, la imposibilidad de contratar gente ha sido una «montaña rusa emocional» para muchos propietarios de pequeñas empresas.
Recientes encuestas empresariales muestran que la mayoría de los propietarios de pequeñas empresas que contratan tienen dificultades para encontrar trabajadores cualificados. Según una encuesta mensual de la Federación Nacional de Empresas Independientes (NFIB, por sus siglas en inglés), los puestos de trabajo vacantes en febrero alcanzaron un récord histórico, y el 40% de las empresas dijeron que no podían cubrir las vacantes.
«Se trata de una gran diferencia con respecto a lo que vimos en la última recesión de 2009, en la que fue de aproximadamente un 7%», dijo Holly Wade, directora ejecutiva del Centro de Investigación de la NFIB, en la mesa redonda.
La Ley CARES, promulgada en marzo de 2020, ofrecía un subsidio semanal de 600 dólares además de las prestaciones regulares del seguro de desempleo. Tras la expiración de la prestación complementaria en julio de 2020, la Administración Trump, a través de una orden ejecutiva, autorizó un pago federal extra de 300 dólares semanales.
El nuevo plan de estímulo de la administración Biden, de 1.9 billones de dólares, prorrogó el subsidio semanal de desempleo de 300 dólares hasta el 6 de septiembre. Además, el proyecto de ley incluyó una disposición que hizo que los primeros 10,200 dólares en beneficios de desempleo recibidos en 2020 fueran libres de impuestos para los hogares que ganan 150,000 dólares o menos.
Algunos economistas han argumentado que el subsidio adicional ha disuadido a los trabajadores de volver a trabajar. Según American Action Forum, un instituto político de centro-derecha, el 37% de los trabajadores podría ganar más con la ayuda por desempleo de 300 dólares de lo que ganarían volviendo a trabajar.
Sin embargo, los defensores de la prestación extra, argumentan que la continuidad de la ayuda es fundamental, especialmente para los estadounidenses que pierden sus empleos a largo plazo en las industrias de servicios más afectadas, como los restaurantes.
«Se ha destruido la ética del trabajo»
Walorski y sus varios colegas republicanos dijeron en la mesa redonda virtual que las empresas no deberían tener que competir con los subsidios federales de desempleo por los trabajadores.
«No puedo imaginarme cómo vamos a calcular el costo de la destrucción de la ética laboral de Estados Unidos durante el COVID, y que la cantidad adicional de dinero federal que está fluyendo no hace más que aumentar esta destrucción», dijo Walorski.
Chris Roth, presidente de Reinke Manufacturing en Deshler, Nebraska, ha visto un crecimiento de su negocio en los últimos meses, pero ha tenido dificultades para cubrir los puestos.
«Acabamos trayendo empleados de fuera del estado», dijo Roth en la mesa redonda. «De hecho, los trajimos en autobús. Los alojamos en los moteles locales y pagamos los moteles».
La empresa de Roth compró posteriormente un motel y ahora está en proceso de renovación para convertirlo en alojamiento para empleados de fuera del estado.
Un grupo de legisladores republicanos encabezados por el representante Kevin Brady (R-Texas) anunció que presentaría una ley para ayudar a las empresas locales que tienen dificultades para contratar. El proyecto de ley fomentaría el trabajo permitiendo que los estados conviertan los beneficios de desempleo mejorados en un bono de contratación único. La propuesta también contempla el apoyo a los servicios de reempleo.
En su intervención en la mesa redonda, Alex Adams, director de presupuestos del estado de Idaho, dijo que su estado puso en marcha «incentivos para regresar al trabajo» para compensar el impacto negativo del subsidio de 600 dólares semanales el año pasado.
Para incentivar el trabajo y ayudar a las empresas locales, el estado pagó una bonificación de 1,500 dólares a cada persona que volviera a trabajar. El estado distribuyó 27,192 bonos por un total de 36 millones de dólares, que se pagaron con la parte discrecional del estado de los recursos de la Ley CARES, dijo Adams.
Gracias a este esfuerzo y a otras acciones, la tasa de desempleo en Idaho se redujo al 3.4% en enero desde el 11.6% en abril de 2020. La tasa de desempleo de Idaho es una de las más bajas del país.
Phillip Hayes, vicepresidente de The Arnold Group, una empresa de recursos humanos con sede en Kansas, dijo que la contratación para sus clientes es «más difícil hoy que antes de la pandemia».
«Nuestra empresa y los cientos de empresas a las que prestamos servicio se han encontrado con más obstáculos y dificultades de contratación que nunca, en gran parte debido a los dólares adicionales de estímulo del desempleo federal que se destinaron», dijo en la mesa redonda virtual.
Actualmente hay más de 50,000 ofertas de empleo en Kansas, dijo Hayes, en una sola plataforma de contratación.
«Es absolutamente desalentador que se incentive tanto a los solicitantes del seguro de desempleo que las empresas se vean obligadas a combinar turnos o cerrar líneas de producción por completo», dijo.
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