Un preso político de Nicaragua con síntomas del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus, que había sido reportado como desaparecido, fue encontrado este martes intubado en un hospital de Managua, tras varios días de sufrir problemas respiratorios, informaron sus familiares.
Uriel Pérez, quien forma parte de la lista de 93 presos políticos del dictador Daniel Ortega, debía haber sido presentado por las autoridades del Sistema Penitenciario Nacional esta mañana en el Complejo Judicial de Managua, para enfrentar un juicio, pero se ausentó porque se encontraba en estado crítico en el Hospital Alemán Nicaragüense, destinado para los afectados por la pandemia, informaron sus familiares.
“Estamos acá en el Hospital Alemán, nos acaban de informar que Uriel Pérez aquí se encuentra, se encuentra intubado, no querían dar información, pero aquí estamos, con esta triste noticia, compartiéndola”, indicaron esta tarde los familiares, en un mensaje divulgado en redes sociales.
Pérez había sido visto por última vez el sábado pasado, mientras era sacado inconsciente de la clínica de la cárcel “La Modelo”, la más grande del país, tras desmayarse a causa de síntomas similares a los del COVID-19, según la Asociación de Víctimas de Abril (AVA).
Aunque las autoridades del Sistema Penitenciario Nacional sabían que Pérez estaba en estado crítico, nunca brindaron información sobre el preso político a sus familiares, quienes salieron del Complejo Judicial a buscarlo en varios centros hospitalarios, hasta dar con su paradero.
“Una vez más el Estado criminal de Ortega es el responsable del ensañamiento contra nuestros jóvenes, es lamentable el gran dolor que están sufriendo nuestras madres”, agregó uno de los familiares, mientras la madre del reo, Silvana Pérez, lloraba de forma incontenible.
Alarma por los presos políticos
La noticia de la desaparición de Pérez y su posterior aparición, intubado en el hospital dedicado a los pacientes con el virus del PCCh, creó alarma entre los familiares de al menos 93 presos políticos encerrados tras ser identificados como opositores de Ortega.
Una de las afectadas fue Maritza Arce, madre de Michael Arce, uno de los 23 presos políticos reportado con padecimientos similares a los de CODIV-19.
“Por favor papa Francisco ayúdenos, que liberen a nuestros hijos. A la Cruz Roja Internacional, a todos los señores de los derechos humanos, por favor ayúdenlos, que nuestros hijos salgan pronto, porque se van a morir allá adentro, liberen a nuestros hijos, por favor, que son inocentes”, dijo Arce, entre llantos.
Los familiares de los presos políticos sostienen que la vida de estos no debería estar corriendo peligro en una prisión hacinada e insalubre, porque la disidencia no está penada por las leyes de Nicaragua.
El Gobierno de Nicaragua reconoce 25 casos confirmados de COVID-19, con 8 muertos, no obstante, el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 contabilizó hasta el lunes al menos 1033 casos de contagio de la enfermedad, con 188 muertos con síntomas similares.
El dictador Daniel Ortega, no ha puesto restricciones para evitar la propagación de la pandemia en Nicaragua, y apenas sí ha aceptado algunas medidas de prevención, mientras que promueve actividades de aglomeración, a las que únicamente asisten los sandinistas.
La oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han abogado por la situación de los convictos en Nicaragua, sin que hasta ahora sean escuchadas por Ortega.
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