Una reciente carta por parte del jefe de la misión médica cubana en Arabia Saudita donde obliga a los médicos cubanos a seguir las indicaciones del programa si no quieren sufrir represalias por parte de régimen, muestra la oscura realidad que viven los médicos cubanos enviados al extranjero.
Suiberto Hechavarría Toledo, jefe de la misión médica cubana en Arabia Saudita, mandó una carta publicada por Juan Juan Almeida en su blog La Voz del Morro el 16 de junio.
“Los que abandonan Misión [el programa], y pierdan la residencia son sancionados a no entrada al país por 8 años, pero en el momento que hagan entrada serán llamados por los Tribunales a pagar la deuda y las multas que correspondan”, se puede leer en la carta publicada escrita por Hechavarría.
En mayo de 2018, los médicos cubanos enviados a Arabia Saudí ya habían denunciado los peligros a los que se enfrentaban los trabajadores que cumplían misiones en hospitales de la zona sur del país, ya que estaban cerca de territorios en conflicto con rebeldes yemeníes.
Así mismo, el nuevo Informe sobre Trata de Personas (ITP) realizado por el Departamento de Estado de EE.UU. y publicado la semana pasada, condena a Cuba por el uso de sus profesionales médicos para obligarlos a hacer trabajos forzados en el extranjero.
Según las declaraciones de los oficiales cubanos, se mandaron entre 34.000 a 50.000 profesionales médicos a más de 60 países para misiones médicas extranjeras a través de contratos con los gobiernos extranjeros y, en algunos países, con organizaciones internacionales que actúan como intermediarios.
El programa “Mais Medicos”
En noviembre de 2018, Cuba finalizó el contrato del programa médico “Mais Medicos”, que duró 5 años en Brasil y fue facilitado por una organización afiliada a la ONU, debido a que el gobierno brasilero del entonces presidente Jair Bolsonaro, demandó al régimen que mejore el trato y condiciones laborales de los médicos cubanos, luego de alegatos sobre intimidación, falta de salarios y retención de sus pasaportes, entre otros.
A finales de ese mes, un grupo de médicos cubanos presentaron una demanda colectiva al Tribunal de Distrito de los EE.UU. en Miami contra el régimen cubano por beneficiarse de dicho programa en Brasil.
«Hay una organización internacional (la OPS), afiliada con las Naciones Unidas, que se convirtió en la principal fuerza para permitir que Cuba exportase a sus ciudadanos para que hicieran trabajos de esclavitud en un país extranjero», manifestó el abogado Samuel J. Dubbin durante una conferencia de prensa.
Según el informe de la ITP, el régimen cubano recaudaba todos los ingresos pagados a los médicos cubanos, pero solo le pagaba al trabajador una fracción de los ingresos, dejando la otra parte del salario en una cuenta que el trabajador sólo podía acceder si regresaba a Cuba. Se estima que el régimen cubano recaudó en salarios alrededor de USD 7.2 mil millones anualmente desde el 2017.
A pesar que el régimen afirma que las participaciones son voluntarias, los observadores informan que el régimen no brinda información sobre los términos de sus contratos a los participantes, lo que los hace más vulnerables al trabajo forzado.
Los médicos cubanos afirman que trabajan largas horas sin descanso y las condiciones de trabajo y vida son bajas en algunos países en los que brindan servicio.
Si los participantes abandonan el programa y no regresan a Cuba, el gobierno cubano los amenaza con revocar sus licencias médicas, tomar represalias contra su familia en Cuba, demandarlos penalmente, entre otros.
«Los médicos cubanos estábamos controlados por el funcionario del Gobierno de Cuba, no nos dejaban salir del lugar, no podíamos visitar Brasilia, teníamos que estar ahí mientras que el resto sí que podían hacerlo», afirmó Ramona Matos, médico cubana, a la agencia EFE.
En una extensa carta mandada a CiberCuba, un grupo de médicos cubanos refugiados en Brasil relatan sus experiencia en el programa “Mais Medicos”, luego de que el régimen los obligara a vender sus cosas y salir del país.
Denuncia a la Corte Penal Internacional (CPI)
El pasado 8 de mayo, se presentó una denuncia frente la Corte Penal Internacional (CPI) contra la “esclavitud moderna” de los médicos cubanos.
“Las misiones médicas cubanas son un pretexto para una verdadera intervención como ha sucedido en el caso de Venezuela”, expresó Luis Almagro, Secretario General de la OEA. Agregó que “son una máscara para la mayor fuente de ingresos en divisas del régimen cubano”.
Así mismo, agregó que las ganancias del régimen cubano provienen «de la trata de decenas de miles de personas que son obligadas a salir al exterior, sin saber su destino, reteniéndoles sus pasaportes, controlados por agentes de inteligencia, donde la mayor parte de sus ingresos son confiscados por el gobierno cubano”.
“Es un sistema de esclavitud moderna que no puede quedar impune. Este modelo constituye otra sistemática violación de los derechos humanos por parte del régimen cubano”, concluyó.
Estados Unidos se pronuncia
Para el gobierno estadounidense, Cuba no está haciendo lo suficiente para prevenir la trata de personas, por lo que se clasificó en el Nivel 3, el ranking más bajo que se le puede dar a un país.
El ITP (pdf) menciona que si bien el régimen cubano tomó algunas medidas para combatir el tráfico sexual y trabajo forzado, no tomó ninguna acción ante el trabajo forzado de los programas de misiones médicas en el extranjero a pesar de los persistentes alegatos de que los oficiales cubanos amenazan e intimidan a los participantes para que sigan en el programa.
Según un estudio realizado por la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania en 2015, habían alrededor de 37.000 médicos cubanos trabajando en 77 países, la mayoría de ellos en Centroamérica, Brasil y Venezuela.
El código penal y laboral en Cuba prohíben conductas relacionadas con el trabajo forzado, como la privación de la libertad, la coerción, la extorsión, entre otros. Sin embargo, la ley cubana no prohíbe el trabajo forzado como se define en la ley internacional.
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