La muy querida perra de esta familia desapareció después de ser secuestrada de su patio trasero. Ella había sido un miembro más de la familia y estaban devastados, pero un milagro ocurrió dos años después.
La familia Di Bartolo vivía en Long Island, Nueva York, cuando su perra fue robada en mayo de 2015. En su desesperación, no dejaron piedra sin mover, pero sus esfuerzos por encontrar a Cali, una Rhodesian Ridgeback, fueron en vano. Ella no apareció.
Sin embargo, después de dos años, y a más de 300 kilómetros de distancia, Cali fue encontrada en muy mal estado. El veterinario pudo rastrear a sus dueños originales mediante un chip que tenía implantado en su cuerpo.
«Desafortunadamente, se puede decir que había sido maltratada o estado sola durante un buen tiempo. Era muy dulce, nos dejaba hacer todo lo que necesitábamos hacer con ella», explicó la veterinaria Mary Qwacz.
«Ella era piel y huesos», dijo Anita Stout, su salvadora.
Cuando el veterinario telefoneó a la familia Di Bartolo, que se habían mudado a Carolina del Norte, estaban extasiados. «Me arrodillé y lloré», dijo Brittney Di Bartolo. Durante su revisión, el veterinario descubrió que Cali sufría de cáncer nasal y que tenía muy poco tiempo para vivir. “Le dije a Anita: «Aunque sea por una hora, un día, 10 años, sea lo que sea, quiero a mi perra de vuelta»”.
La buena noticia es que Cali recibió tratamiento para el cáncer y ahora tiene una esperanza de vida de unos 18 meses.
Pero con el amor y el cuidado que seguramente recibirá de su familia, ¿quién sabe cuánto tiempo vivirá? Esperemos que sea durante años.
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