La exasesora de Clinton, Naomi Wolf, dijo que los pasaportes obligatorios para la vacuna COVID-19 que se han propuesto en los últimos días serían el «fin de la libertad humana en Occidente si este plan se desarrolla como está previsto».
«‘Pasaporte de vacunación’ suena muy bien si no se entiende lo que pueden hacer esas plataformas. Soy [la] CEO de una empresa tecnológica, entiendo lo que hace esta plataforma», dijo Wolf, que también es escritora, a Fox News el domingo por la noche. «No se trata de la vacuna, no se trata del virus, se trata de los datos de usted. Una vez que esto se ponga en marcha, no tendrá opción sobre ser parte del sistema. Lo que la gente tiene que entender es que cualquier otra funcionalidad puede cargarse en esa plataforma sin ningún problema».
Wolf añadió que esos datos pueden «fusionarse con su cuenta de Paypal, con su moneda digital», y dijo que «Microsoft ya está hablando de fusionarlo con los planes de pago».
Wolf señaló que ocurrió en Israel, «y seis meses después, estamos escuchando a los activistas que es una sociedad de dos niveles y que básicamente los activistas son condenados al ostracismo y vigilados continuamente. Es el fin de la sociedad civil y están intentando extenderlo por todo el mundo. Es absolutamente mucho más que un pase de vacunación, es… no puedo enfatizar lo suficiente el hecho de que tiene el poder de apagar tu vida, o de encenderla, de permitirte participar en la sociedad o ser marginado».
Yendo un paso más allá, Wolf comparó estos planes con la vigilancia del Partido Comunista Chino (PCCh) sobre su población y la promoción de una «puntuación de crédito social«.
«¿Cómo mantiene [el PCCh] a mil millones de personas bajo el yugo de un régimen totalitario?», preguntó. «El PCCh puede encontrar a cualquier disidente en cinco minutos, y eso puede ocurrir aquí literalmente en meses».
Wolf se refirió a las noticias sobre funcionarios de la Administración Biden que proponen la idea. El Washington Post y la CNN —citando fuentes anónimas y no confirmadas— han sugerido que la administración está trabajando en el desarrollo de un estándar nacional de pasaporte de vacunación. El estado de Nueva York ha propuesto el suyo propio, el «Excelsior Pass«, que se utilizaría en recintos de gran tamaño como el Madison Square Garden. El plan ha sido criticado por varios grupos de libertades civiles y sus defensores.
En otros países ya se han puesto en marcha este tipo de pasaportes. Israel creó uno en febrero para permitir el acceso a gimnasios y hoteles, Islandia utiliza ahora un pasaporte para permitir los viajes al extranjero, y Arabia Saudí tiene un pasaporte basado en una aplicación para las personas que están vacunadas.
«Lo que subyace a todo esto es, ¿para qué se va a utilizar?», dijo Melinda Mills, directora del Centro Leverhulme de Ciencia Demográfica de la Universidad de Oxford, según el Wall Street Journal. «¿Es para viajar al extranjero? ¿Es para conseguir un trabajo? ¿Es para comprar leche?»
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