Exfuncionario local huye a EE. UU. por temor a repercusiones del régimen chino

Por Alex Wu
24 de agosto de 2020 10:25 PM Actualizado: 24 de agosto de 2020 10:25 PM

El exvicealcalde de la ciudad de Jixi, en la provincia nororiental de Heilongjiang, reveló el estricto control del discurso y de la información en China, el encubrimiento de los casos de COVID-19 por parte del régimen, así como también reveló que los funcionarios del Partido Comunista toman medicamentos en secreto para prevenir la infección por el virus, y el reciente aumento de peticiones en todo el país.

«Renuncié al Partido Comunista Chino [PCCh] usando mi nombre real», declaró Li Chuanliang, exvicealcalde de Jixi, en una entrevista con la versión china de The Epoch Times el 19 de agosto.

Li dejó su puesto de vicealcalde y renunció al cargo público en 2014. Se ha negado a pagar las cuotas del Partido durante muchos años y ya no se considera miembro del Partido.

El 14 de febrero, Kong Lingbao, un antiguo subordinado de Li en el gobierno municipal de Jixi, fue destituido de su cargo oficial y arrestado por sus comentarios sobre el PCCh y por encubrir la gravedad de la epidemia de COVID-19. La policía también registró la casa y las oficinas de Kong.

Al escuchar la noticia, Li temió que lo implicaran por hacer comentarios similares y por sus opiniones políticas. Con la ayuda de activistas a favor de la democracia en el extranjero, Li huyó de China durante la pandemia y finalmente llegó a la ciudad de Los Ángeles, California, hace unos días.

Muchas personas quizás se pregunten por qué Li renunció a un cargo público, ya que aún siendo exvice alcalde, todavía forma parte del grupo comunista y tiene derecho a muchos beneficios y tratamientos especiales en China. En respuesta a esto, Li dijo: «De ninguna manera, realmente no puedo soportarlo más». Como contador certificado, auditor, agente fiscal, con un título de EMBA (Executive Master of Business Administration) de la Universidad de Tsinghua, y habiendo trabajado en finanzas durante muchos años, Li siempre se consideró un profesional capacitado en lugar de un burócrata o funcionario comunista. «Nunca encajé en el círculo político», agregó.

A finales de 2011, Li fue nombrado vicealcalde de Jixi, mientras que los medios estatales chinos informaron sobre su nombramiento oficial en mayo de 2012. Li dijo que el retraso se debió a un procedimiento burocrático, ya que los funcionarios del PCCh son nombrados internamente.

Durante los tres años como vicealcalde, ingresó gradualmente al centro de poder del gobierno municipal y fue testigo de la corrupción. “Ellos [los funcionarios] malversaron los fondos públicos de construcción y uso de la tierra para gastos personales. Esto es común en todas las ciudades importantes”, dijo Li.

Sin embargo, como funcionario regional de bajo rango, Li solo podía tratar detener o no ejecutar ciertos casos. “Yo solía ​​ser muy directo y los denunciaba. Pero al final, el castigo era muy leve y los funcionarios se protegían entre sí».

Li fue amenazado y también tentado por sus superiores, lo cual implicaba que mientras se coludiera con ellos, tenía posibilidades de ascender. Él quería renunciar, pero fue transferido al cargo de vicealcalde de la ciudad de Hegang en la provincia de Heilongjiang en 2014.

En 2017, Li abandonó por completo el sistema gubernamental del PCCh, renunciando a todos los beneficios para convertirse en un «hombre libre», lo cual se conoce comúnmente en China como una «renuncia desnuda». Desde entonces, Li ha trabajado como asesor de impuestos corporativos. Como ya no era un funcionario del gobierno, pudo solicitar un pasaporte. «Cuando obtuve mi pasaporte, sentí que estaba realmente libre, y llamé feliz a mis amigos para contárselo», dijo. En los últimos años, Beijing ha promulgado regulaciones para restringir la nueva solicitud de pasaportes personales para funcionarios y para confiscar los pasaportes actuales de todos los funcionarios para evitar que huyan a otros países.

Desde el brote del virus del PCCh (nuevo coronavirus), el régimen ha reforzado aún más el control de la información y del discurso. Li está muy preocupado de que China regrese al período de la Revolución Cultural (1966-1976), durante el cual el régimen comunista inició violentas campañas de persecución contra los considerados «antirrevolucionarios».

Antes de la pandemia, Li compartió sus puntos de vista sobre la actualidad, el sistema del PCCh y los males del Partido con amigos de ideas afines en los chats grupales de las redes sociales y en cenas. «No estaba libre de preocupaciones antes, pero no esperaba que fuera tan malo», agregó.

Bajo la situación actual en China, Li cree que pocas personas se atreven a hablar, ya que el PCCh alienta a la gente a vigilarse y delatarse entre ellos, y toma medidas más drásticas contra la libertad de expresión, especialmente con su red nacional de cámaras de vigilancia mejoradas con inteligencia artificial, conocidas como el «Proyecto Skynet».

Uno de los cargos imputados al exsubordinado de Li, Kong, fue «publicar un discurso inadecuado». Pero Li se pregunta qué significa en realidad «discurso inadecuado». Las declaraciones de Kong durante una conversación privada con otro miembro del PCCh fueron grabadas y comunicadas a las autoridades del Partido. Kong había dicho: “Ya no puedo seguir vendiendo mi vida al Partido Comunista. Ya no puedo seguir sus órdenes». Como resultado, Kong se convirtió en el punto de mira de las autoridades, agregó Li.

Otra razón del arresto de Kong es que se negó a encubrir el número de casos de infección por el virus del PCCh en su distrito, dijo Li. A principios de febrero de este año, la epidemia en China fue severa, pero las autoridades no permitieron que los funcionarios locales lo informaran. Como líder del distrito Hengshan de la ciudad de Jixi, Kong vio con sus propios ojos que los trabajadores desempleados de las minas de carbón locales se infectaban con el virus uno tras otro. La propagación del virus fue desenfrenada y Kong decidió informar a sus superiores. Sin embargo, las autoridades catalogaron esto como un delito de «incumplimiento de su deber de prevención y control de epidemias». “Este es un típico [ejemplo de] ‘echar la culpa a otro’. Aquellos que hablan por la gente común son condenados», dijo Li.

Li ha oído que los funcionarios del PCCh toman hidroxicloroquina para prevenir la infección por COVID-19, pero la mayoría de los chinos en el continente no lo saben a menos que sean funcionarios del gobierno o puedan leer información en sitios web del extranjero a través del VPN para evitar el cortafuegos del régimen. Cuando Li todavía vivía en China, preguntó sobre este medicamento, pero no pudo conseguirlo.

Tras el brote del virus del PCCh, todos los ciudadanos chinos recibieron un código de salud instalado en sus celulares. Li lo describe como llevar un monitor completo las 24 horas. Sin embargo, ha notado que a muchas personas no les importa la invasión de la privacidad.

Li también se niega a creer en los datos del PCCh sobre la pandemia, ya que dice que carecen de transparencia y la información es inexacta.

“El entorno social actual en China es que solo les preocupa verse bien en la superficie, mientras que les importa poco la realidad. Hay más cosas falsas que reales”, dijo Li. En medio de la pandemia, el exvicealcalde ha notado que muchos trabajadores despedidos no cuentan con ingresos, pero rara vez se habla del tema entre los funcionarios o los medios chinos, agregó.

Li dijo que fue testigo de primera mano de cómo las políticas de las autoridades eran perjudiciales para los ciudadanos. “¿Por qué se demuele una casa pocos años después de su construcción? ¡Porque los intereses de los desarrolladores están ligados a eso!». Li señaló que esta es la razón detrás de la corrupción de los funcionarios: las políticas benefician a los grupos de interés.

Li dijo que la mayoría de las apelaciones y denuncias presentadas por los peticionarios a las autoridades superiores en China tienen fundamento.

Li también cree que si solo hay un pequeño número de personas que presentan denuncias, entonces son solo casos individuales; pero si tanta gente peticiona en China, eso significa que debe haber algo muy mal con los funcionarios del gobierno. «El sistema comunista chino es en realidad el mayor problema en China», dijo.

En China, ya sea que alguien sea un funcionario de alto rango, un empresario o un intelectual, siempre que tenga un poco de conciencia, tendrá mucha presión mental. Además de enfrentar las diversas políticas de represión de las autoridades, las personas también deben preocuparse por su propia seguridad, dijo Li. «Incluso ser un funcionario del PCCh es un trabajo de alto riesgo y peligroso hoy en día», agregó.

Li decidió hablar luego que huyó de China, porque cree que solo saliendo al frente puede alentar a más personas a distanciarse del régimen comunista.


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