Un cazador murió después de ser corneado por un ciervo en un extraño ataque ocurrido en el bosque francés de Compiègne, a unos 80 kilómetros al noreste de París.
Regis Levasseur, de 62 años de edad, había acorralado a un ciervo, pero luego fue cargado y atravesado por las astas del animal, según informes de Independent.
Este fue realmente un ataque muy inusual, ya que “normalmente, el animal huiría, pero esta vez decidió cobrarse. Vino detrás de él”, dijo Guy Harlé, presidente de la federación de cazadores locales, aseguró el medio británico.
«La cornamenta de ciervo son como muchos cuchillos que te perforan, no hay nada que puedas hacer”, explicó Harlé.
La policía dijo que Levasseur, era batidor, es decir, ayudaba a eliminar y acorralar a las presas durante la caza. Sin embargo, al momento del ataque, al parecer estaba desarmado.
Se sabe que Levasseur tenía planes de casarse en los próximos meses. «Para él, la caza era más que un hobby, era su vida», dijo Harlé.
“Este trágico accidente nos recuerda que no estamos jugando con un animal salvaje. Hay un riesgo inherente a la caza», agregó.
Sin duda, el cazador nunca se esperó que se convertiría en la presa y terminaría siendo la víctima mortal en lugar de victimario.
El dramático incidente ocurrió tan solo unos días después de que cazadores franceses con perros mataron a tiros a un ciervo exhausto a corta distancia, después de acorralarlo en el jardín de una casa en el borde del bosque de Compiègne.
Según los informes, los cazadores alimentaron a sus perros con el cuerpo del animal después de matarlo en la aldea de Lacroix-Saint-Ouen. La noticia causó revuelo entre la población, principalmente entre los activistas anti-caza.
Este caso motivó al ministro de Medio Ambiente de Francia Nicolas Hulot a calificar a la caza con perros como «una práctica de otro siglo», según The Independent.
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