La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos solicitó el 15 de noviembre a un juez federal que le dé plazo hasta el año 2076 para hacer públicos en su totalidad los documentos en su poder vinculados a la aprobación de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech.
La FDA presentó esta solicitud en el marco de una demanda de la Ley de Libertad de Información (FOIA) presentada por un grupo dedicado a la transparencia médica. La agencia del gobierno dijo al tribunal que tiene 329,000 páginas de documentos que responden a la solicitud de FOIA y propuso liberar 500 páginas por mes para permitir la redacción del material de exención. A ese ritmo, la FDA publicaría la totalidad de los registros en poco menos de 55 años.
El demandante, Public Health and Medical Professionals for Transparency (PHMPT), es un grupo de médicos y científicos, entre los que se encuentra Harvey Risch, profesor de epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale.
El grupo presentó la demanda (pdf) después que la FDA denegara su petición de agilizar la publicación de los registros. El demandante y el demandado, incapaces de llegar a un acuerdo sobre el calendario de divulgación, están solicitando una audiencia para argumentar el caso ante el juez, que podría finalmente tomar una decisión al respecto.
«La promesa de transparencia de la FDA es, diciéndolo suavemente, un cúmulo de ilusiones», escribió el 17 de noviembre en su blog, Aaron Siri, cuyo bufete representa a PHMPT en la demanda.
«La FDA tardó exactamente 108 días desde que Pfizer empezó a producir los registros para la licencia hasta que la FDA autorizó la vacuna de Pfizer», dijo Siri, añadiendo que «tomando la palabra de la FDA, ésta llevó a cabo una intensa, robusta, exhaustiva y completa revisión y análisis de esos documentos para asegurar que la vacuna de Pfizer era segura y efectiva para su autorización. Mientras que ha podido llevar a cabo esa intensa revisión de los documentos de Pfizer en 108 días, ahora pide más de 20,000 días para poner estos documentos a disposición del público».
La FDA no respondió a una solicitud de comentarios.
La FDA autorizó la vacuna COVID-19 de Pfizer bajo la etiqueta Comirnaty el 23 de agosto de 2021, menos de cuatro meses después de que Pfizer comenzara a presentar los documentos para la aprobación completa del medicamento. La aprobación de la licencia por parte de la FDA a fines de agosto provocó una avalancha de pedidos de vacunas desde los sectores público y privado.
COVID-19 es la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus.
Una de las empresas implicadas en los ensayos de la vacuna de Pfizer dijo a principios de este mes que estaba investigando los supuestos problemas revelados por un denunciante que declaró al British Medical Journal (BMJ) que el ensayo estaba plagado de problemas, incluyendo la falsificación de datos.
El denunciante, Brook Jackson, alertó a la FDA y fue despedido a las pocas horas. Jackson trabajaba para Ventavia Research Group, que operaba varios de los centros de ensayo de Pfizer en otoño de 2020
Según BMJ, una de las revistas médicas más antiguas del mundo, la FDA no inspeccionó los centros de ensayo de Ventavia, a pesar de haber sido alertada sobre los problemas.
La FDA dijo a The Epoch Times en un correo electrónico a principios de este mes que, si bien no puede comentar sobre el asunto de Ventavia, «tiene plena confianza en los datos que se utilizaron para apoyar la autorización de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech y la aprobación de Comirnaty».
Hasta el 14 de noviembre, se habían administrado más de 256 millones de dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer en Estados Unidos.
Con información de Zachary Stieber
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