WASHINGTON—El ejecutivo de tecnología que ayudó a recopilar datos sobre Donald Trump y Rusia en 2016 envió algunos de los datos al FBI como fuente confidencial, reveló un agente del FBI en una corte federal el 25 de mayo.
Rodney Joffe, el ejecutivo, también hizo que su abogado llevara los datos por separado al abogado del FBI James Baker, según los fiscales.
Joffe se dirigió a Thomas Grasso, un agente especial del FBI, en octubre de 2016 con información que, según él, señalaba que Trump tenía un canal de comunicación secreto con un banco ruso, dijo Grasso en el estrado del juzgado E. Barrett Prettyman de Washington.
Michael Sussmann, quien en ese momento representaba tanto a Joffe como a la campaña de Hillary Clinton, transmitió las mismas afirmaciones a Baker unos días antes.
Sussmann actuó en nombre de sus clientes, quienes esperaban influir en las elecciones presidenciales de 2016 a favor de Clinton, según el equipo del abogado especial John Durham. Grasso estaba testificando durante el juicio de Sussmann, quien fue acusado de mentirle al FBI porque le dijo a Baker que no había llevado la información a nombre de ningún cliente.
Baker transmitió la información a otros miembros del FBI. Los expertos en cibernética de la oficina rápidamente consideraron falsas las acusaciones, pero se inició una investigación completa, encabezada por la oficina del FBI en Chicago con el respaldo del director del FBI, James Comey, y otros líderes de la oficina.
Grasso, quien conoció a Joffe a mediados de la década de 2000 y lo considera un amigo, sabía que Joffe era una fuente confidencial, pero no se puso en contacto con el responsable de Joffe. Grasso, que ahora está jubilado, también acató la solicitud de Joffe de mantener su identidad en secreto.
Grasso se puso en contacto con un agente en Pittsburgh especializado en asuntos de contrainteligencia rusa. En un correo electrónico fechado al 2 de octubre de 2016, Grasso escribió al agente que el FBI había recibido cierta información de un «reportero anónimo» en relación con las acusaciones sobre Trump y Rusia.
El «reportero» era en realidad Joffe, quien nunca ha sido periodista, admitió Grasso en el estrado.
«¿Alguna vez has oído hablar del reportaje circular?», dijo Andrew DeFilippis, uno de los fiscales, le preguntó al agente retirado.
«Sí. Según tengo entendido, le diría algo y usted me informaría a mí”, dijo Grasso.
«¿Ha visto alguna vez una situación en la que los individuos tratan de poner información en diferentes partes del FBI para que parezca que viene de diferentes lugares al mismo tiempo?», dijo DeFilippis.
“No”, dijo Grasso.
Joffe le dijo a Grasso que el FBI ya estaba trabajando en una investigación sobre las denuncias, conocimiento que Grasso expuso en el correo electrónico que envió a su colega y que fue remitido a los agentes de Chicago.
Grasso finalmente habló con Allison Sands, una de las analistas que investigan los datos. Ella le dijo que el FBI ya conocía las acusaciones y que había comprobado que no eran ciertas.
Grasso dijo que no tuvo más participación y que no estaba al tanto de la resolución del caso.
Posteriormente, Joffe fue despedido de la oficina como fuente confidencial.
Si Grasso hubiera sabido que Joffe estaba vinculado a la campaña de Clinton—Joffe dijo que le habían prometido un puesto en el gobierno si Clinton ganaba las elecciones y luego afirmó que estaba bromeando—habría transmitido esa información a los agentes de Chicago, dijo Grasso.
“Me gustaría que supieran que esto está ligado a un asunto político, creo que sería relevante”, dijo.
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