El Partido Comunista Chino (PCCh) ha intensificado su represión en todos los ámbitos a la fe, al tiempo que etiquetó a los creyentes como personas “afectadas por un virus del pensamiento”, según funcionarios de libertad religiosa de EE.UU.
“En lugar de mejorar el trato que el gobierno chino dispensa a las personas de fe, a las personas creyentes, este régimen ha ido desmejorando y convirtiéndose en un régimen genocida», declaró en una entrevista Nury Turkel, presidente de la Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), al medio asociado de The Epoch Times, NTD, en una entrevista.
“Han estado persiguiendo despiadadamente a grupos religiosos, incluidos los musulmanes uigures, los budistas tibetanos, los cristianos [y] los practicantes de Falun Gong”, dijo, y agregó que la situación de los derechos humanos y la libertad religiosa en China se ha “deteriorado significativamente desde el año pasado”.
Turkel, que habló el 1 de mayo, después de que USCIRF publicó su informe anual 2023 (pdf), dijo que el deterioro se manifiesta de varias maneras, incluyendo la sinicización de la religión y la ubicación de «las prácticas religiosas de los individuos como un área de seguridad nacional”.
“El gobierno chino etiqueta abiertamente a las personas de fe como una especie de personas que tienen una enfermedad mental, que se vieron afectadas por virus del pensamiento”, dijo.
Repunte en la persecución a Falun Gong
Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, es una disciplina espiritual que involucra ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios fundamentales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. La práctica ganó popularidad en China durante la década de 1990, con estimaciones que sitúan el número de sus practicantes entre 70 y 100 millones en el apogeo de su popularidad.
El régimen comunista, temiendo que el número de practicantes representara una amenaza para su control, inició una amplia campaña destinada a erradicar la práctica. La campaña contra Falun Gong comenzó en julio de 1999 y continúa hasta el presente.
Millones de practicantes de Falun Gong han sido detenidos en prisiones, campos de trabajos forzados y otras instalaciones. Cientos de miles han sido torturados mientras estaban encarcelados, según el Centro de Información de Falun Dafa.
El informe de USCIRF citó 7331 casos de acoso y arresto a practicantes de Falun Gong, 633 sentencias de prisión y 72 muertes a causa de la persecución.
Uno de los practicantes que murió es Pang Xun, un locutor de radio de 30 años de una cadena de televisión estatal en el suroeste de China. Fue condenado a cinco años por repartir volantes de sensibilización contra la campaña de persecución. En diciembre, aproximadamente un año después de su arresto, estaba muerto. Había moretones y rastros de sangre en sus labios, pecho y piernas.
“Los practicantes de Falun Gong han sido sometidos a todas las formas de tortura, abuso físico, hospitalizaciones bajo el pretexto de que tienen una enfermedad mental”, dijo Turkel, y señaló que el régimen ha sometido a los practicantes de Falun Gong a una práctica de más de una década de sustracción forzada de órganos.
“Este tema está cobrando impulso”, dijo, citando la aprobación de la Ley de Sustracción Forzada de Órganos de la Cámara.
“Al final del día, los líderes chinos tendrían que reconocer que las personas de fe en realidad no son una amenaza para la sociedad”, sino una fuerza que contribuye a una sociedad saludable, dijo.
“Los países que respetan la libertad religiosa se convierten naturalmente en una sociedad armoniosa y pacífica. El país o régimen que reprime la libertad religiosa crea resentimiento y, en cierta medida, sienta las bases para actividades violentas”, dijo.
Añadió que el régimen chino ha estado «invirtiendo mucho tiempo y energía y también reprimiendo brutalmente a los practicantes religiosos, eso tiene que acabar”.
Represión a la democracia en Hong Kong
El exrepresentante Frank Wolf (R-Va.) es el actual comisionado de la USCIRF. En una entrevista con The Epoch Times, Wolf destacó la represión de China contra la democracia en Hong Kong.
Wolf señaló el arresto del magnate de los medios a favor de la democracia de Hong Kong, Jimmy Lai. Lai fue sentenciado a cinco años y nueve meses de prisión por fraude luego de ser declarado culpable de incumplir un contrato de arrendamiento de la sede de su periódico en diciembre pasado. Fue acusado en virtud de la ley de seguridad nacional impuesta por Beijing en 2020.
El comisionado también citó el caso de Joshua Wong, el fundador del partido prodemocrático Demosisto.
El joven activista ha sido sentenciado y encarcelado muchas veces desde 2018 por cargos que incluyen reunión ilegal, desacato al tribunal, participar e incitar a otros a participar en una reunión ilegal y violar la regulación de Hong Kong de no enmascararse. La ley anterior a COVID hizo ilegal cubrirse la cara en una protesta o asamblea. Wong fue arrestado en octubre de 2019 por participar en una protesta “no autorizada” contra la ley de seguridad nacional.
A principios de marzo de 2022, fue acusado de subversión del poder estatal por participar en primarias no oficiales de la oposición antes de las elecciones del Consejo Legislativo de 2020.
Más recientemente, el 17 de abril, fue sentenciado a tres meses de prisión por «doxear» a un oficial de policía que le disparó a un manifestante desarmado durante las protestas contra el gobierno en 2019.
Wolf también habló del exobispo de Hong Kong, el cardenal Joseph Zen. El año pasado, el cardenal católico fue arrestado y declarado culpable por un fondo para ayudar a los manifestantes a favor de la democracia.
Las autoridades de Hong Kong “procesaron al cardenal Zen, que tiene noventa años. Si lo envían a la cárcel, probablemente sería casi una sentencia de muerte”, le dijo Wolf a The Epoch Times.
“Las condiciones de derechos humanos en China son muy, muy sombrías”, agregó.
Dejar de cabildear en nombre de China
El informe anual de la USCIRF afirma que “el gobierno chino y entidades estatales como Hikvision, acusadas de complicidad en abusos en la región uigur, conocida como Xinjiang, contrataron a exfuncionarios estadounidenses y exmiembros del Congreso para cabildear en su nombre, socavando la libertad religiosa y los derechos humanos relacionados en China”.
En un ejemplo, la exsenadora Barbara Boxer (D-Calif.) se registró para cabildear a favor de una empresa china en 2021, pero decidió cancelar el registro horas después de que los medios hicieran público su registro.
En opinión de Wolf, tal práctica es inaceptable.
“No se puede tener cabilderos y bufetes de abogados que representen a China cuando cometen genocidio, cuando extraen los órganos de los seguidores de Falun Gong, cuando arrestan a obispos católicos, cardenales católicos, cuando literalmente destruyen la democracia en Hong Kong, cuando están robando nuestros secretos comerciales”, dijo.
“Cuando te extirpan un órgano, estás muerto. Estás muerto. ¿Y cómo puedes representar a un país que está haciendo eso? Es hora de cambiar”.
En el apogeo de la Guerra Fría en la década de 1980, ninguna empresa de renombre querría aceptar a la Unión Soviética como cliente, y tampoco debería suceder hoy, dijo Wolf.
Citó la letra de The Boxer escrita por Paul Simon en 1997, que dice: «Todavía un hombre escucha lo que quiere escuchar y hace caso omiso del resto».
“No se puede ignorar lo que está sucediendo con la Iglesia Católica, la Iglesia protestante, los disidentes de derechos humanos, los musulmanes uigures, los tibetanos, Falun Gong y la gente de Hong Kong, y potencialmente la gente de Taiwán. Así que ahora es el momento de que el Congreso y la administración aprueben una prohibición que impida esta actividad”.
Un enfoque de todo el gobierno
Para abordar el peligro claro y presente que enfrentan las comunidades religiosas en China, USCIRF ha sugerido que el gobierno de EE.UU. adopte un enfoque de gobierno completo, “elevando e integrando la libertad religiosa como un objetivo estratégico clave” en la política exterior de EE.UU. hacia China, y elevando preocupaciones sobre la libertad religiosa en todos los diálogos y compromisos bilaterales.
Turkel le pidió al gobierno de EE.UU. que “ponga todas las herramientas a nuestra disposición en nuestra caja de herramientas para ampliar las sanciones a las entidades y funcionarios chinos que han sido responsables de abusos contra los derechos humanos”.
Eso incluye el departamento de Trabajo del Frente Unido, que trabaja para “neutralizar” las fuentes de posible oposición al régimen, así como el aparato de seguridad pública y de seguridad del estado.
El informe de USCIRF también presionó por un esfuerzo concertado de gobiernos, aliados y socios de ideas afines para establecer una Comisión de Investigación de la ONU para abordar el empeoramiento continuo de la persecución religiosa en China.
“También queríamos que el gobierno de EE.UU. abordara, junto con aliados y socios, la represión transnacional del Partido Comunista Chino, [que] ha estado involucrado en actividades malignas dentro de Estados Unidos y Europa”, dijo el defensor de los derechos humanos, refiriéndose a las docenas de estaciones de policía satélite establecidas específicamente para silenciar a los críticos del régimen comunista, según un informe de 2022 de Safeguard Defenders.
“Hay una serie de recomendaciones clave que le hemos hecho al gobierno de Estados Unidos que están en línea con nuestros valores… con nuestro liderazgo global, y también en línea con el primer derecho humano que es la libertad religiosa”, dijo Turkel.
Harry Lee, Aldgra Fredly, Connie Yuen y Summer Lawson contribuyeron a este artículo.
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