Prepárate para conocer a la gata más rompedora de estereotipos, una minina que ha decidido nadar contra la corriente y demostrar que los gatos pueden ser auténticos peces de agua dulce.
Pym, una felina de 8 años, demostró ser única en su tipo desde las 6 u 8 semanas de vida, cuando todavía era tan solo una pequeña bola de pelos y comenzó a demostrar una obsesión por los chapuzones que se hizo imparable.
Su dueña, Katie Behr, una joven enfermera que vive con Pym en el norte de Nueva York, nunca imaginó tener una compañera tan acuática.
¿Cómo comenzó esta locura gatuna? Behr recuerda: «Creo que tenía unas 10 semanas… Realmente no hice nada para que quisiera hacerlo». Un día, Pym se metió de casualidad en la regadera, provocando las carcajadas de Behr, quien pensó que solo estaba jugando. Pero pronto se daría cuenta de que su minina tenía un gusto muy peculiar.
«Obviamente, pensé que era raro», admite Behr. «Sé que a los gatos no les gusta el agua. Sé que no es algo típico. Así que supe que tenía a alguien único en mis manos».
¡Y vaya que lo era! Desde aquel día, Pym se convirtió en la reina de la ducha, bañándose con Behr casi a diario. Esta gata ha roto todos los moldes felinos: es increíblemente sociable, cariñosa y, por supuesto, ¡adora el agua!
«Hay muchos estereotipos sobre los gatos: que odian el agua, y mucha gente dice que son malos y asustadizos. Pero nada de eso se aplica a ella. Es muy, muy amable y cariñosa», asegura Behr.
Y su vínculo con Behr es simplemente inseparable. Pym conoce la rutina de su dueña al dedillo y la espera pacientemente en el baño, maullando para indicar que es hora de sumergirse.
Después de cada chapuzón, Pym sale dejando un rastro de huellas mojadas y desorden, ya que odia ser secada con toallas o secadores. «Si odia tanto la toalla, supongo que tener el suelo mojado es un pequeño precio a pagar por su felicidad», agrega Behr con humor.
Al principio, Behr grababa a Pym por diversión, para capturar sus locuras acuáticas. Pero pronto se dio cuenta de que su gata se había vuelto una verdadera estrella de Internet. De hecho, algunos de sus videos han acumulado más de un millón de visitas.
«La gente piensa que es divertido y bonito», sostiene Behr. «Mucha gente nos sigue ahora y espera con impaciencia su especie de rutina de ducha diaria porque intento publicarla prácticamente todos los días en este momento».
Y Behr no puede estar más agradecida por el cariño que ha recibido al compartir las aventuras de su peculiar minina. «Realmente no sé cómo he tenido tanta suerte», admite.
¡Así que prepárense para disfrutar de las locuras de Pym, la gata que demuestra que el agua y los felinos pueden ser la combinación perfecta para una diversión sin límites!
Mira a Pym en la ducha:
(Cortesía de Pym the Shower Cat)
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