SACRAMENTO —Después de meses de negociaciones, el gobernador de California, Gavin Newsom, promulgó el 2 de julio los proyectos de ley presupuestaria, así como otras leyes el domingo que modifican la ley presupuestaria del estado para 2024, que cubre el año fiscal próximo y el siguiente.
El gobernador promulgó el proyecto de ley 107 de la Asamblea el 26 de junio, que sentó las bases para el presupuesto, y tres días después firmó los proyectos de ley 108 y 109 del Senado, que modifican los presupuestos de 2024 y 2023, respectivamente.
Además, el martes, promulgó los proyectos de ley que modifican aún más el presupuesto y definen acciones específicas no incluidas anteriormente en relación con la educación, Medi-Cal, la salud, el gobierno estatal, y los impuestos.
El plan equilibra el presupuesto del estado durante los próximos dos años fiscales con el objetivo de minimizar los déficits presupuestarios si los ingresos no cumplen las expectativas en los próximos años.
Con niveles históricos de reservas de cara al año, los legisladores están recurriendo a USD 6 mil millones en 2024-2025 y USD 7.1 mil millones en el año siguiente, dejando alrededor de USD 15.1 mil millones en reserva, para «mantener la estabilidad fiscal en medio de la fluctuación de los ingresos», según un comunicado de prensa de 29 de junio de la oficina del gobernador.
El Sr. Newsom declaró una emergencia fiscal, lo que permite al estado acceder a los fondos de reserva, al mismo tiempo que limita la cantidad de dinero reservado en el próximo año fiscal.
El presupuesto asigna USD 298 mil millones en gastos y prioriza las inversiones en educación, personas sin hogar, atención de salud mental y programas de red de seguridad, según el gobernador.
«Este es un presupuesto responsable que se prepara para el futuro al tiempo que invierte en programas fundamentales que benefician a millones de californianos todos los días», dijo Newsom en su comunicado de prensa.
El plan incluye recortes de gastos por valor de unos 16,000 millones de dólares, necesarios para gestionar un déficit de 46,800 millones. Un déficit adicional de 17,300 millones de dólares se solucionó con diversas reducciones en acuerdos de financiación no recurrentes, nuevos ingresos y préstamos, aplazamientos, retrasos y transfiriendo dinero del fondo general del estado a otras fuentes.
A la vez que se intenta evitar recortes profundos que pongan en peligro los servicios básicos, cientos de programas están programados para reducciones de gastos, incluidos 1100 millones de dólares de programas de vivienda asequible, 750 millones de dólares del Departamento de Correcciones y Rehabilitación del estado y más de 746 millones de dólares de programas de personal sanitario, entre otros.
Además, se recortaron más de 1000 millones de dólares de varios programas relacionados con la educación.
Las agencias estatales no son inmunes a la reducción, ya que miles de millones de dólares se ahorrarán mediante la eliminación de puestos vacantes, y todos los departamentos administrativos en todo el estado se les ha ordenado reducir el gasto en un 8 por ciento.
Los cambios de financiación se utilizaron para gestionar 6000 millones de dólares del déficit, mientras que los retrasos y pausas en el gasto ascienden a 3100 millones de dólares, y otros 2100 millones están aplazados.
Los problemas presupuestarios comenzaron en serio en 2023, después de que los ingresos cayeran significativamente debido a la volatilidad del mercado bursátil, que afectó negativamente a la recaudación del impuesto sobre las plusvalías. Dichos ingresos marcaron un récord en 2021, con 349,000 millones de dólares, pero posteriormente cayeron a unos 156,000 millones en 2022 y a 137,000 millones en 2023.
Los problemas no se detectaron hasta finales de 2023 debido a las tormentas invernales que retrasaron la recaudación de impuestos de abril a noviembre después de que el gobierno federal retrasara las fechas de vencimiento.
El resultado fue que el estado pasó en dos años de un superávit récord de unos 100,000 millones de dólares a un déficit récord de 73,000 millones.
La mayor parte del superávit se utilizó para asignaciones de gastos puntuales, que según el gobernador ayudaron a gestionar las finanzas del estado, lo que sugiere que las obligaciones a largo plazo eran insostenibles.
Los críticos del presupuesto dijeron que el gasto del estado supera con creces los ingresos y necesita un control, mientras que las prioridades deben ser recalibradas.
«Creo que las prioridades están completamente fuera de lugar», dijo el líder de la minoría en la Asamblea, James Gallagher, a The Epoch Times el 1 de julio: «Están recortando los fondos para los niños de acogida y los niños con necesidades, mientras que siguen financiando el tren de alta velocidad, y quieren dinero para autobuses eléctricos para las escuelas, mientras que los niños no están leyendo a nivel de grado».
También cuestionó el proceso por el que se elaboró el presupuesto y pidió debates más abiertos que permitan al público entender cómo se toman las decisiones.
«El proceso presupuestario no ha sido transparente», dijo Gallagher. «Hubo muchas audiencias de comités, pero lo que finalmente se incluyó en el presupuesto fue lo que el gobernador y los líderes legislativos decidieron a puerta cerrada».
Los críticos también destacaron como problemáticos los cambios en el código tributario del estado. Aunque el gobernador dijo que no era partidario de aumentar los impuestos —salvo en los planes de atención médica administrada— la suspensión de los créditos por pérdidas operativas netas de las empresas hará que algunas paguen más porque no podrán compensar las pérdidas con créditos fiscales.
Los críticos también destacaron como problemáticos los cambios en el código tributario del estado. Aunque el gobernador dijo que no era partidario de aumentar los impuestos —salvo en los planes de atención médica administrada— la suspensión de los créditos por pérdidas operativas netas de las empresas hará que algunas paguen más porque no podrán compensar las pérdidas con créditos fiscales.
«Muchas de nuestras empresas están recibiendo en realidad un aumento de impuestos», dijo el Sr. Gallagher. «Es un error de prioridades».
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