Colorado está organizando el transporte de los inmigrantes ilegales que están inundando el estado para enviarlos a otras ciudades importantes de Estados Unidos.
La oficina del gobernador Jared Polis dijo en una declaración al anunciar la medida el 3 de enero, que Colorado ha estado «trabajando incansablemente» para hacer frente a la dramática afluencia de inmigrantes, de los cuales el estado estima que aproximadamente el 70 % tiene la intención de viajar a otros lugares.
El transporte organizado por el estado será voluntario y coordinado con la ayuda de «navegadores culturalmente competentes», dice la declaración.
«Nadie debería jugar a la política con las vidas de los inmigrantes que vinieron aquí para escapar de la opresión, y en Colorado estamos haciendo honor a nuestros valores de tratar a las personas con dignidad y respeto», dijo Polis.
Según el gobernador, su objetivo es ayudar a los inmigrantes ilegales, enviándolos a salvo a sus destinos deseados, no trasladar la carga de su presencia a otros estados.
«Los estados y las ciudades no pueden seguir soportando esta carga solos y el Congreso tiene que dar por fin un paso al frente —nosotros necesitamos una vía inmediata para los permisos de trabajo y promulgar por fin una mejor seguridad fronteriza y una reforma de la inmigración», añadió el gobernador demócrata, reconociendo no obstante esa carga.
La declaración también indicó que Colorado está trabajando con la ciudad de Denver y organizaciones sin fines de lucro para proporcionar admisión, procesamiento y coordinación de transporte con la ayuda de las comunidades receptoras.
Estado de emergencia
En diciembre, el alcalde de Denver, Michael Hancock, declaró el estado de emergencia ante la oleada de inmigrantes ilegales que entraban en la ciudad, principalmente procedentes de la ciudad fronteriza de El Paso, Texas.
«Permítanme ser franco: esta afluencia de inmigrantes, la naturaleza imprevista de su llegada, y nuestros actuales desafíos de espacio y personal han puesto una inmensa presión sobre los recursos de la ciudad hasta el nivel en que están a punto de llegar a un punto de ruptura en este momento», dijo Hancock en una conferencia de prensa el 15 de diciembre.
«Lo que no quiero ver es una crisis humanitaria local de inmigrantes desamparados por falta de recursos», añadió el demócrata.
Además, a pesar de su afiliación política, Hancock no tuvo reparos en criticar la gestión de la crisis por parte de la actual administración.
«Como nación, somos conscientes de los desafíos en esos países [centroamericanos]», señaló Hancock. «Nosotros somos conscientes [de] su deseo de venir a Estados Unidos, y con esa conciencia, nuestro gobierno federal y el Congreso no han actuado adecuadamente para abordarlo».
«Vergüenza» nacional
Según Politico, la oficina de Polis confirmó el martes que Colorado empezó a transportar inmigrantes a Nueva York y otros destinos hace semanas, aunque el alcalde de Nueva York, Eric Adams, dijo en una entrevista el martes que no se le notificaron esos planes hasta el 2 de enero.
No obstante, Adams pareció compartir la frustración de sus colegas demócratas por la incapacidad del Gobierno federal para abordar la crisis fronteriza.
«Es injusto que los gobiernos locales tengan que asumir esta obligación nacional», dijo Adams.
Describiendo la situación como una «vergüenza» nacional, Adams sostuvo que tanto el presidente de Estados Unidos como el Congreso tienen la responsabilidad de actuar.
«Yo creo que el presidente tiene la obligación de ocuparse de los problemas inmediatos», afirmó el alcalde. «Pero cuando hablamos de inmigración, va a hacer falta una combinación del ejecutivo y el legislativo. Tenemos que abordar esta cuestión (…) Ninguna ciudad debería tener que decidir si va a atender a sus ciudadanos —especialmente saliendo de COVID— o si va a hacer frente a una avalancha de inmigrantes y solicitantes de asilo».
Acciones republicanas
Aunque Polis describió sus planes como un acto de compasión, no es así como otros demócratas han visto las acciones similares de gobernadores republicanos, que se han enfrentado a la misma situación en los últimos meses.
Por ejemplo, en septiembre, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, causó sensación con su decisión de llevar en avión a extranjeros ilegales a Martha’s Vineyard, en Massachusetts.
Esa medida, aunque apoyada por muchos de sus colegas republicanos, provocó peticiones demócratas de una investigación, peticiones que fueron respondidas tanto por un sheriff de Texas como por el Departamento del Tesoro.
Por su parte, el gobernador de Texas, Greg Abbott, anunció recientemente que su administración había enviado en autobús a más de 16,000 inmigrantes a ciudades santuario este año. Entre esas ciudades se encontraba Washington, donde los inmigrantes ilegales que viajaban desde Texas fueron dejados cerca de la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris en Nochebuena.
Pero mientras la Casa Blanca criticaba esa decisión como un «truco cruel, peligroso y vergonzoso», Abbott respondía diciendo que la administración de Biden ha estado haciendo lo mismo.
«La Casa Blanca está llena de una panda de hipócritas, encabezados por el Hipócrita en Jefe, que ha estado transportando aviones cargados de inmigrantes por todo el país, a menudo al amparo de la noche», señaló Renae Eze, portavoz de Abbott.
«En lugar de sus quejas hipócritas sobre Texas por proporcionar el alivio tan necesario a nuestras comunidades fronterizas invadidas y abrumadas, el presidente Biden y la Zarina Fronteriza, Harris, tienen que dar un paso adelante y hacer su trabajo para asegurar la frontera, algo que siguen sin hacer», añadió Eze.
The Epoch Times se ha puesto en contacto con la Casa Blanca y las oficinas de Polis y Adams para recabar sus comentarios.
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