El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, confirmó que sigue adelante con la incorporación de las vacunas COVID-19 a la lista de vacunas escolares obligatorias, a pesar de que el Comité de Salud y Bienestar de la Cámara de Representantes del estado votó para rechazar la propuesta en una audiencia celebrada la semana pasada.
En una carta (pdf) dirigida al presidente del Comité de Salud y Bienestar de la Cámara de Representantes, Larry Bagley, el 14 de diciembre, el gobernador dijo que desaprobaba el rechazo del comité, y que piensa permitir que la norma entre en vigor porque «salvará vidas» y ayudará al estado a salir de la pandemia.
Según la enmienda propuesta, las vacunas contra el SARS-CoV-2 se añadirían a la lista de vacunas obligatorias para entrar en la escuela. Las vacunas y todos los posibles refuerzos también se exigirían para asistir a la escuela. La norma entrará en vigor a partir del curso escolar 2022-23.
El requisito solo se aplicaría a los grupos de edad para los que la FDA ha dado la aprobación completa de la vacuna, que actualmente es a partir de los 16 años, a menos que se amplíe.
Los padres podrán seguir eximiendo a sus hijos de la vacunación contra COVID-19 alegando razones religiosas, médicas o filosóficas mediante un escrito de disconformidad. Las solicitudes de exención por razones médicas deberán hacerse mediante la presentación de una declaración escrita de un médico que indique que dicha vacunación está contraindicada por razones médicas.
«Comprendo que cualquier cuestión en torno a COVID-19, especialmente las que involucran a nuestros niños, puede ser divisiva, le pido que usted y sus colegas trabajen conmigo para que se vacune más gente en Luisiana», escribió Edwards al presidente del comité.
«Vale la pena señalar que, aunque muchas de las enfermedades del calendario de vacunación de salud pública fueron en su día muy extendidas y mortales, ya no constituyen un riesgo grave para los niños en edad escolar de Luisiana. Esto es cierto porque casi todo el mundo fue vacunado contra estas enfermedades, muchas como condición para asistir a la escuela primaria», escribió Edwards.
«Uno solo puede imaginar dónde estaríamos como estado si la misma retórica recalentada de la reunión de la semana pasada se aplicara a la polio o al sarampión. El desarrollo de las vacunas contra COVID-19 a tiempo para ayudarnos a dejar atrás esta pandemia también requiere que hagamos todo lo posible para añadir COVID-19 a la lista de enfermedades que ya no suponen una amenaza grave», dijo Edwards.
El gobernador también se refirió a las cifras oficiales que indican que más de 770,000 personas en Luisiana han dado positivo en las pruebas de detección del coronavirus, mientras que casi 15,000 han muerto a causa de la enfermedad en los últimos 22 meses, 19 de las cuales eran menores de 18 años.
«Por el contrario, solamente ha habido 12 eventos adversos significativos relacionados con la administración de la vacuna en Luisiana, con cero muertes», escribió. «Desde cualquier punto de vista, las vacunas COVID-19 han sido un éxito histórico».
El Comité de Salud y Bienestar de la Cámara de Representantes, dirigido por Bagley, votó 13-2 la semana pasada para rechazar la propuesta.
«De ninguna manera íbamos a permitir que esto sucediera», escribió Bagley en Facebook en ese momento.
Bagley dijo al Lafayette Daily Advertiser que no estaba sorprendido de que Edwards haya decidido seguir adelante con el requisito de la vacuna COVID-19, pero señaló que «estoy decepcionado de que el gobernador vetara lo que era claramente la voluntad bipartidista de nuestro comité, que se encarga de la supervisión de este tema».
«Yo mismo me he vacunado, pero no creo que deba ser obligatorio», dijo Bagley. «Debería ser una decisión de los padres».
No está claro si los legisladores emprenderán ahora nuevas acciones judiciales contra la orden.
Actualmente, California es el único estado que obliga a los niños a recibir la vacuna COVID-19 para entrar en la escuela en 2022, según la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.
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