Los subsidios federales de desempleo ampliados que se implementaron durante los esfuerzos de ayuda por la pandemia del año pasado están llegando a su fin antes de lo programado en Arkansas, Montana y Carolina del Sur, y se espera que Florida siga su ejemplo a la vez que los gobernadores republicanos de todo el país responden a las reclamaciones de las empresas que alientan a los estadounidenses a volver al trabajo.
«Absolutamente podemos poner a más gente a trabajar», dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis (R), a los periodistas durante una conferencia de prensa el miércoles, anunciando que los residentes de Florida que reciben los pagos extra de USD 300 semanales pronto tendrán que proporcionar pruebas de que están buscando activamente un trabajo.
El gobernador republicano dio a entender que pronto seguirá un impulso similar a otros estados republicanos para alentar a los estadounidenses a volver al trabajo.
El gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson (R), dijo que a fines de junio su estado dejará de participar en las prestaciones semanales extendidas por desempleo del nuevo plan de estímulo de la administración Biden, de 1.9 billones de dólares, tres meses antes de su vencimiento.
Anteriormente, los gobernadores republicanos de Montana y Carolina del Sur anunciaron planes similares, alegando que estas prestaciones desanimaron a la población a volver al trabajo y se han convertido en un lastre para la recuperación.
A su vez el legislador republicano de Texas, Kevin Brady, dijo que espera que más estados sigan su ejemplo, y acusó a la Casa Blanca de «negar» que muchas empresas tienen dificultades para contratar a más personas.
«Normalmente, cuando se recibe el desempleo, la idea es que es temporal y hay que buscar trabajo para poder salir del desempleo», dijo DeSantis al respecto. «Fue un desastre, así que suspendimos esos requisitos de búsqueda de empleo. Creo que está bastante claro ahora que tenemos una abundancia de puestos de trabajo».
«La demanda está ahí. Las empresas quieren contratar a más gente y creo que podemos ir en esa dirección muy pronto», añadió.
La noticia surge después que en el mes de abril el crecimiento del empleo en Estados Unidos fue muy inferior al previsto por el mercado. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la economía estadounidense añadió 266,000 puestos de trabajo el mes pasado, frente a una estimación de un millón. La tasa de desempleo subió al 6.1 por ciento desde el 6 por ciento de marzo.
De otra parte, casi el 40 por ciento de los trabajadores podría ganar más con el desempleo al nivel de 300 dólares que lo que ganaría volviendo a trabajar, según American Action Forum, un instituto político de centro derecha.
La economía sigue estando 8.2 millones de puestos de trabajo por debajo de los niveles anteriores al COVID.
Empresas y organizaciones, entre ellas la Cámara de Comercio de Estados Unidos, uno de los mayores grupos de presión empresarial, pidieron al gobierno de Biden que ponga fin al subsidio de desempleo.
Está «claro que pagar a la gente para que no trabaje está frenando lo que debería ser un mercado de trabajo más fuerte», dijo el grupo.
Sin embargo, cuando un periodista le preguntó al presidente Joe Biden, si el aumento de los subsidios de desempleo había tenido algún efecto en las débiles cifras de empleo, dijo: «No, nada medible».
Los demócratas dicen que las empresas no están ofreciendo salarios lo suficientemente altos o programas de cuidado infantil subsidiados, mientras que algunos dicen que el informe de empleo del mes pasado sugiere que el Congreso necesita aprobar los proyectos de ley de infraestructura de Biden.
En una entrevista con la CBS el domingo, la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, dijo que la ampliación de los subsidios de desempleo fueron un «salvavidas de supervivencia» para los desempleados durante la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino). El virus del PCCh se conoce comúnmente como el nuevo coronavirus.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Con información de Emel Akan.
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