El gobierno de Biden anunció que investigará los «coches inteligentes» de fabricación china capaces de recopilar información confidencial sobre los conductores estadounidenses, alegando posibles amenazas para la seguridad nacional.
El Departamento de Comercio tiene previsto investigar las posibles amenazas de los «vehículos conectados» de países como China y otros considerados hostiles a Estados Unidos, según anunció el 29 de febrero.
La investigación podría desembocar en la aplicación de nuevas medidas reguladoras para prohibir que China emplee tecnología avanzada en vehículos eléctricos y otros automóviles supuestamente conectados para vigilar a los conductores y sus datos personales.
A las autoridades les preocupa que funcionalidades como la tecnología de asistencia al conductor puedan aprovecharse para vigilar a los estadounidenses. Aunque no se trata de un embargo total de las importaciones chinas, el Presidente Joe Biden ha declarado que está tomando medidas para proteger sus datos.
En una declaración del 29 de febrero, el presidente afirmó que la administración cree que China planea utilizar prácticas desleales para hacerse con una mayor participación en el mercado automovilístico. A continuación, afirmó que los vehículos podrían plantear graves riesgos para la seguridad nacional.
La Secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, hizo una declaración similar en un comunicado de prensa publicado el 29 de febrero en el sitio web de su departamento.
«No hace falta mucha imaginación para pensar en cómo [un] gobierno extranjero con acceso a los vehículos conectados podría suponer un grave riesgo tanto para nuestra seguridad nacional como para la privacidad personal de los ciudadanos estadounidenses», dijo Raimondo.
En la actualidad, Estados Unidos importa muy pocos automóviles de China, en parte debido a los elevados aranceles que Estados Unidos impone a estos vehículos. Sin embargo, a las autoridades les preocupa que los aranceles no basten para resolver el problema.
Al establecer operaciones de ensamblaje en naciones vecinas como México, algunas empresas chinas parecen esperar eludir los aranceles estadounidenses.
«Para evaluar estas preocupaciones de seguridad nacional, estamos emitiendo un Aviso Anticipado de Propuesta de Reglamentación para investigar los riesgos de seguridad nacional de los vehículos conectados, específicamente la tecnología fabricada en la República Popular China en los vehículos», dijo Raimondo.
«Tenemos que entender el alcance de la tecnología en estos coches que pueden capturar amplias franjas de datos o desactivar o manipular a distancia los vehículos conectados, por lo que estamos solicitando información para determinar si tomamos medidas».
Sin embargo, la recopilación de datos no es la única preocupación, como han declarado el Secretario de Comercio y otros funcionarios. La activación o manipulación a distancia de los coches conectados es otra amenaza potencial.
Según la Casa Blanca, el Departamento de Comercio realizará encuestas entre el público y el sector del automóvil y estudiará posibles normas para controlar la integración de tecnología en automóviles importados de países preocupantes, como Irán y Rusia, además de China.
Según la Casa Blanca, preocupa la seguridad nacional provocada por la conectividad constante de los coches con los dispositivos personales, otros vehículos, las infraestructuras estadounidenses y su fabricante original.
Aunque los elevados aranceles han disuadido a los fabricantes de automóviles chinos de incorporarse al mercado estadounidense, a las autoridades y a los ejecutivos del sector de EE.UU. les preocupa que las empresas chinas opten por asumir el aumento de los costes a medida que China aumenta su dependencia de las exportaciones.
Los fabricantes de automóviles chinos están planeando aumentar su producción en el extranjero, y el gigante de los vehículos eléctricos BYD declaró el año pasado que abrirá una planta en Europa.
Con información de The Associated Press.
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