Guerra en Ucrania tendrá impacto a largo plazo en el precio de los alimentos, dice informe de la ONU

Por Bryan Jung
19 de abril de 2022 8:47 AM Actualizado: 19 de abril de 2022 4:15 PM

El conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia están teniendo un gran impacto en el suministro mundial de cereales, que se traduce en un aumento drástico del costo de los alimentos, de la deuda y de la energía, que será aún mayor cuanto más duren los combates.

«La guerra en Ucrania, en todas sus dimensiones, está produciendo alarmantes efectos en cascada a una economía mundial ya golpeada por el COVID-19 y el cambio climático, con impactos particularmente dramáticos en los países en desarrollo», según un informe del 13 de abril (pdf) de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

«Las proyecciones recientes de la UNCTAD estiman que la economía mundial tendrá un punto porcentual de crecimiento del PIB inferior al previsto debido a la guerra, que está perturbando gravemente los mercados alimenticios, energéticos y financieros, ya de por sí estrechos».

Si la temporada de siembra de primavera en Ucrania se retrasa unas semanas más y no se soluciona la interrupción de las exportaciones regionales clave, es probable que se produzcan consecuencias a largo plazo, como el aumento de la escasez de alimentos, la limitación de los suministros de fertilizantes, una importante recesión mundial y una reestructuración de las redes de la cadena de suministro.

La capacidad de producir cultivos en Ucrania en este momento y de trasladar esa producción fuera de la región se ha visto gravemente afectada.

Millones de ucranianos han huido de las regiones agrícolas debido a la guerra, provocando una escasez de mano de obra. También se están sembrando minas terrestres en los campos y en las zonas de conflicto la libertad de movimiento está restringida.

Los expertos estiman que el 50 por ciento de la producción ucraniana de trigo y el 25 por ciento de la de maíz se encuentran actualmente en la zona de conflicto.

Esto dificulta a los agricultores la siembra de sus cosechas y, aunque se cosechen, seguirán existiendo importantes problemas logísticos para su entrega.

Los transportistas internacionales tienen prácticamente prohibido enviar barcos a la región del mar Negro, mientras que las tarifas de los seguros se han disparado.

«Hay muchas cosas de las que no estamos hablando en términos de los problemas generales que pueden surgir del conflicto ucraniano-ruso, sobre todo si se prolonga durante un año, dos o tres», dijo Richard Kottmeyer de FTI Consulting, Inc. en un seminario web del 14 de abril organizado por la Asociación Americana de la Industria de Piensos (AFIA).

«Si la guerra terminara hoy, tendríamos una amplia inflación alimentaria durante tres años», dijo. «Eso es significativo. A medida que la guerra continúa, la inflación alimentaria y el número de años sigue empeorando».

La industria agrícola ya estaba sufriendo por la escasez de mano de obra inducida por la pandemia y por la estrategia «de la granja a la mesa» de la Unión Europea, que es un intento de reducir el impacto medioambiental y climático previsto de la producción de alimentos.

La crisis ucraniana añadió otro nivel de presión al mercado, con una inflación alimentaria que probablemente alcanzará niveles no vistos en más de 20 años, dijo Kottmeyer.

Juntos, Ucrania y Rusia proporcionan alrededor del 30 por ciento del trigo y la cebada del mundo, alrededor del 20 por ciento del maíz y más del 50 por ciento del aceite de girasol.

Estados Unidos podría aumentar sus exportaciones de maíz y trigo en 200 millones de bushels cada una, pero eso solo compensa el 10 por ciento del déficit de trigo y alrededor del 17 por ciento del de maíz.

Los principales exportadores agrícolas, basándose en las actuales existencias mundiales de trigo, no podrán compensar los déficits debido a la pérdida del mercado ucraniano-ruso de cereales.

La escasez de maíz posiblemente se cubra, pero el margen para lograrlo es cada vez más estrecho, dijo Kottmeyer.

Kpttmeyer cree que los precios de las materias primas seguirán subiendo. Algunos modelos analíticos muestran el maíz a más de 12 dólares por bushel y una recesión que probablemente afectará a la Unión Europea, que puede perder hasta un 3 ó 4 por ciento de su PIB este año.

Rusia es también el primer exportador mundial de gas natural y el segundo de petróleo crudo.

Rusia y Bielorrusia, que también fue sancionada por Occidente, aportan en total cerca del 20 por ciento de las exportaciones de fertilizantes.

La mayor parte de la potasa necesaria para fabricar fertilizantes agrícolas del mundo procede también de la región.

«Parece que Rusia y Bielorrusia están limitando los envíos y la producción», dijo Kottmeyer, y explicó que «con un suministro limitado, es poco probable que Europa reciba las dotaciones» de productos. India puede ser el país que más riesgo corra por la falta de fertilizantes, ya que son de los más tempranos en sembrar».

Estas interrupciones serán las que más perjudiquen a los países en desarrollo, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuyo informe advierte que el aumento de los precios de los alimentos puede provocar disturbios civiles.

Se teme que la guerra en Ucrania pueda desencadenar protestas masivas y acciones de grupos que busquen sacar provecho de la inestabilidad en los países afectados.

La ONU dice que hasta 1700 millones de personas están «muy expuestas» a los efectos de la guerra de Ucrania, y de ellas 553 millones ya son pobres, con 215 millones desnutridos.


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