Análisis de noticias
En su discurso inaugural de campaña, Nikki Haley mezcló referencias a los valores estadounidenses con un llamamiento al cambio, haciendo equilibrios en su intento de ganarse el apoyo de los republicanos.
Haley, la primera gran candidata a desafiar al expresidente Donald Trump en las primarias presidenciales republicanas de 2024, lanzó su campaña el miércoles desde Charleston, Carolina del Sur.
«Estamos listos para dejar atrás las ideas rancias y los nombres descoloridos del pasado, y estamos más que preparados para que una nueva generación nos guíe hacia el futuro», dijo Haley.
Haley, cuyo nombre completo es Nimrata Nikki Haley, se definió a sí misma como «la orgullosa hija de inmigrantes indios».
«Mis padres dejaron la India en busca de una vida mejor. La encontraron en Bamberg, Carolina del Sur, de 2500 habitantes», añadió Haley.
«Nuestro pequeño pueblo llegó a querernos, pero no siempre fue fácil. Éramos la única familia india. Nadie sabía quiénes éramos, qué éramos ni por qué estábamos allí. Pero mis padres lo sabían. Y cada día nos recordaban a mis hermanos y a mi hermana que, incluso en nuestro peor día, tenemos la bendición de vivir en Estados Unidos».
Sin embargo, Haley también apuntó a lo que describió como una mentalidad de «autodesprecio» entre los estadounidenses que, según ella, había llegado a apoderarse de la nación bajo el liderazgo del presidente Joe Biden, y añadió que el presidente y el vicepresidente «dicen que Estados Unidos es racista».
La vicepresidenta Harris dijo en 2021 en la Universidad de Emory que «el racismo es real en Estados Unidos, y siempre lo ha sido».
Ese mismo año, Biden calificó la muerte bajo custodia policial de George Floyd como un «asesinato» que «arrancó el velo de los ojos para que el mundo entero viera el racismo sistémico … el racismo sistémico que es una mancha [en] el alma de nuestra nación».
Pero según Haley, mientras hablaba a sus partidarios en Charleston, «Estados Unidos no es un país racista».
«Háganme caso, la primera gobernadora perteneciente a una minoría de la historia», dijo.
Haley fue gobernadora de Carolina del Sur entre 2011 y 2017. Posteriormente fue embajadora ante Naciones Unidas con el expresidente Trump, entre 2017 y 2018.
«Estados Unidos no es perfecto, pero los principios en el núcleo de Estados Unidos son perfectos», dijo, para luego afirmar que su candidatura «no se trata de política de identidad».
«No creo en eso. Tampoco creo en los techos de cristal», dijo.
Haley, de 51 años, destacó su relativa juventud como un punto fuerte en el contexto de la lucha de Estados Unidos con China y su gobernante Partido Comunista Chino.
«No ganaremos la lucha por el siglo XXI si seguimos confiando en los políticos del siglo XX», afirmó.
Haley abogó por la identificación obligatoria de los votantes y la limitación de mandatos en el Congreso, dos propuestas políticas promovidas por Trump en su discurso de presentación de campaña.
Pero Haley tenía propuestas propias, como pruebas de competencia mental para los políticos de más edad y el fin de las asignaciones presupuestarias, entre otras políticas.
Criticada durante mucho tiempo por algunos sectores de la derecha y la izquierda estadounidenses por alinearse con el neoconservadurismo, la ideología y la tradición intelectual de algunos de los políticos que iniciaron las guerras de Irak y Afganistán durante la presidencia de George W. Bush, Haley logró otro cuidadoso equilibrio en política exterior, presentando su plataforma desde el ángulo de «Estados Unidos primero».
«Un ejército fuerte no inicia guerras. Un ejército fuerte evita las guerras», afirmó.
«Estaremos junto a nuestros aliados, desde Israel a Ucrania, y plantaremos cara a nuestros enemigos en Irán y Rusia».
Haley y la historia de Estados Unidos
«Como gobernadora, vi a nuestro estado ir más allá del odio y la violencia, y levantar a todos en paz», dijo Haley.
Los comentarios de Haley, incluido su llamamiento a «dejar atrás las ideas rancias y los nombres desvaídos del pasado», atrajeron la atención de los medios de comunicación hegemónicos y de muchos comentaristas online sobre las posturas cambiantes de la exgobernadora respecto al pasado de Carolina del Sur en los Estados Confederados de América.
Algunos conservadores han criticado a Haley lo que consideran una falta de firmeza como gobernadora, cuando retiró la bandera confederada que ondeaba sobre la Casa del Estado de Carolina del Sur.
Haley tomó esa medida en 2015, después de que Dylann Roof perpetrara el tiroteo de la iglesia de Charleston. Roof había posado con la bandera en fotos antes de matar a nueve personas en la histórica casa de culto negra.
«Creo que lo más importante es que nunca debería haber estado allí. Estos terrenos son un lugar del que todo el mundo debería sentirse parte. De lo que me he dado cuenta ahora más que nunca es de que la gente pasaba por allí y se sentía herida y dolorida. Nadie debería sentir dolor», dijo Haley a Don Lemon de CNN en ese momento.
En una entrevista de 2019 con el presentador de Blaze TV Glenn Beck, Haley dijo que Roof había «secuestrado» la bandera.
«La gente lo vio como servicio, y sacrificio y herencia —pero una vez que hizo eso, no había forma de superarlo», le dijo a Beck.
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