Las autoridades del estado de Hawái están estudiando la posibilidad de adoptar a modo de prueba un requisito de vacunación para los viajes entre islas, algo comúnmente conocido como «pasaporte de vacunación», informaron los medios locales.
«Me encantaría hacer una prueba piloto a mediados de abril con las tarjetas, al menos para los viajes entre las islas», dijo el martes el vicegobernador de Hawaii, Josh Green, a KHON-TV, refiriéndose a las tarjetas de vacunación, que sirven como una manera de probar que alguien recibió una vacuna anti COVID-19.
«Creo que tiene mucho sentido», añadió. «Permitiría de inmediato que aproximadamente la mitad de nuestros viajeros dentro de las islas pudieran viajar con seguridad».
Green también dijo al periódico que las autoridades estatales esperan trabajar con un desarrollador local para crear una aplicación que verifique si un viajero fue vacunado.
«Podrían verificar el registro de salud, luego lo encriptarían para que la gente no pueda robar el registro de salud de alguien. Aunque en realidad, todo se trata de si se vacunó o no, su nombre y la fecha en que ocurrió», dijo Green.
Los responsables de turismo de Hawái expresaron su apoyo al sistema.
«Eso es lo que vemos, familias que no se ven hace un tiempo y que viven en Kauai, Maui, la isla de Hawái, Oahu. Esto permitirá que ese tipo de viajes se realicen sin el coste adicional de someterse a las pruebas», dijo Mufi Hannemann, presidente y director general de la Asociación de Alojamiento y Turismo de Hawái, según KHON-TV.
La decisión final sobre los pasaportes de vacunas la tomará el gobernador de Hawái, David Ige, en consulta con los alcaldes de las islas.
Como una «tarjeta de embarque móvil» COVID-19
Aunque Green no dio más detalles sobre cómo funcionaría la aplicación, esta podría ser similar a una aplicación de pasaporte de vacunas lanzada recientemente en el estado de Nueva York, llamada Excelsior Pass.
«Piense en ella como una tarjeta de embarque móvil de una aerolínea, pero para demostrar que recibió una vacuna contra COVID-19 o que dio negativo en la prueba», es la forma en que las autoridades del estado de Nueva York describen la aplicación, con la idea de que un código QR podría imprimirse o almacenarse en los teléfonos inteligentes, y que los negocios y locales participantes utilizarían una aplicación complementaria para escanear el código y verificar el estado de vacunación.
«Los negocios y locales pueden escanear y validar su pase para asegurarse de que cumple con los requisitos de vacunación o de pruebas de COVID-19 para entrar», escribieron las autoridades del estado de Nueva York. «Junto con su pase, se le pedirá que muestre una identificación con foto que revele su nombre y fecha de nacimiento, para verificar que el pase le pertenece. Los adultos pueden tener pases para acompañar a los menores», añadieron, señalando que el uso de la aplicación es voluntario y que se pueden utilizar pruebas alternativas de vacunación, como tarjetas.
Si bien la idea de los pasaportes de vacunas fue bien recibida por algunos funcionarios estatales, otros se han opuesto, por considerarla una invasión a la privacidad.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo esta semana que emitirá una orden ejecutiva para prohibir cualquier esquema de pasaporte de vacunas en todo el estado.
«Es completamente inaceptable que el gobierno o el sector privado le impongan el requisito de mostrar una prueba de vacuna para simplemente poder participar en la sociedad normal», dijo DeSantis en una conferencia de prensa el lunes.
«Usted quiere ir al cine. ¿Debería tener que mostrar eso? No. Si usted quiere ir a un partido, ¿debería mostrarlo? No. ¿Si quiere ir a un parque temático? No. No lo apoyamos», dijo.
A nivel federal, los movimientos para desarrollar un pasaporte de vacunas se limitaron a formular directrices que podrían utilizarse como base para las iniciativas del sector privado. El gobierno de Biden dijo que no emitirá una credencial de vacunación ni almacenará la información de vacunación de los estadounidenses en una base de datos centralizada.
«Esto va a afectar a todas las partes de la sociedad, por lo que, naturalmente, el gobierno está involucrado», dijo Andy Slavitt, director en funciones de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, durante una sesión informativa de la Casa Blanca sobre COVID-19 el lunes. «Pero a diferencia de otras partes del mundo, el gobierno aquí no está considerando su papel como el lugar para crear un pasaporte, ni un lugar para mantener los datos de los ciudadanos».
«Nosotros vemos esto como algo que está haciendo y hará el sector privado. Lo que es importante para nosotros, es que estamos dirigiendo un proceso interinstitucional ahora mismo para revisar estos detalles, es que se cumplan algunos criterios importantes con estas credenciales», añadió.
Cuestionada por los comentarios de Slavitt, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó la tarde del mismo día que, el gobierno de Biden quiere dejar el desarrollo de los pasaportes de vacunas en manos del sector privado, aunque está trabajando en las directrices.
«Nosotros esperamos, como creo que aludió Andy Slavitt, que la resolución o el desarrollo de un pasaporte de vacunas o como se quiera llamar, sea impulsado por el sector privado», dijo Psaki. «Lo nuestro se centrará más bien en directrices que puedan servir de base».
«Hay un par de principios clave a partir de los cuales estamos trabajando: uno es que no habrá una base de datos federal de vacunas centralizada y universal ni un mandato federal que obligue a todos a obtener una única credencial de vacunación», dijo Psaki. «En segundo lugar, queremos fomentar un mercado abierto con una variedad de empresas del sector privado y coaliciones sin ánimo de lucro que desarrollen soluciones; y en tercer lugar, queremos dirigir el mercado hacia el cumplimiento de los objetivos de interés público».
Pero algunos críticos, como el colaborador de The Epoch Times, Wesley J. Smith, presidente del Centro de Excepcionalismo Humano del Discovery Institute, sostienen que este enfoque es en realidad una forma «insidiosamente inteligente» de eludir los medios habituales del gobierno para promulgar políticas públicas y, en cambio, confiar en el sector privado «para coaccionar el cumplimiento de la vacunación a través de mecanismos de ‘libre mercado'».
Smith escribió en un artículo de opinión que «su pasaporte de vacunas sería la clave para vivir una vida normal y lo más bonito para la administración es que, técnicamente, el gobierno no estaría ‘obligando’ a nadie a hacer nada».
Además sostuvo que el quid del debate en torno a los pasaportes de vacunación no es si alguien debe o no vacunarse, sino la coacción del gobierno y las libertades individuales.
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