En una operación coordinada con la policía de Texas, un hombre simuló su propia muerte para poder atrapar a su esposa, que ofreció dinero a un conocido para que la ayudara a asesinarlo.
El macabro plan dio resultado y fue el punto final de una relación conflictiva y con abusos domésticos de parte de la mujer que se prolongaron durante años.
Ramón Sosa, que ahora tiene 53 años, era entrenador de boxeo y tenía su propio gimnasio, pero el negocio comenzó a ir mal. Sucedió en el quinto año de matrimonio con Lulu, su esposa de origen mexicano, y ésta le pidió el divorcio.
No contenta con separarse, estableció contacto con “Gustavo”, un hombre que había sido entrenado por Sosa, y le pidió que la ayudara a encontrar a alguien que estuviera dispuesto a matar a su todavía marido. El acuerdo fue que lo matara de un balazo en la cabeza, según un informe del medio hispano El Diario.
Everything that shine,
Is not gold…
Beware of snakes.
Ramón Sosa pic.twitter.com/NIzDxe81ck— Ramon Sosa (@rsosa67) July 14, 2018
Lejos de cumplir, Gustavo informó a Sosa y grabó uno de los encuentros que tuvo con Lulu, lo que les sirvió como prueba para hacer la denuncia a la policía.
Lo siguiente fue idear el plan para atraparla, en el que también participó el FBI. Este consistió en que un oficial se hiciera pasar por asesino a sueldo y pactara con la mujer. Así se hizo, y Lulu acordó pagar 2000 dólares por el trabajo.
Mientras esto ocurría, Sosa tuvo que actuar como de costumbre y seguir conviviendo con su mujer, dado que no tenían los medios para vivir por separado. “Me di cuenta que tenía que vivir bajo el mismo techo con la persona que planeaba asesinarme”, dijo, según es citado en Publimetro, y admitió que lo más duro para él fue dormir con el enemigo en casa.
«Sí, me acosté con el enemigo y con un ojo abierto, todo mientras trataba de actuar lo más ‘normal’ posible para que ella continuara con su plan. Esa era la única forma en que podíamos atraparla en el acto», explicó.
A boxing coach wanted dead, and somebody who was willing to pay for it. How a murder-for-hire led to a most unpredictable outcome. pic.twitter.com/Zx4OHPRAzB
— E:60 (@E60) July 18, 2018
Para simular su muerte realizaron una sesión de fotos organizada por la policía de Texas. Se cavó un hoyo en la tierra, tumbaron a Sosa con el torso desnudo y le maquillaron un agujero de bala en la cabeza, dando la impresión de que había sido asesinado como Lulu quería, y lo fotografiaron.
«Esa imagen, hasta el día de hoy, refleja una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida. El pensamiento de mí acostado en una tumba poco profunda en ropa interior con un agujero de bala en mi sien es alucinante», declaró Sosa a múltiples medios.
Cuando el agente encubierto mostró las fotos a la mujer, ésta sonrió y le estrechó la mano.
Pocas horas después la policía acudió a su casa para preguntarle por el paradero de su esposo, y cuando Lulu aseguró no saberlo, la apresaron.
Fue enjuiciada por asesinato en segundo grado y sentenciada a 20 años de prisión luego de declararse culpable. Sucedió en octubre de 2016.
El caso acaba de salir a la luz y se difundió gracias a un libro publicado por Ramón Sosa titulado “Caminé sobre mi tumba” (I Walked On My Own Grave).
“ you look at life differently when you have walked on your own grave”…Ramon Sosa. Now you can read my story written by me on this tell all book.
I WALKED on my own GRAVE pic.twitter.com/t2TAoVLl6Y— Ramon Sosa (@rsosa67) June 24, 2019
Según un artículo de Infobae, el incidente impulsó a Ramón a cambiar su vida por completo y a convertirse en un orador que defiende a los hombres maltratados por sus parejas.
Hoy espera que su libro pueda servir de ayuda tanto a hombres como a mujeres que atraviesan relaciones abusivas.
*****
Historias de convicción:
Trabajó para la mafia y fue un adicto durante décadas, al fin se libera con ayuda de la meditación
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.