A Bobby Humphreys, un antiguo físico culturista, le gustaban los perros grandes. Rottweilers, para ser precisos. Pero después del final abrupto y devastador de su matrimonio de 17 años, un pequeño perro llegó al rescate de las garras de la depresión.
Bobby, de Maryland, luchó por sobreponerse después la disolución de su matrimonio, pero una apreciada amiga acudió rápidamente para ayudarlo con un diminuto compañero. «Mi amiga, Connie, me demostraba lo que realmente significaba la amistad», dijo Bobby, según IHeartDogs. «No importaba lo que necesitara, ella estaba ahí para ayudarme».
El hijo de Connie tenía una chihuahua llamada Lady, a la que Bobby nunca había visto. «A ella no le gustaba mucho la gente», dijo Bobby. «Especialmente los hombres». Sin embargo, un día, Connie se estaba mudando de casa y necesitaba un favor. Bobby se lo debía y lo sabía.
El aficionado a los perros grandes aceptó sin mucho entusiasmo acoger a Lady y esperaba que, en el mejor de los casos, se comportaran de forma cortés. Sin embargo, Lady sorprendió a su incrédulo cuidador, yendo en línea recta hacia el regazo de Bobby. «Esta perrita odia a todo el mundo», bromeó Bobby. «Lady y yo hemos sido literalmente inseparables desde entonces».
A medida que pasaba el tiempo, el esfuerzo de Bobby para adaptarse a la vida de soltero continuó, pero el cachorro de 3 kilos le había robado el corazón.
En poco tiempo Bobby encontró una perrita marrón y dorado llamado Kira. Ella había sido reubicada de condiciones miserables, traumatizada, no estaba entrenada y era indisciplinada. Sin embargo, Bobby accedió a acogerla, esperando que se adaptara, como él tenía que hacer. El sentido de solidaridad entre el hombre y el perro nunca había sido tan fuerte, y la empatía de Bobby aumentó exponencialmente.
Mientras Bobby conducía a casa, la perrita se acurrucó a su lado.
El siguiente cachorro de Bobby, Harley, tenía una historia totalmente diferente. Al conocerla en Puppy Finder, Bobby supo que Harley era de una camada inesperada. Sin embargo, rápidamente se enteró de la verdad: Harley era el producto de una endogamia intencional. «Empecé a ver un patrón», compartió Bobby. «Muchos de estos pequeños y hermosos cachorros son maltratados o aprovechados y no podía quedarme sentado y ver lo que sucedía».
Regresó para adoptar a la hermana de Harley, Quinn, al día siguiente.
A partir de ahí, las adopciones se multiplicaron. Lucy siguió a su tutor aparentemente desesperada por encontrar una casa. A Lucy la habían encontrado perdida cerca de un parque de casa rodantes, y sus anteriores dueños la habían alejado, diciendo: «¡No quiero esa cosa, ya terminé con ella!». Según la información de los vecinos y un veterinario de emergencia, Lucy había sido utilizada como carnada para entrenar a los perros de pelea.
Lucy estaba herida y aterrorizada.
Un día, salió corriendo por una autopista muy transitada y sin luz. «Cuando me acerqué a menos de 1 metro y medio de ella, se desplomó», recuerda Bobby, «se acurrucó en una bola y enterró la cabeza entre las piernas. En ese momento entendí lo que era un perro de carnada».
«Me quedé helado», continuó. «La abracé muy fuerte. La única cosa que esta pobre pequeña sabe es sobrevivir».
Lucy, como los cachorros rescatados antes que ella, le dieron a su desconsolado dueño una nueva vida y una causa por la que merece la pena luchar.
Desde ese momento, el proyecto en Boonsboro, Maryland, ha crecido. «Rescatamos a los chihuahuas que están viviendo vidas horribles», explicó Bobby. «Les damos o bien un hogar furever con nosotros. …o los cuidamos y los adoptamos». Puede que no sea lucrativo, pero es muy satisfactorio.
Bobby ha rescatado más de 50 cachorros desde que abrió el Refugio Big Guy, Littles World. «Tengo una excelente relación con un control animal local que está a cargo de mi licencia de residencia canina y les gusta lo que hago», dijo Bobby a Jam Press, según reportó The Daily Mail. «Simplemente me pidieron que les quitara algo de presión por mi estatus en las redes sociales».
Bobby revela que cuando comenzó el refugio, él era el único que cuidaba a estos cachorros con un poco de apoyo de Connie. Sin embargo, ahora hay cinco funcionarios a tiempo completo, incluyendo dos que viven en el lugar. Su día comienza a las 7:30 a.m. y termina hasta a las 9 p.m.
«Hemos tratado de desarrollar sistemas para que todo sea eficiente y cómodo para los perros», dijo Bobby.
Bobby tenía un exitoso negocio de pisos de madera, pero lo dejó atrás para perseguir su misión de salvar a estos cachorros, admite que al inicio estaba muy nervioso por lo que la gente pudiera pensaría de él.
«¿Pensarían que soy la versión masculina de la loca de los gatos? ¿Pensarían que me he vuelto completamente loco?», dijo Bobby. Sin embargo, contrariamente a lo que esperaba, todas las personas cercanas y queridas apoyaron su decisión.
«Ver la cara de mi madre cuando me dijo que estaba muy orgullosa de lo que estaba haciendo, fue un momento que siempre apreciaré», dijo.
Respecto a lo que le depara el futuro, Bobby tiene planes muy grandes, como el desarrollo de un prototipo de un nuevo refugio para poder empezar a instalarlo en zonas de todo el país, con el fin de ayudar a manejar las epidemias. Además, también planea entrar en la industria de alimentos para perros y hacer algunos cambios.
«La forma en que se trata a los perros en el mundo, está lejos de lo que debería ser», dijo Bobby.
Bobby relata sus aventuras en la página de Facebook Big Guy, Littles World Sanctuary. Realmente parece un ejército de pequeños perros y un hombre en una misión.
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