Una mujer llamada Berni Gutiérrez, residente de Duarte, California en EE.UU., salía de un centro comercial en enero de 2018 cuando un vagabundo se le acercó y le pidió algo inusual.
Este hombre no le pedía comida ni dinero, ni nada para sí mismo. Era algo para su amigo: necesitaba una licencia para su perro
Héctor tiene a una pequeña mascota, una chihuahua llamada Amy, que se veía claramente bien cuidada, aunque un poco excéntrica: la perrita llevaba un vestido y tenía pintadas las uñas.
La mujer habló con Héctor y le sorprendió su historia: no podía obtener la licencia para su perra porque no tenía hogar, y sin una licencia, la policía y los servicios de animales amenazaban con quitarle a su mascota.
Para ayudarlo, la mujer llamó a su amiga Piper Wood, la fundadora del rescate local de perros Hand in Paw, y recordó lo que Héctor le dijo:
«Mi amigo dijo: ‘La perra está muy bien cuidada'», relató Piper a The Dodo. «‘Y él comenzó a llorar cuando hablaba de ella'».
«Y yo dije: ‘¿Sabes qué? Ayudemos a este tipo. Estaré allí en 10 minutos'».
Piper se reunió con Héctor, y aunque a veces era difícil de entenderlo, estaba claro que amaba a su perra, a pesar de su situación de vida.
«Ella recibe un trato mejor que la mayoría de los perros en un hogar, porque él está con ella las 24 horas del día», agregó Piper. «El perro lo ama y él ama a su perro; son la vida del otro».
Entonces Piper se ofreció a ayudarlo con Amy. No solo ella lo ayudó a obtener una licencia, sino que también la esterilizó, colocó microchip, vacunó y solucionó sus problemas dentales.
Pero Piper notó que Héctor lo tenía en un carrito de compras, algo que técnicamente era ilegal. Así que pensó en una forma de ayudar no solo a la mascota, sino también a Héctor.
«Realizo rescates de perros, así que salvo perros, pero a veces hay una persona con ese perro y tienes que ayudar a ambos», le dijo a The Dodo.
¡Entonces, con la ayuda de Hand in Paw, lo sorprendió con un cochecito para perros donde podía guardar sus pertenencias!
Fue un regalo que cambia la vida, y Héctor estaba extremadamente agradecido.
«Estaba llorando», dijo Piper, «me dijo que yo era su hermana: ‘Gracias, hermana. Eres la única familia que tengo’, me dijo. Entonces también comencé a llorar. Fue realmente dulce».
Piper no lo hizo solo, recibió ayuda y donaciones de sus seguidores después de compartir la historia de Héctor en Instagram. Estaba sorprendida y abrumada por la catarata de apoyo que recibió.
«Es algo asombroso poder cambiar la vida de alguien, pero tuve la ayuda de tanta gente».
Para Piper, ayudar a Héctor era también ver a través del estigma de las personas sin hogar que poseen perros, y saber que a pesar de todo, ese cachorro era amado y cuidado.
«A veces se ven personas sin hogar con perros y a veces se piensa ‘ese perro estaría mejor en otro lugar'», escribió Piper.
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