Los precios al consumidor, excluyendo los componentes volátiles de alimentos y energía, se dispararon mucho más allá del objetivo del 2% de la Reserva Federal en el año hasta junio, alcanzando niveles no vistos desde 1991 y reforzando las preocupaciones sobre la inflación.
El llamado índice de precios del gasto en consumo personal básico (PCE), que excluye los alimentos y la energía y es el método preferido de la Fed para medir la inflación, subió un 3,5% en los 12 meses hasta junio, después de subir un 3,4% en el año hasta mayo, dijo el Departamento de Comercio el viernes. La última vez que el alza de inflación del PCE básico registró un salto similar interanual fue en julio de 1991.
La Fed considera que el PCE básico es el indicador clave de la inflación que informa su política monetaria, la cual tiene un objetivo de inflación de un promedio a largo plazo del 2 por ciento.
Si bien algunos economistas han dado la alarma sobre la inflación, los funcionarios de la Fed y miembros de la administración Biden han insistido en que los aumentos de precios son temporales, argumentando que las presiones inflacionarias se aliviarán a medida que se solucionen las interrupciones de la cadena de suministro relacionadas con la pandemia.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo a los periodistas el 28 de julio (pdf) que es posible que la inflación sea más intensa y dure más tiempo de lo que esperan los analistas de la Fed.
“El proceso de reapertura de la economía no tiene precedentes, al igual que el cierre al inicio de la pandemia”, dijo Powell. «A medida que continúa la reapertura, los cuellos de botella, las dificultades de contratación y otras restricciones podrían seguir limitando la rapidez con la que se puede ajustar la oferta, lo que aumenta la posibilidad de que la inflación sea más alta y más persistente de lo que esperamos».
Pero Powell reiteró su opinión repetida de que, en el próximo año más o menos, la inflación volvería a posicionarse más cerca del objetivo del banco central del 2%.
«Si viéramos señales de que la trayectoria de la inflación o las expectativas de inflación a largo plazo se están moviendo material y persistentemente más allá de niveles consistentes con nuestro objetivo, estaríamos preparados para ajustar la postura de la política», dijo.
El 28 de julio por la noche, la Fed mantuvo su tasa de interés de referencia cerca de cero y dejó sin cambios su programa masivo de compra de activos, y Powell dijo en la conferencia de prensa que la economía de Estados Unidos está aún muy lejos de hacer «un progreso sustancial adicional» hacia el mandato dual de la Fed de estabilidad de precios y máximo empleo.
Los economistas e inversores han cambiado ampliamente hacia la inflación su espectro de preocupaciones del crecimiento lento, el alto desempleo y las presiones deflacionarias a principios de 2021.
«Uno no puede hablar con nadie en el campo de la inversión sin que el miedo a la inflación pase a primer plano», dijo Robert R. Johnson, profesor de Finanzas del Heider College of Business de la Universidad de Creighton, en una declaración enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
Algunos economistas expresaron su preocupación de que si los precios se aceleran demasiado rápido y se mantienen altos durante demasiado tiempo, se afianzarán las expectativas de nuevos aumentos de precios, lo que elevará la demanda de salarios y desencadenará potencialmente el tipo de espiral de precios y salarios que afectó a la economía en la década de 1970.
Mientras tanto, más del 80 por ciento de los estadounidenses están preocupados por la inflación, según una encuesta de Skynova, que también indicó que el 61 por ciento siente que la inflación afectará negativamente sus estilos de vida.
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