La inflación se aceleró bruscamente y muy por encima de las estimaciones en octubre, y los precios de consumo aumentaron a su ritmo anual más rápido en más de tres décadas, ya que los persistentes atascos en la cadena de suministro siguen disparando los precios.
La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) informó el 10 de noviembre que el Índice de Precios al Consumo (IPC) general, una medida de la inflación desde la perspectiva de los consumidores finales de bienes y servicios, aumentó un 6.2% en el año y un 0.9% en el mes de octubre.
Esto sitúa el ritmo de la inflación de los precios al consumo a lo largo del año en su nivel más alto desde diciembre de 1990, cuando subió un 6.3%. Con un 0.9%, el ritmo de inflación mensual es el más alto desde junio de 2021, que en ese momento era el más rápido desde 2008.
Los economistas encuestados por Bloomberg predijeron que el IPC del miércoles se situaría en el 5.9 por ciento durante el año y del 0.6 por ciento durante el mes.
«No importa cuán blanda sea la definición de ‘transitorio’, es innegable que la inflación es un problema», dijo el analista financiero jefe de Bankrate, Greg McBride, a The Epoch Times en una declaración enviada por correo electrónico.
Los responsables de la política de la Reserva Federal han mantenido que el actual episodio de inflación es transitorio, aunque el vicepresidente de la Fed, Richard Clarida, reconoció el 8 de noviembre que la inflación de este año ha sido «mucho más que un rebasamiento ‘moderado’ de nuestro objetivo de inflación a largo plazo del 2 por ciento», al mismo tiempo que añadió que los riesgos de inflación se ponderan al alza.
Mientras que en los meses anteriores se produjeron fuertes subidas de precios en un ámbito relativamente reducido, las presiones sobre los precios se han ido filtrando a otras categorías.
«La inflación se está ampliando», dijo McBride. «Además de que los alimentos, la energía y la vivienda siguen registrando aumentos mensuales desmesurados, los precios de los coches nuevos y de segunda mano están volviendo a dispararse».
Los precios de los coches usados subieron un 2.5% en el mes y un 26.4% en el año en octubre. Los precios de los coches nuevos subieron un 1.4% en el mes y un 9.8% en los 12 meses transcurridos hasta octubre.
Los precios de los servicios de transporte, que cayeron un 0.5% el mes pasado, aumentaron un 0.4% en octubre y un 4.5% en el año.
El mayor contribuyente, tanto en términos mensuales como anuales, fue el petróleo, que aumentó un 12.3% en el mes y un 59.1% en el año en octubre.
Los datos del IPC se publican después del informe del gobierno que señala que los precios de los productores aumentaron un 8.6% en los 12 meses hasta octubre, igualando la tasa del mes anterior, que fue la más alta desde 2008.
La lectura aumentó la preocupación por la inflación de los precios al consumidor, ya que los mayores costes de producción tienden a repercutir en los consumidores.
Los analistas de ING señalaron en una nota reciente que la medida en que los elevados costes de producción acaben repercutiendo en los consumidores depende en parte de si las empresas estarán dispuestas a reducir los márgenes para mantener los volúmenes.
Pero eso es menos probable cuanto más tiempo persistan los atascos en la cadena de suministro, argumentó el equipo de ING, «lo que significa que esperamos que la inflación de los productos siga aumentando en los próximos meses y que se mantenga elevada a lo largo de la primera mitad del año, ya que las presiones en el canal siguen siendo intensas».
Con los precios en alza y pocas señales de alivio inmediato, las expectativas de los consumidores sobre cuál será la tasa de inflación en el futuro en Estados Unidos han subido a máximos históricos.
La encuesta más reciente de la Fed de Nueva York sobre las expectativas de inflación de los consumidores mostró que las expectativas de inflación a corto plazo (a un año) aumentaron en octubre hasta el 5.7%, la lectura más alta en la historia de la serie. Las expectativas de inflación a mediano plazo (a tres años) se mantuvieron sin cambios respecto al nivel del mes anterior, del 4.2%, que fue un récord.
Asimismo, una medida clave de las expectativas del mercado de bonos sobre las presiones al alza de los precios en los próximos cinco años, conocida como tasa de inflación a cinco años, subió a un máximo histórico del 2.99% a finales de octubre, y bajó ligeramente al 2.96% el 9 de noviembre. Esto indica que los inversores esperan que la inflación se sitúe en torno al 3% anual durante los próximos cinco años.
«Las preocupaciones por la inflación están afectando la confianza del consumidor y, con una tasa anual superior al 6 por ciento, esto no hará más que continuar», dijo McBride, prediciendo también que los cuellos de botella en la cadena de suministro «estarán con nosotros hasta bien entrado el año 2022, y con ello, la presión al alza sobre los precios».
«Los consumidores lo están notando en el bolsillo en el surtidor de gasolina, en la tienda de comestibles y los inquilinos de muchas partes del país podrían sufrir una desagradable sorpresa en su próxima renovación de contrato», añadió.
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