Los datos clínicos y genéticos de ciudadanos estadounidenses obtenidos por empresas de biotecnología chinas a través de sus asociaciones con instituciones de EE. UU. podrían plantear riesgos para la seguridad nacional, según un informe recientemente publicado por el Congreso.
Los riesgos provienen del “uso dual de la información biotecnológica”, dijo la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China (USCC) en un informe publicado el 14 de febrero. Por ejemplo, los análisis genéticos y médicos utilizados en la industria biotecnológica para desarrollar tratamientos a medida para los pacientes “podrían ser utilizados con fines maliciosos en manos de un gobierno extranjero, como China”.
En una situación hipotética, Estados extranjeros como China podrían extorsionar a individuos con la amenaza de exponer su vergonzosa información médica, según el informe. En otra circunstancia, el Estado extranjero podría utilizar la información sobre las condiciones de salud, como las alergias, para llevar a cabo un ataque dirigido contra diplomáticos, políticos, funcionarios federales de alto rango o jefes militares, para “inducir una reacción alérgica o una lesión mortal”.
Al igual que los historiales médicos, los datos genéticos también podrían ser aprovechados a medida que la investigación sobre los vínculos entre los rasgos genéticos y los rasgos de la personalidad se vuelve más avanzada en el futuro. Por ejemplo, los funcionarios de inteligencia extranjeros, sabiendo de antemano qué individuos tienen marcadores genéticos como lealtad o susceptibilidad a ser halagado, podrían saber cómo aprovecharse o extorsionar a esas personas.
Según el informe, la industria biotecnológica de China creció rápidamente en la última década, con un mercado estimado actualmente entre 30.000 y 40.000 millones de yuan (entre 4700 y 6200 millones de dólares), en comparación con el mercado biotecnológico de EE.UU., de 118.000 millones de dólares.
“Como un elemento importante del crecimiento biotecnológico de China, las compañías biotecnológicas chinas están utilizando empresas estadounidenses para adquirir tecnologías y datos que refuerzan sus capacidades actuales a través de una variedad de canales”, señala el informe.
Algunos de estos canales incluyen inversión extranjera directa, fusiones y adquisiciones, capital de riesgo, asociaciones corporativas y académicas, y el reclutamiento de investigadores extranjeros y chinos capacitados en Estados Unidos.
El informe también advierte que “la industria biotecnológica china también puede haberse beneficiado de la extracción ilícita de tecnología extranjera a través del espionaje o del robo de secretos comerciales”.
Un ejemplo confirmado fue el caso de Zhang Weiqiang, un ciudadano chino que vive en Manhattan, Kansas, y que en abril de 2018 fue condenado a 10 años de prisión por robar muestras de semillas de arroz genéticamente modificadas de su empleador Ventria Bioscience, con sede en Kansas. Zhang tenía la intención de transferir las muestras de semillas a un instituto de investigación de cultivos en China. El caso de Zhang fue uno de los 11 casos que ocurrieron entre 2001 y 2017 que involucran espionaje chino y robo de secretos comerciales en Estados Unidos identificados en el informe.
BGI
En el informe se destaca un ejemplo de cómo China obtuvo datos estadounidenses: a través de BGI Group, un centro privado de secuenciación del genoma con sede en la ciudad de Shenzhen, en el sur de China, con subsidiarias como BGI Genomics, que cotiza en la Bolsa de Valores de Shenzhen, y un instituto de investigación. BGI era conocido anteriormente como Beijing Genomics Institute.
En 2011, BGI y la Universidad de California Davis anunciaron una colaboración en la que la compañía china establecería un centro de secuenciación genética en el campus de la universidad en Sacramento. Ese mismo año, BGI y el Hospital de niños de Filadelfia también establecieron un centro sobre el genoma.
En 2013, BGI adquirió la compañía estadounidense de secuenciación Complete Genomics por 117.600 millones de dólares, según el informe.
“Al recopilar datos a través de muchas iniciativas [asociaciones con entidades de EE.UU.], BGI puede estar acumulando una base de datos genómicos y de salud de estadounidenses que es mayor a la que se logra a través de cualquier trabajo de investigación”, de acuerdo con el informe.
Aunque BGI es una empresa privada, la empresa tiene evidentes vínculos con el Partido Comunista Chino (PCCh). En enero de 2018, la agencia estatal china Xinhua informó que Du Yutao, secretario del Partido Comunista en el instituto de investigación de BGI, habló de la importancia de aprender y poner en práctica “el espíritu que hay detrás del 19º Congreso Nacional”, refiriéndose al evento de transición de la cúpula del Partido que se realiza cada cinco años.
En China, las compañías y organizaciones están obligadas a incorporar organismos del Partido Comunista dentro de sus propias estructuras para asegurar que sigan la línea del PCCh. Du habló en la reunión del comité del Partido en el instituto del BGI establecida para debatir sobre el discurso del mandatario chino Xi Jinping en el 19º Congreso Nacional celebrado en octubre de 2017.
BGI también recibió apoyo estatal, incluyendo en 2010 un préstamo a diez años por valor de 1500 millones de dólares del Banco de Desarrollo de China.
Según el motor de búsqueda chino Baidu, Du fue seleccionado como representante provincial de la provincia de Guangdong, en el sur de China, para asistir al 19º Congreso Nacional.
El informe de la USCC también advirtió que el régimen chino tiene leyes vigentes que exigen que las empresas privadas entreguen datos en cualquier momento.
Dos leyes aprobadas en 2015, la Ley de Seguridad Nacional, la Ley Antiterrorista y la Ley de Ciberseguridad de 2016, estaban destinadas en gran medida a las empresas de Internet y telecomunicaciones, pero “su amplio alcance no impide su aplicación a una gama más amplia de empresas, como las que albergan datos genómicos u otros datos personales”, según el informe de la USCC.
Políticas de Estado de China
La biotecnología es uno de los varios sectores tecnológicos que el régimen chino nombró como “Industria Estratégica Emergente” en planes económicos como “Made in China 2025” y el 13º Plan Quinquenal.
China presentó “Made in China” en mayo de 2015 como un plan para transformar a China en una potencia de alta tecnología para el año 2025. Menos de un año después, en marzo de 2016, Beijing publicó su último Plan Quinquenal, que pretende reforzar la implementación del “Made in China 2025” de 2016 a 2020.
El informe de la USCC identificó varios programas estatales de investigación y desarrollo (I+D) de tecnología para impulsar el sector biotecnológico de China, incluyendo los programas “863” y “973”, el primero de los cuales se remonta a 1986 y el segundo a 1997. De acuerdo con el informe, Beijing destinó 630 millones de dólares para financiar el programa 973 en 2013.
La biotecnología también ha sido objeto de atención de los programas de talento de Beijing en los últimos años, apunta el informe, que enumera varios programas a nivel nacional, como el Programa de los Cien Talentos y el Programa de los Mil Talentos. Los gobiernos regionales de China también llevan a cabo cientos de programas similares.
“De los 2629 reclutados estimados en el programa Mil Talentos hasta junio de 2018, el 44 por ciento se especializa en ciencias biológicas o medicina”, señala el informe, citando cifras de una audiencia en el Congreso de Estados Unidos.
El informe señala que los peligros radican en el sistema político fundamentalmente diferente de China: “China es un estado unipartidista de estilo leninista basado en gobernar por decreto y no en el Estado de derecho. Las ambiciones e intenciones económicas de China presentan desafíos para las economías más liberales”.
El informe recomienda que Estados Unidos adopte políticas para mitigar “los riesgos económicos y de seguridad que plantea el enfoque estatista de innovación en China sin sofocar la innovación estadounidense”.
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