Las restricciones que incluyen los pases COVID, las órdenes de mascarillas y los requisitos de trabajar desde casa se eliminarán en Inglaterra, según anunció el miércoles el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
Johnson también sugirió que las normas de autoaislamiento también podrían eliminarse a finales de marzo, cuando la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) sea endémica.
Con efecto inmediato, el gobierno del Reino Unido ya no pide a los ciudadanos que trabajen desde casa.
La exigencia del pase COVID para entrar a clubes y grandes eventos no se renovará cuando expire el 26 de enero.
Y a partir del jueves, el uso de mascarillas en espacios cerrados dejará de ser obligatorio en cualquier lugar de Inglaterra.
El requisito de que los alumnos de secundaria lleven mascarillas durante las clases y en las zonas comunes también se eliminará de las directrices nacionales del Departamento de Educación.
En la Cámara de los Comunes se escucharon vítores tras los anuncios de Johnson sobre las mascarillas.
Las personas que den positivo en la prueba del COVID-19 y sus contactos no vacunados siguen estando obligados a autoaislarse, pero Johnson ha dicho que «espera mucho que no se renueve» la norma cuando las regulaciones pertinentes expiren el 24 de marzo.
«A medida que el COVID se hace endémico, tendremos que sustituir los requisitos legales por consejos y orientaciones, instando a las personas con el virus a ser cuidadosas y consideradas con los demás», dijo el primer ministro.
Al preguntársele por la eliminación de las normas de test para los viajeros vacunados que llegan a Reino Unido, Johnson dijo que el gobierno está revisando las disposiciones de las pruebas para los viajes y que se puede esperar un anuncio en los próximos días.
Pero se negó a reconsiderar la orden de vacunación para los trabajadores sanitarios de primera línea, insistiendo en que «la evidencia es clara de que los profesionales sanitarios deben vacunarse».
Johnson explicó a los miembros del Parlamento que el Gabinete decidió retirar sus medidas del llamado «Plan B» el miércoles por la mañana, ya que los datos sugieren que la ola de ómicron ha alcanzado su punto máximo a nivel nacional, y atribuyó la estabilización de las cifras de ingresos hospitalarios a «la extraordinaria campaña de refuerzo» y al cumplimiento de las medidas de restricción por parte de la población.
La supresión de las medidas del «Plan B» contra el virus del PCCh se produjo mientras el primer ministro lucha contra la creciente presión que le pide que renuncie por las supuestas fiestas en Downing Street que violaban el confinamiento durante la pandemia.
También se produjo después de que el Número 10 recibiera el lunes una petición firmada por más de 200,000 personas, en la que se pedía el fin de los pasaportes de vacunación y certificaciones similares relacionadas con el COVID-19.
Otra petición en la que se pedía la anulación de las órdenes de vacunación para los trabajadores sanitarios, que también se entregó al Número 10 el lunes, recibió unas 160,000 firmas.
Los gobiernos de Escocia y Gales también han anunciado la supresión de las restricciones por ómicron, pero se mantendrán la obligatoriedad del uso de mascarillas y los pases COVID-19.
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