WASHINGTON —Un parque eólico en Texas, cerca de la base de entrenamiento de pilotos más grande de la Fuerza Aérea, ha sido el centro de atención en las últimas semanas porque el dueño es un hombre de negocios chino descrito como un «oportunista» con fuertes lazos con el régimen comunista de China.
Más de 130,000 acres de tierra de campo en Texas —un área del tamaño de Tulsa, Oklahoma— fue vendida en 2018 a la empresa con sede en China Guanghui Energy Co.
Sun Guangxin, el fundador de Guanghui, es un exoficial militar chino y la persona más rica de la región occidental de Xinjiang, con un patrimonio neto de 1,900 millones de dólares, según Forbes. Un artículo del South China Morning Post de 2004 describió a Sun como una «figura controvertida» y un «oportunista».
En 1989, cuando Sun dejó el ejército, «no tenía dinero pero estaba rebosante de ambición», decía el artículo, comparándolo con los oligarcas rusos.
Generó una vasta fortuna adquiriendo bienes inmuebles del Estado a precios de ganga. Se hizo dueño de más de la mitad del mercado inmobiliario de la capital de Xinjiang, Urumqi, según el artículo.
Xinjiang alberga campos de internamiento donde el Departamento de Estado de EE. UU. dice que más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas son retenidos sin cargo alguno.
Guanghui adquirió la tierra en el condado de Val Verde, Texas, con una propuesta para construir de 50 a 130 turbinas de viento. El terreno está cerca de la Base Aérea de Laughlin, la mayor instalación de entrenamiento de pilotos de la Fuerza Aérea, y a unas pocas docenas de millas de la frontera entre EE. UU. y México.
Alrededor del 95 por ciento de la tierra en Texas es de propiedad privada. La propiedad privada combinada con las regulaciones poco estrictas en Texas hacen que la compra de propiedades sea más fácil para los compradores extranjeros.
En Texas, también hay «una gran prohibición para que las autoridades intervengan y detengan el desarrollo de los parques eólicos», según un artículo de Foreign Policy.
«Desde que la legislatura de Texas puso en marcha un mandato en 1999 que instaba a las empresas de servicios públicos del estado a obtener más energía de fuentes renovables, ha sido difícil impedir que estas empresas sigan adelante», afirma.
El gobierno federal, sin embargo, tiene el poder de bloquear tales inversiones por razones de seguridad nacional a través del Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), que supervisa las inversiones extranjeras. Una ley de 2018 otorgó más poder al CFIUS en el escrutinio de las inversiones chinas.
Un panel del CFIUS presidido por el Departamento del Tesoro revisó la transacción de Guanghui Energy y encontró que el parque eólico no representaba una amenaza para la seguridad nacional.
Kyle Bass, el fundador y jefe de inversiones de Hayman Capital Management, con sede en Dallas, dijo a Fox Business el 8 de diciembre: «Es una locura que permitamos a un exgeneral del PLA chino ir a comprar 200 millas cuadradas de tierra en Estados Unidos».
Bass posteó una serie de tuits la semana pasada planteando preocupaciones sobre la propiedad china de la tierra, después de su visita a la zona.
«Esta tierra también se encuentra en la frontera de EE. UU. con México y cuenta con un alojamiento de 30,000 pies cuadrados y una pista privada que ayuda a los propietarios chinos a transportar personas y carga dentro y fuera de la región fronteriza sin la supervisión de las autoridades de EE. UU.», escribió en Twitter.
El senador John Cornyn (R-Texas) respondió a los tuits de Bass, declarando que la revisión por parte del CFIUS y el Departamento de Defensa estaba en curso.
«La ‘aprobación’ inicial fue solo una aprobación parcial y condicional», dijo Bass a The Epoch Times, creyendo que el CFIUS todavía podría revocar su decisión.
Por otro lado, el presidente también puede bloquear la transacción, dijo, bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, que le otorga amplia autoridad para regular una variedad de transacciones económicas después de declarar una emergencia nacional.
«Es un trabajo en proceso, pero estoy escuchando una respuesta unánime dentro del gobierno de EE. UU. de que se le necesita poner un fin», dijo Cornyn.
En julio, Cornyn y el senador Ted Cruz (R-Texas), junto con el representante Will Hurd (R-Texas), enviaron una carta al secretario del Tesoro Steven Mnuchin planteando sus preocupaciones sobre el proyecto de la granja eólica.
«Como presidente del Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), usted tiene jurisdicción primaria para revisar este asunto dada la jurisdicción del CFIUS sobre las transacciones de inversión propuestas cerca de las instalaciones militares», decía la carta, añadiendo que la de Laughlin AFB es una de esas instalaciones.
«Esta instalación alberga los terrenos de entrenamiento de nuestros pilotos de clase mundial de la Fuerza Aérea, muchos de los cuales son futuros pilotos de F-35 y B-21. Existe la preocupación de que un proyecto con lazos con el Partido Comunista Chino tan cerca de la zona donde estos pilotos se están entrenando podría amenazar nuestra ventaja competitiva y nuestra seguridad nacional».
Los legisladores solicitaron una reunión informativa confidencial para abordar estas preocupaciones de seguridad nacional.
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