Israel añadió el regreso de decenas de miles de sus residentes a sus hogares en el norte de Israel como un objetivo formal de su guerra contra Hamás.
El 16 de septiembre, el enviado de la Casa Blanca, Amos Hochstein, se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para instarle a evitar la apertura de un nuevo frente en Líbano.
El grupo terrorista Hezbolá disparó miles de cohetes contra el norte de Israel, mientras que Israel estaba en guerra contra Hamás en el sur.
Israel ordenó la evacuación de más de 80,000 residentes de las comunidades cercanas a la frontera norte, mientras que otros se marchaban para evitar los constantes ataques aéreos y el peligro.
Netanyahu dijo a Hochstein que Israel haría «lo que fuera necesario» para devolver a sus hogares a los residentes.
«El Gabinete de Seguridad actualizó los objetivos de la guerra para incluir lo siguiente: Devolver a los residentes del norte de forma segura a sus hogares. Israel continuará actuando para implementar este objetivo», posteó la oficina de Netanyahu en X el 17 de septiembre.
«El primer ministro dejó muy claro [a Hochstein] que no será posible devolver a nuestros residentes sin un cambio fundamental en la situación de seguridad en el norte», dice el posteo.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, declaró que el centro de la acción militar se está trasladando de Gaza al frente norte de Israel.
Tanto él como Netanyahu indicaron a Hochstein, en su encuentro el 16 de septiembre, que se estaba acabando el tiempo para una solución diplomática y que una mayor actividad militar podría ser inevitable.
El aumento de la tensión ya se está manifestando en los intercambios aéreos y de cohetes entre Israel y Hezbolá, que se intensificaron en las últimas semanas.
El 17 de septiembre, el Líbano sufrió un sorprendente atentado al explotar los dispositivos localizadores -bípers- de los miembros de Hezbolá.
La Agencia Nacional de Noticias libanesa informó de que unas 2800 personas resultaron heridas por las explosiones de los bípers y otras ocho murieron, entre ellas un niño.
La agencia indicóde que la mayoría de los heridos en las explosiones masivas de bípers sufrieron heridas en las manos.
Israel no hizo comentarios ni asumió la responsabilidad del atentado.
A menudo Israel no comenta los atentados de cuya ingeniería se le acusa, como el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán el 31 de julio, con una bomba colocada dentro de la habitación de la casa de huéspedes donde se alojaba.
En las redes sociales se publicaron vídeos y algunos se reprodujeron en la televisión libanesa, captando imágenes gráficas de las explosiones.
Una grabación mostró a numerosos hombres heridos, con lesiones en las manos, el torso o la cara, en la sala de urgencias de un hospital.
Otro vídeo mostró a un hombre herido al explotar la bolsa de la compra mientras buscaba productos.
Un tercer video, aparentemente grabado por una cámara de seguridad, mostró cómo algo explotaba sobre un hombre que estaba de pie frente a una caja registradora.
La cajera, que había estado reorganizando su cajón mientras cobraba al hombre, huyó cuando se produjo la explosión.
Un cuarto vídeo mostró a un hombre, aparentemente herido en la calle, siendo atendido por un transeúnte, que le ayudó a sentarse en la acera mientras se llevaba un paño a la cabeza y luego se giraba para pedir ayuda.
Una quinta grabación mostró a una gran multitud de personas en el exterior de un hospital de Beirut.
Los atentados se centraron en el suburbio de Dahieh, en Beirut, bastión de Hezbolá.
La zona también fue objetivo de un ataque aéreo el 30 de julio que abatió a Fuad Shukr. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), atribuyéndose el mérito de ese ataque, lo identificaron de «comandante militar de más alto rango de Hezbolá».
Las explosiones de bípers también se reportaron en muchas otras ciudades libanesas, con al menos una en Damasco, la capital siria.
El estratega militar israelí, Sarit Zahavi, que se centra en las fronteras septentrionales de Israel con Líbano y Siria y en la amenaza que representan allí Hezbolá e Irán, declaró a The Epoch Times que entre las víctimas figuraban el embajador iraní en Líbano y los hijos de algunas altas personalidades libanesas, como miembros del Parlamento.
Según las evidencias, el Sr. Zahavi, teniente coronel retirado de las IDF en la inteligencia militar, indicó que los bípers emitían un pitido de llamada y cuando sus propietarios los cogían en la mano, explotaban.
El ataque demostró la asombrosa capacidad de la inteligencia para penetrar en las máquinas y crear una explosión sincronizada, agregó el estratega.
«Creo que Hezbolá está ahora muy confundido y sorprendido», dijo Zahavi, agregando que es lo suficiente como para no saber aún cómo responder.
¡Imagen sensible!:
El ataque desgarró la capacidad de los militares de Hezbolá para comunicarse entre sí, afirmó.
El dijo que esperaba que Hezbolá entendiera el ataque como un «mensaje de advertencia», una última oportunidad para desarmar su grupo en el sur del Líbano y acudir a la mesa diplomática.
«Esto es lo que ellos necesitan para que los israelíes vuelvan a sus hogares. Los israelíes tienen que saber que no van a ser masacrados y que no van a ser víctimas de misiles antitanque ni de ningún otro misil si regresan a sus hogares», afirmó.
De lo contrario, Israel aprovechará «operativamente» la confusión y la crisis de Hezbolá para lograr su objetivo, dijo Zahavi.
Otro estratega israelí, Elliot Chodoff, profesor retirado y mayor de las IDF, que escribió los manuales tácticos del ejército, dijo a The Epoch Times que el ataque fue «elegante» en el sentido de que «cambia todas las reglas. No se trata de un bombardeo aéreo, y ciertamente, no es una ofensiva terrestre.
«Al mismo tiempo, muestra una gran brecha, y esto es algo que Hezbolá ya está admitiendo, la mayor brecha de su seguridad jamás vista», reibiendo un ataque simultáneo a toda la red.
En su opinión, la elegancia del ataque sigue permitiendo lo que Estados Unidos desea: una solución diplomática.
«Israel siempre puede decir: ‘Les enviamos un mensaje, y con todo el doble sentido, se lo enviamos a sus localizadores, pero les enviamos un mensaje’».
«’Nosotros podemos golpearles. Podemos golpearles con fuerza. No lanzamos un gran ataque ni nada por el estilo. Ahora es el momento de que vengan a la mesa si quieren’».
Chodoff dijo que no creía que esto fuera probable, pero da a Israel la posibilidad de la negación.
Mientras tanto, las opciones militares, como el aumento de la actividad aérea o incluso una operación terrestre, siguen sobre la mesa.
El gobierno puede mostrar a la opinión pública, que está actuando y no cruzándose de brazos, agregó Chodof.
Otro estratega militar israelí, Kobi Michael, declaró a The Epoch Times que las IDF se han estado preparando para el ataque, reposicionando sus fuerzas desde Gaza.
«Creo que ocurrirá más pronto que tarde».
También indicó que aún esperaba que Hezbolá, al ver la preparación para una guerra total, acuda a la mesa.
«Pero el optimismo a este respecto es muy escaso y no hay expectativas reales por parte de Hezbolá, ni de Irán, que lo respalda», afirmó Chodoff.
La ONU aprobó en 2006 una resolución que exigía a Hezbolá la retirada de sus fuerzas militares al norte del río Litani, un río que fluye aproximadamente hacia el oeste a unos 16 kilómetros al norte de la frontera, pero el grupo terrorista nunca lo ha hecho.
La operación de los localizadores bípers eclipsó temporalmente las tensiones en el gabinete israelí.
Se rumoreó que Netanyahu estaba a punto de sustituir a Gallant por Gideon Sa’ar, un exaliado de Netanyahu en el partido Likud, de centro-derecha, que lo abandonó en 2020 y formó un partido tras disputarle sin éxito el liderazgo.
Gallant se separó públicamente de Netanyahu por cuestiones como la exigencia del primer ministro de que las IDF mantengan el control de la frontera de Gaza con Egipto.
Sa’ar, a menudo más duro que Netanyahu en materia de seguridad, reforzaría su posición en cuestiones internas como la resistencia a que el gobierno tome el control del Tribunal Supremo de Israel, algo que exigen los socios de coalición ultrarreligiosos y ultranacionalistas de Netanyahu.
Con información de The Associated Press y Reuters
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